Celtas Cortos celebran un '20 de abril' solidario desde el confinamiento
El grupo de Jesús Cifuentes ha lanzado una nueva versión de su tema más famoso con Amaral, Rozalén, Mikel Izal y Carlos Tarque, entre otros
Hace ya treinta años, los Celtas Cortos recordaban en su canción más conocida la inolvidable noche que pasaron en la cabaña del Turmo. Ahora, para celebrar este aniversario, el grupo de Jesús Cifuentes lanza un vídeo en el que cantan con amigos 20 de abril como una forma de estar más cerca y unidos desde el confinamiento de sus casas.
En esta nueva versión cuentan con la colaboración de Mikel Izal, Rozalén, Amaral, Carlos Tarque, Ska-P, Sidonie, La Pegatina, Reincidentes o Despistaos entre otros. Todos ellos cantan su hit más famoso con el grupo nacido en Valladolid en una fecha tan especial.
Tal y como ha contado a la agencia Efe el vocalista del grupo, Jesús Cifuentes, "la música es el combustible", mientras echa la vista atrás a esa última gira y a los viajes por carretera que hacían tan solo dos meses atrás. "Los que vivimos intoxicados de la música y nos dedicamos a esto sin ello no podemos seguir adelante", asegura.
Una canción en forma de carta que nunca fue enviada, nacida de una noche en una cabaña con amigos en el Pirineo oscense, y que se ha interpretado de muchas maneras desde encontes. "Cada persona es la que aporta un color diferente y una pincelada personal a su manera de entenderlo y a sus emociones. Entonces la canción ya pertenece a la gente", considera la voz del grupo.
Se trata de un 20 de abril extraño, que estamos viviendo confinados por la crisis de la Covid-19. Por este motivo, Celtas Cortos han lanzado este tema con la colaboración de un amplio grupo de artistas y de trabajadores esenciales que estos días hacen frente a la pandemia. La recaudación irá destinada a la organización Médicos Sin Fronteras.
"Lo que hemos considerado hacer es remar todos en la misma dirección para ayudarnos unos a otros y hacer mas grande la hermandad del planeta", confiesa Cifuentes, quien defiende la cultura como "una ventana abierta al confinamiento".
A la melancolía de los recuerdos de aquel 1990 y el rechazo a la catástrofe económica y sanitaria actual se suma el aprendizaje de la familia, las relaciones y el amor. "La olla a veces genera más presión de la debida, pero cuando llega a su limite la válvula se abre y todo acaba en un abrazo", relata del día a día confinado con su familia.
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