Especial
‘Los juegos del hambre’ o ‘Divergente’ ya tiene su sucesor español y lo firma Fran Ciaro
El padre de la familia Carameluchi presenta ‘La torre de cristal’
El calentamiento global es un mal que parece haber quedado en un segundo plano tras la pandemia pero que sigue amenazando el mundo tal y como lo conocemos. Fran Ciaro es consciente y lo ha convertido en el tema central de su novela que nos presenta una Nueva Madrid en el futuro, muy diferente a la capital que conocemos, como consecuencia de lo mal que hemos cuidado el medio ambiente.
Un mundo distópico que nos recuerda a ratos a los de Los juegos del hambre con luchas similares a las de Divergente. Y es que su historia tiene similitudes con estas sagas juveniles que han tenido tanto éxito entre el público juvenil. En su caso, los protagonistas son Violeta, la hija de la mandamás y Eric, un músico callejero que poco tiene que ver con ella. Sus vidas se cruzan y comparten amor y aventura.
El padre de los Carameluchi nos trae esta lectura fácil y adictiva que tiene pinta de convertirse en una nueva saga de éxito. De la novela, de música, de su vida como creador de contenidos, de redes sociales y de su hija, Elashow, hemos charlado un rato.
Aunque sin tener nada que ver, este tipo de novelas nos recuerdan a otras sagas como Los juegos del hambre o Divergente, ¿las has leído?
A mí me encanta la lectura de fantasía y ciencia ficción, es lo que más me gusta. Tiene un toque porque los protagonistas son jóvenes, luchan por sobrevivir, luchan por sentimiento… tienen algo de este tipo de saga y eso le hace ser un libro bastante potente.
En ambas sagas tienen a su chica empoderada, la tuya es Violeta, ¿qué importancia le das a estos personajes femeninos?
Tienen muchísima importancia en estos tiempos en los que tenemos esa lucha por la igualdad. Violeta ensalza los valores de la mujer. Es valiente, fuerte, sobre todo mentalmente, lucha por sus ideales, no se deja amedrentar… es un personaje que me encanta. Yo tengo en casa a una mujer que es super fuerte y para mí es un ejemplo a seguir.
Un mundo marcado por las consecuencias del calentamiento global y una pandemia… eso parece más realidad que ficción.
Lo que pretendía, aparte de entretener y transmitir sentimientos, quería hacer llegar ese mensaje a la juventud, sobre todo, de lo importante que es cuidar nuestro medio ambiente porque, al fin y al cabo, la tierra en la que vivimos debemos entenderla como un ser con el que compartimos la vida y que nos da tantísimo que hay que respetarlo y saber cuál es nuestro lugar en este ecosistema. No se le da importancia desde las altas instancia y ahora vemos que Bill Gates está diciendo ya que la próxima pandemia va a ser el cambio climático. Cuanto antes nos demos cuenta y empecemos a hacer algo por remediarlo o disminuir el riesgo, muchísimo mejor.
Entiendo que no eres visionario y que parte de esta novela la has escrito durante la pandemia, ¿no?
Llevo trabajando en esta novela más de un año, pero una novela es un texto vivo y siempre hay posibilidades de cambio. Cuando estábamos terminándola empezó el estado de alarma y decidimos hacer mención al covid-19 para darle ese punto de realidad porque así acercamos más el mensaje al lector.
El origen era denunciar el calentamiento global y sus consecuencias y eso, a veces, puede parecer algo etéreo, ¿qué puedes hacer tú para ayudar?
Como escritor puedo intentar inculcar en la juventud posibles reacciones que puede tener la naturaleza contra nosotros con nuestros actos y, desde el punto de vista individual, intentar inculcar a mis hijos el respeto por la naturaleza, el amor por los animales, el disfrute de lo que la tierra nos da… lo importante es que todos rememos en la misma dirección.
En cuanto a la pandemia, ¿cómo lo has llevado?
Tanto mi mujer como yo somos bastante conservadores, hemos sido muy estrictos. Desde que comenzó la pandemia en España, el estado de alarma, en marzo, no hemos recibido a nadie, solo a la familia más cercana, padres y hermanos. No hemos quedado con amigos. Ahora uno de nuestros hijos está yendo al cole y no queda más remedio que abrirnos un poco más. Vemos otra gente que hace vida normal y nosotros, en ese sentido, somos muy estrictos.
Entonces, os habrá costado la vuelta al cole de Elaia, ¿no?
Hemos hablado con el director del cole en varias ocasiones para asegurarnos qué tipo de medida están llevando. Va a un colegio muy pequeñito, son pocos alumnos, está todo muy controlado y, en ese sentido, estamos más tranquilos, pero no podemos estar 100% tranquilos porque la situación parece que se está descontrolando en España.
Volviendo a tu novela, presentas un mundo muy cambiado, pero con una premisa que siempre es la misma, las clases sociales... ¿eso es inherente al ser humano?
