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Así está siendo el regreso de los conciertos en Suecia o Estados Unidos
Las salas de directo reducen aforo y apuestan por la prevención
Aforos reducidos de un tercio o una quinta parte, toma de temperatura en el acceso, mascarillas obligatorias, butacas asignadas y separación de dos metros... Estos son algunos de los requisitos que se están comenzando a tomar en las primeras salas de conciertos que están abriendo o van a abrir al público para la celebración de conciertos.
Suecia y algunos estados de Estados Unidos (como Arkansas) ya han celebrado o anunciado los primeros directos reduciendo el aforo (y la taquilla) y apostando por la prevención tanto en la propia sala de conciertos como en la zona de los aseos.
La industria musical ha sufrido unas terribles pérdidas tras todas las cancelaciones de conciertos y festivales. Pero el objetivo es ir recuperando los espacios cumpliendo con todas las normativas para evitar riesgos innecesarios. Sobre la mesa sigue estando la rentabilidad de conciertos perdiendo más de la mitad del aforo pero para muchos músicos y personal de salas y técnico que vive de los conciertos en pequeñas salas es la única forma de tener algún ingreso económico.
En el caso del TempleLive de Fort Smith (Arkansas) que ha anunciado uno de los primeros conciertos que se celebrará en Estados Unidos, la taquilla por ver a Travis McCready apenas superará los 4500 dólares (230 espectadores a 20 dólares la entrada).
Una oferta para los recintos cerrados que también ha encontrado su reflejo en los espacios abiertos con la solución danesa para los conciertos. En la ciudad de Aarhus ya se han realizado con éxito eventos musicales y proyecciones al aire libre con un aforo de aproximadamente unas 500 entradas. Estos directos y pases en espacios abiertos estarían teniendo una capacidad más elevada de concentración de personas que las definidas por el Gobierno de España en las 4 fases de desescalada de la pandemia que en sus primeros pasos permite eventos culturales de unas 30 personas para recintos cerrados y de unas 200 (todos sentados) al aire libre, cifras similares a las adoptadas por Suecia.
Algunas empresas están trabajando en trajes anti-coronavirus para poder hacer vida normal pero no parece que el Microshell vaya a ser cómodo y práctico en un recinto cerrado con altas temperaturas debido a la iluminación.
La gran mayoría de artistas siguen con mucha incertidumbre todo lo que sucede en nuestro país. "Lo veo difícil. Muy difícil. Contener una masa grande en un lugar es muy complicado" explica Manuel Carrasco al diario El País contestando a la pregunta de si sus conciertos arrancarán en junio cumpliendo con las medidas de desescalada de la fase 3 a la que se llegaría, si todo va bien, el 8 de junio.
Pero no es solo ya una cuestión de seguridad sino de rentabilidad como hemos comentado antes. La Plataforma de Salas de Conciertos en España asegura que "la reducción del aforo propuesta es inviable y condena al sector a la quiebra. Por la dificultad de los músicos en ofrecer los espectáculos garantizando la distancia social y por la inviabilidad económica, ya que un concierto empieza a ser viable a partir de superar el 80% de la capacidad del espacio".
Y ahí surge otra cuestión a debatir como podría ser el precio más elevado de las entradas para hacerlo viable pero en una situación de crisis económica como la actual parece poco probable que la gente quiera pagar 50-100 euros por un show en un local con aforo reducido para ver a artistas por los que hasta la fecha venía pagando 20 o 30 euros. Aunque, probablemente, la respuesta de los fans nos sorprendería. En España el Wizink Center es el recinto con mayor número de shows y ya está
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Juan Ignacio Herrero
Redactor de LOS40 desde 2005