El nuevo Motorola Razr abre y cierra, pero no para siempre
La bisagra no ha dado la talla
La longevidad de Motorola Razr puesta a prueba / Motorola
El Motorola Razr ya está en las tiendas o llegando próximamente, dependiendo de donde viváis, y una pregunta empieza a planear por las mentes de los usuarios, ¿Cuántas veces voy a poder abrir y cerrar el teléfono hasta que la bisagra diga basta?
La durabilidad de los teléfonos plegables va a estar durante mucho tiempo en duda, sobretodo en estos primeros modelos, hasta que a base de prueba y error acaben saliendo perfectamente, si tal cosa sucede algún día.
Pasó con el Samsung Galaxy Fold, y con el Motorola Razr no iba a ser lo contrario, así que se han hecho pruebas de durabilidad. Ha sido desde CNET, que ha puesto el Razr en una máquina automática que lo abría y cerraba sin descanso.
La meta era llegar al menos a los 100.000 pliegues en la retransmisión a lo largo de un día entero, pero el teléfono dio de sí a los 27.000.
Hay un estudio entre el público americano que indica que se mira el móvil una media de 52 veces al día. Vamos a tomar este número como un ejemplo global, porque no creemos que por aquí miremos el móvil ni más ni menos que los estadounidenses, y esto nos daría que el Motorola Razr empezaría a dar problemas al año y medio de uso.
Podemos ver en el video de CNET que la bisagra se pone muy dura de cerrar, pero es importante decir que la pantalla sigue funcionando, y que es posible cerrar el móvil a la fuerza.
En CNET ya hicieron esta prueba con el Galaxy Fold el año pasado, y aguantó 120.000 pliegues antes de ceder, con lo que más longevidad si tenía el terminal de Samsung.
Por supuesto, esto no es más que un ejemplo que no tiene porque representar el verdadero uso que le daremos al móvil. No es lo mismo ir usándolo poco a poco que una prueba de estrés abriéndolo y cerrándolo tan seguido, así que sólo cuando lo tengamos en nuestras manos podremos comprobar que tal aguanta.
Eso sí, una inversión de 1.600 euros, que es lo que cuesta el Razr, debería durarnos un buen tiempo, sin mediar ningún “accidente” por nuestra parte.
