Especial
El fútbol, la otra gran pasión del rey del reggae Bob Marley
El músico jamaicano fue un apasionado de este deporte y nunca dejó de practicarlo
"El fútbol es parte de mí. Cuando juego, el mundo a mi alrededor despierta". Esta declaración de Bob Marley pone de manifiesto lo importante que era para el artista este deporte, y lo mucho que significó en su vida. Es la cita con la que se abre el cuarto capítulo de Legacy, el documental sobre la vida del artista, llamado The Rhythm of the Game.
Marley se hizo mundialmente conocido por ser el intérprete de reggae más famoso y por llevar a todos los rincones del planeta la música y toda una filosofía de vida que hay detrás. A pesar de que no lo incluía en sus letras, el fútbol fue la otra de sus grandes pasiones, que lo acompañó durante toda su vida.
El artista jamaicano aprovechaba todos los momentos que tenía libres para jugar, y así lo plasmaba en todas las entrevistas que daba. Fue un aficionado desde niño, y delante de un periodista francés consideró en una ocasión que el deporte significa para él 'libertad'. Durante sus giras con The Wailers, siempre cargaba con un balón y aprovechaba cualquier descanso para jugar. Además, solía decir que la afición al fútbol debía responder a los genes de su padre, pues este fue un capitán de un navío inglés que dejó embaraza a su madre.
Jugaba en el medio centro, y era muy bueno haciendo regates. Siempre convencía a todos los que se proponía para jugar un partido, incluidos los ejecutivos de Island Records que le asesoraban. En los años 70, la época de mayor esplendor del músico, usó su nombre para acercarse y poder conocer a algunos de los más grandes futbolistas. Entre ellos, nunca llegaría a ver en persona a sus dos mayores ídolos, a los que veneró toda su vida, que eran Pelé y Osvaldo Ardiles.
El fútbol fue su otra gran pasión, tanto como la música, y un episodio vivido en un partido pudo haberle cambiado la vida. Fue en Londres, en 1977, cuando jugaba contra un grupo de periodistas ingleses. Según recoge Rita Marley en su libro 'No woman, no cry', Bob Marley recibió un pistotón mientras jugaba que le causó una herida. Al principio no reparó en la lesión y siguió jugando, pero las molestias le obligaron a ir al médico y tratarse. Al hacerlo descubrió que tenía una tumoración cancerígena que comenzaba a extenderse.
Esa casualidad, surgida de ese pisotón en un partido de fútbol, podía haber hecho que el rastafari se tratara, pero Marley decidió continuar con su vida de siempre y la metástasis hizo que falleciera un 11 de mayo de 1981. Tras un multitudinario último adiós, Bob Marley fue enterrado con su guitarra y un balón de fútbol.
Una pasión que comparten sus hijos
Después de su muerte, los hijos de Marley han continuado en contacto con el mundo del fútbol, contagiados por la afición de su padre. De hecho, la selección femenina jamaicana se clasificó el pasado año por primera vez en una Copa del Mundo, en gran medida, gracias a su hija Cedella. Esta ha ayudado como embajadora, con patrocinadores y apoyo financiero y mediático, después de que la selección se disolviera por parte de la federación de su país.
"A mí padre le encantaba el fútbol, estoy segura de que si no hubiera sido músico, hubiera sido delantero de un equipo de fútbol. Estaba todo el día jugando", recordó en una ocasión la hija de la leyenda del reggae.
Cedella no solo donó una gran cifra económica para mejorar las condiciones en las que entrenaban las Reggae Girlz, nombre de ese equipo femenino, también comenzó una campaña de concientización hacia ellas. Creó también una canción junto a sus hermano Stephen y Damian llamado Strike Hard. Además, también su hermano Ziggy se involucró en el fútbol desde la música, y grabó el himno nacional de los Reggae Boyz, el equipo nacional masculino, en 1998.
Daniel Garrán
Jefe de producto de LOS40 Classic