Última hora
Beatriz Luengo: “La librería más cercana a mi casa está como a 40km’
¿Pasará lo mismo que con las tiendas de música?
En España poco a poco vamos pasando de fases y ello conlleva una lenta recuperación de nuestra antigua normalidad. Los pequeños comercios van abriendo sus puertas y ahora llega el momento de darles apoyo para una pronta recuperación porque han sufrido un gran varapalo. Beatriz Luengo se ha propuesto echar una mano en el sector de las librerías.
Ahora que su debut, El despertar de las musas, se ha convertido en un auténtico best seller, se ha metido de lleno en un mundo donde empieza a codearse con los grandes autores. A ellos ha acudido, junto a Elvira Sastre, para poner en marcha #MisLibrosEnTusLibrerías, una campaña para fomentar la compra de libros en estos lugares.
Se han sumado un gran número de autores de primera fila con los que ha contactado con todo el respeto y admiración de mundo. De esta idea, de su libro y lo poco ‘star’ que son los escritores hemos charlado conexión vía Miami-Madrid.
Lo de ser autora te lo has tomado muy en serio. Ahora que todo el país está en fase 1 te has propuesto que todos vayamos a la librería, ¿cómo surgió todo esto?
Inicialmente porque soy una chica de barrio y tengo una sensibilidad muy fuerte con el negocio pequeño. Mi padre tiene un negocio pequeño y mi madre también, y entiendo mucho la ayuda que podemos hacer todos de, realmente, comprar en esos pequeños negocios y ayudar. Me parecía que el lugar de las librerías era el que me tocaba defender en este momento. Es una causa justa. Las librerías son un lugar que siempre me han inspirado mucho.
¿Y que podrían desaparecer?
Imagino que como desaparecieron las tiendas de música y casi no nos dimos cuenta porque no pensábamos que algo así pudiera pasar, ahora me pregunto muchas veces si eso puede pasar. Una de las autoras lo dice en el vídeo: En Los Ángeles ya son una especie de extinción las librerías. Con la música me quedó con ganas de sentir que por lo menos podíamos ayudar a las tiendas de música y ahora he dicho a ver si por lo menos, sumando con todos los autores que se han sumado a la causa podemos, por lo menos, que la gente lo sepa. Al final un libro que compres en una librería le hace el cambio en el cierre de caja, al final del día a esa pequeña librería. Y si todos ponemos ese granito…al final los libros valen igual en todas las plataformas, pero sí estamos ayudando a una familia y su negocio.
Tu libro, lleva siete ediciones, está a punto de traducirse al inglés, ha llegado al mercado latinoamericano… y tú que dudabas…
¡Madre mía! Yo todavía no lo puedo creer. Parece que estoy en un sueño. Cuando salió era una necesidad. Todo el mundo era como, ‘uf, un libro, feminismo… mejor una biografía, la gente le interesa más que cuentes cosas de tu vida, de la etapa de UPA, de cómo lo superaste’. Y era como ‘no, no, es que yo no estoy haciendo un libro por un tema comercial, lo estoy haciendo por la necesidad de plasmar estas historias. Es esto o nada’.
¿Cuál es el feedback más bonito que has recibido de tu debut literario?
A partir de la lectura del libro las personas que me dan la oportunidad de leerlo, después se quedan conectadas con el concepto y empiezan a mandarme historias que voy apuntando como para un Musas 2, que no sé si llegará, pero yo voy apuntando. Hoy me ha mandado una chica la historia de una mujer que fue uy importante en las estrategias militares en la II Guerra Mundial. Lo que me gusta es que las chicas lo leen, se impactan de que esto haya pasado y hay una vuelta atrás, empiezan a hacer búsquedas y empiezan ‘¿sabes que no hay mujeres pintoras en ninguna época hasta tal? ¿Sabes que el Museo del Prado nunca ha tenido una exposición femenina? ¿Sabes que en la música clásica no ha habido referencias de mujeres compositoras hasta el siglo XI?’. Veo que provoca una sensación de que esto ha pasado y no ha sido aislado. Hay miles de historias.
Has pasado de codearte con músicos a codearte con autores, ¿es muy diferente el trato?
No sé, los músicos con los que me codeo, con los que he tenido la oportunidad de trabajar, son bastante sencillos y muy sensibles en la distancia corta. No he visto diferencia. Al final estás siempre ante una persona con una sensibilidad muy especial para los problemas de otros, para su propio autoanálisis, los músicos tienen eso también, todo el tiempo, de marcar etapas, de analizarse mucho… pero lo que sí he notado mucho con los autores, sobre todo ahora con este vídeo, era darme cuenta de cómo son tan desconocidos para la gente.
En el fondo, los autores no tienen esa aura de estrellas que tienen otros creadores.
Elvira Sastre y yo tenemos un chat y cada vez que un escritor nos mandaba un vídeo, saltábamos. Yo veía, Almudena Grandes, con este libro maravilloso de La madre de Frankenstein que es una obra de arte, tan tranquila, sin maquillar… es como que los autores tienen una humildad extra, un estar detrás de los libros. Muchos de ellos no tienen redes, ¿cómo hoy en día una persona que tiene un trabajo creativo puede no tener redes? Tiene doble valor que ni siquiera pertenezcan a la nueva manera de cómo nos llega la información y que sea solo un ‘boca a boca’… No sé cuánta gente me han recomendado Patria en los dos últimos años y Aramburu no tiene redes.
