Especial
Bob Dylan y el misterioso accidente de moto que nunca se aclaró
En pleno verano de 1966, el músico sufrió un percance que le apartó de la vida pública y sirvió para alimentar su mito
Con tan solo 25 años, y seis discos ya publicados, Bob Dylan era toda una estrella. Había demostrado todo su potencial en un periodo récord de tres años, entre 1963 y 1966, y podía incluirse entre los artistas estadounidenses más influyentes de su época. En el ámbito personal, estaba casado y esperaba un hijo. Y precisamente durante el verano de 1966, un 29 de julio, su vida estuvo a punto de terminar de manera trágica tras sufrir un accidente de moto.
Han pasado más de cinco décadas, pero aún hay misterios que rodean las circunstancias del accidente. Bob conducía su Triumph 500 seguido por su mujer, que iba en coche, en las inmediaciones de Woodstock, a las afueras de Nueva York, donde se habían mudado un tiempo antes. Algunos testimonios del músico afirman que resbaló con un charco de aceite, otros aseguran que Dylan les contó que el sol lo cegó e hizo que perdiera el equilibrio.
"La rueda de atrás se bloqueó, creo. Perdí el control y me fui dando bandazos de un lado a otro. Lo siguiente que recuerdo es que me encontraba en un lugar del que nunca había oído hablar con la cara llena de cortes, así que me quedaron algunas cicatrices. Vi pasar ante mi toda mi vida", cuenta Bob sobre el accidente en unas declaraciones recogidas por Efeeme.
Más allá de la causa del accidente, el silencio con el que se trató posteriormente fue lo que más preocupó a sus fans y a la prensa. Cuando cayó de la moto, el músico se rompió una vértebra, pero no se llamó a una ambulancia, ni su mujer lo llevó a un médico ni trascendió ninguna ficha policial al respecto.
A partir de ese momento, y quizá lo que más preocupó a todos sus seguidores, Dylan desapareció por completo de la escena pública. Rápidamente se extendieron como la pólvora teorías que lo daban por muerto, que hablaban de muerte cerebral o que aseguraban que no podría volver a andar. Todo hacía presagiar que la carrera del cantante había terminado para siempre a los 25 años, y es que se cancelaron todos sus shows en directo.
Fue ese accidente de moto el que le hizo cambiar el chip. "Eso me dejó fuera de combate un tiempo, y seguí sin sentir la gravedad del accidente hasta al menos un año después de aquello. Me di cuenta de que había sido un accidente de verdad en el sentido de que pensaba que me iba a levantar y a volver a lo que había estado haciendo hasta entonces, pero ya no podía", dijo el propio Dylan sobre el percance que sufrió.
En aquel momento Dylan ya había dado el enorme salto que separaba a los artistas de los bares a los estadios, y en 1965 su single Like a Rolling Stone estaba en lo más alto de todos los ránkings y listas de éxitos. Su vida había cambiado, y se pasaba los días viajando, cogiendo aviones y durmiendo fuera de casa.
Además de la vértebra rota y varias contusiones, el accidente le ayudó a reflexionar, y fue el cambio más importante que sufrió. Hasta entonces, la vida de Dylan había sido todoterreno, un no parar de giras, conciertos y viajes sin poner los pies en la tierra. Aprendió a valorar el tiempo que pasaba con su familia y, cómo no, también dedicó el tiempo a la música, su gran pasión. En ese periodo de reclusión, ya en 1967, se reunió con The Hawks en el sótano de su casa, donde grabaría más de 100 canciones. Todo este material vería la luz casi una década después con el álbum doble The Basement Tapes. También se dedicó a escribir las letras de su siguiente álbum, John Wesley Harding, mucho más country que lo que solía ser su estilo.
Daniel Garrán
Jefe de producto de LOS40 Classic