Pilar Rubio confiesa el porqué de las lágrimas en su posparto
Y nos relata cómo fue el nacimiento de su último hijo
Han pasado ya once días desde que Pilar Rubio dio a luz a Máximo Adriano, su cuarto hijo. Hace unos días compartía una fotografía de su primera semana de vida. Ahora, ha decidido contar cómo vivió ella el día del parto y cómo está siendo el posparto. Y lo ha hecho con una buena dosis de realidad, sin ocultar los malos momentos.
“Hace 11 días que di a luz. Todavía estoy en proceso de adaptación y mi cuerpo es una fiesta de hormonas, aun así, he querido compartir con vosotros uno de los momentos más importantes de mi vida”, escribía junto a un vídeo en el que comparte su relato.
Su pequeño nació un domingo. Después de haber empezado a dilatar el sábado anterior, cuando se levantó al día siguiente, cogió la maleta y puso rumbo al hospital. Aguantó las primeras contracciones haciendo ejercicios para favorecer la dilatación. Luego, llegó la epidural y todo fue más fácil. Tuvo un parto rápido y sin complicaciones.
“Llegué muy baja de energía porque llevaba varias semanas sin dormir bien debido a las molestias del embarazo típicas y también a las preocupaciones y la incertidumbre de no saber qué va a pasar. Aunque iba tranquila, eso siempre está en el subconsciente”, confesaba.
De vuelta en casa llega el trabajo más duro. “Un bebé te cambia la vida, a mejor, pero requiere, sobre todo los primeros días, dedicación absoluta. Yo le doy el pecho a mi hijo, se lo he dado a los tres y a este también le estoy dando el pecho”, aseguraba.
Y en ese momento de dar el pecho es donde ha tenido que soportar lo peor del posparto. “Hay una cosa mucho más dolorosa que las contracciones, pero mucho más, los entuertos que son una especie de contracciones que se producen en el útero que hacen que involucione, que vuelva como a su forma original poco a poco”, explicaba, “yo cuando más las noto es cuando el bebé comienza a mamar. Suele durar 48 horas, pero os juro que se me pone la piel de gallina solo de pensarlo y, en el momento, esas 48 horas, cada vez que mamaba, se me saltaban las lágrimas”.
Insiste en que es su caso personal y que no les tiene que afectar de igual manera a todas las mujeres. Pero está claro que ha sido duro para ella. Lo que no se cansa de repetir es que “cuidarnos durante el embarazo, prestar atención a nuestro cuerpo, escucharlo… es bueno para el bebé y es bueno para la mamá”.
Todo el ejercicio que hace ella antes, durante y después de un embarazo la permiten recuperarse con mayor facilidad. “Todavía no me he recuperado del todo, es imposible, no hay milagros, es cuestión de trabajo y de constancia, pero creo que ha bajado bastante el volumen de mi tripa”, aseguraba mostrando su estado actual.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...