Muchos se han apuntado a tu iniciativa.
Y me consta que lo han hecho con un amor real de sumarle a los libreros. Al final, yo le decía a Elvira, ‘me hace ilusión que muchas personas, como yo, le puedan poner cara a muchos autores a los que no le ponían cara’. Por ejemplo, a Benjamín Prado no le ponía cara y, de repente he dicho ‘ostras’.
Pues tiene una cara muy ‘rock star’.
Sí, total, es como de rock argentino (risas). Isabel Allende ha sido muy especial. Estos días de cuarentena me dio por releer Cuentos de Eva Luna que es un libro que me gusta muchísimo y cuando nos ha llegado su participación era como ‘no lo puedo creer’. Me producen tanta admiración los autores que he disfrutado mucho cada 5 segundos que nos han enviado de esta iniciativa y debería juntarse el marketing y los medios para darle cara a esos libros porque al final es como funciona hoy y, a lo mejor, tendría más difusión, a lo mejor me equivoco. Tengo la sensación que llegarían a gente más joven.
Volviendo al tema de las librerías, ¿qué sentiste la primera vez que viste tu libro ahí?
Fue en una librería en Madrid que es preciosa. Había ido varias veces y el día de la salida del libro fuimos allí a hacer una entrevista y es la primera vez que lo vi. Se llama Amapolas y la chica que lo lleva es espectacular y sabe un montón y recomienda super bien. Un sueño para mí. Yo soy un poco friki de las librerías, a mí me encantan. Le cuento a la gente que me rodea en Miami, que la primera vez que me vine aquí a vivir yo decía que no me iba a adaptar a esta ciudad. La gente en España se piensa que esto es como Corrupción en Miami, todo super peliculero, y librerías, olvídate, no existen, librerías como tal. Grandes almacenes, sí, pero la librería que hay más cerca de mi casa está como a 40 km, eso era un bajón.
Les falta rollo cultural en ese sentido.
Lo llevo años diciendo. No vas a un bar y te encuentras como en el Búho Real en Madrid, un cantautor que está buscando una oportunidad, es todo como discoteca. En 2011, cuando llegué aquí, sentí que no era una ciudad muy cultural en ese sentido. Ahora ha cambiado un poco, han hecho un barrio que se llama Wynwood, que les han dado las paredes a los grandes artistas grafiteros del mundo y, a partir de eso y un festival que se llama Art Basel, están fomentado un poco más la cultura en esta ciudad. Pero librerías sigue sin haber.
Ya sabes lo que te toca…
No sé, quizás me arruine, no sé si es una ciudad donde la gente venga a leer. Luego me fui a vivir a Argentina nueve meses en 2013 y estaba viviendo en Palermo que tiene un montón de librerías y…era tan feliz. Aparte tiene librerías con café y estaba muy feliz de mi momento librerías en Argentina, suena un poco friki, pero explica un poco por qué esta pasión y esta iniciativa.
Esta cuarentena se ha leído mucho, ¿en tu caso?
Sí, y en el caso de la gente yo lo he sentido. Todo el rato en los stories veía a la gente con el libro y yo lo comentaba en mi casa, que sentía que la gente verdaderamente estaba leyendo. Ha habido como un punto de medio debate porque, por ejemplo, El corte inglés hizo una campaña de llegada de los libros en 24h y lo vi como una buena idea. Lo vi en un periódico y me pareció bien compartirlo porque la gente estaba aburridísima y, por lo menos la lectura, les saca de eso. Me puse a promoverlo por todos los lados, pero por otro lado me llegó, ‘estás fomentando que los mensajeros se contagien’… esto es nuevo para todos y uno lo hace con buena intención y no lo mira todo, pero… lo borré… Lo hice porque veía que la gente en la lectura estaba encontrado un lugar. Las series de Netflix muy guay, pero todo el día, llega un momento que ya no puedes más.
¿Ya estás con tu segundo libro?
Lo que estoy es recopilando mucha información, tampoco me obligo. Yo firmé con Planeta por un libro y me han llegado otras propuestas de Planeta y otras editoriales y les he dicho que cuando yo tenga realmente algo que surja como una necesidad, como este, empezaré como en ese pensamiento de ese segundo libro.
Si ahora pudieras ir a una librería ¿qué libro comprarías?
Ayer me compré Yo, Julia que, ¿te puedes creer que todavía no me lo he leído? y todo el mundo me lo ha recomendado porque además es la historia también de una mujer que existió, espectacular. Pero un libro que estoy deseando encontrarme en una librería, en una edición especial, no quiero comprarlo en tapa blanda es Muchas vidas, muchos maestros, de Brian Weiss que habla de las regresiones y de que somos energía y hemos pertenecido a otras vidas. Todo el mundo que lo ha leído me ha dicho que es muy interesante leer la experiencia y tengo ganas de comprar una edición que vi en casa de una amiga, en tapa dura, que no he visto en Amazon. Creo que sería lo primero que buscaría.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...