Históricamente siempre ha habido clases y siempre las habrá. Es una sociedad en la que parece que estamos acostumbrados a ese tipo de diferenciaciones y cada vez es mayor. Basta con analizar Forbes, no hay mayor clasismo, no sé el sentido de esa lista, si para empoderar a esos poderosos aún más o hacer sentir miserables al resto de personas.
Otro tema que planteas es el de la maternidad entendida de diversas maneras… ¿cómo la entiendes tú?
Entiendo la importancia de la familia como vínculo de amor. Yo tengo dos hijos, uno es de mi sangre y la chica no, pero para mí como si lo fuera. El amor es lo más importante y la maternidad tiene ese vínculo tan fuerte entre madre e hijo. El amor es incondicional y tiene muchas vertientes y es muy complicado demostrar cuál es el más sincero porque cada uno ama de una manera.
Como en toda buena novela no falta la historia de amor. A Violeta le pones a Eric… músico… ¿qué le has dado de ti mismo?
Comparte conmigo el amor por la música, yo también soy músico. Comparte conmigo la lealtad a la amistad, la lucha por los sueños, pero también hay que decir que él es mucho más valiente que yo.
¿Cuándo tuviste tu primera guitarra?
Mi primera guitarra me la regaló mi tía cuando tenía 10 años. Era una guitarra clásica española super bonita. Luego he tenido unas cuantas más. Ahora tengo una acústica negra, que me encanta, que me la regaló mi abuelo, que en paz descanse, y le tengo muchísimo cariño y, aparte de eso, tengo en casa un piano y mi hija toca el ukelele. Somos una familia a la que nos encanta la música.
Entre las muchas cosas que haces, la música es una de ellas, ¿qué papel juega en tu vida?
A mí me ha movido desde pequeño, ha sido el motor. Yo soy muy tímido y a través de la música he podido expresar mis sentimientos. Cuando me subía a un escenario y me enfrentaba a 10.000 personas en el público, cambiaba cuando cogía el micrófono. Era mi forma de expresarme. En círculos muy pequeños, en familia, me cuesta un mundo expresarme. Es inherente al artista esa contradicción.
Si tuvieras que elegir tu mejor momento musical, ¿cuál sería?
Tuve un grupo. Empecé con 18 años en una banda que se llamaba Asignatura pendiente y compartí con mis amigos momentos increíbles. Quizás uno de los momentos más importantes fue cuando tocamos en la plaza mayor de Mallorca, con 20.000 personas. Me transmitió muchísimo, viví cómo se cumplía uno de mis sueños. Y grabando los discos… para mí la música ha sido ir cumpliendo sueños. Ahora también haciendo música en familia.
Tú lo has dicho, cantáis en familia, ¿cómo surgen esas canciones?
Principalmente de nuestro amor por la música y de ese punto de que queremos disfrutar todo en familia. Queremos transmitir ese mensaje de que en familia se puede hacer todo. Con tus hijos puedes compartir tus sueños, tus aventuras… y disfrutarlas como nunca. Mi hija también está dando clases de canto y surgió la ocasión de grabar juntos. Ahora mismo estamos grabando con un productor de Puerto Rico, estamos preparando una nueva canción que queremos sacar antes de fin de año. Durante la pandemia sacamos otra que se llama Levanta el corazón con la que quisimos transmitir alegría en momentos tan complicados.
Vuestros vídeos triunfan, ¿crees que hay un hueco por llenar en cuanto a música para niños o familiar se refiere?
Hay un hueco ahí porque ahora mismo no me viene ninguna familia que haga música divertida, entretenida. Hay un hueco enorme y ahí estamos nosotros para intentar llenarlo.
Vuestro Roast yourself challenge tiene más de 17 millones de reproducciones, ¿cómo valoráis eso?
Agradecemos cada día ese altavoz que nos ha dado youtube y las redes sociales para llegar a tanta gente y queremos aprovecharlo para transmitir ese mensaje de alegría y de vivir siempre con una sonrisa. Recibimos siempre mucho cariño.
Habrá gente que os considere músicos y habrá gente que os considere youtubers que hacen música, ¿vosotros cómo lo veis?
Entiendo que haya gente que piense que somos youtubers que hacen música o que somos youtubers que escriben porque el foco se nos ha dado a raíz de llegar a tanta gente con nuestras redes sociales y eso implica que la gente no nos conoce de antes. Yo empecé con 18 años en la música, me considero músico, amo la música y nadie puede decirme lo contrario. Mi mujer y yo hemos tenido una productora audiovisual, hemos escrito guiones online, de comedia, antes de La torre de cristal autopubliqué otra novela en Amazon. Me considero una persona creativa. El foco de youtube es importantísimo y nos ha permitido llegar a más gente, pero no es lo que me ha hecho ser lo que soy.
Comentabas que compartes esa pasión por la música con Elaia, de hecho, Elashow ya es una marca en sí misma, ¿cómo habéis conseguido que una niña de 13 años asimile todo esto manteniendo los pies en la tierra?
Es un trabajo del día a día. Nosotros somos sus referentes y ve que todo lo hacemos con mucho cariño, que agradecemos cada cosa que nos llega y cómo vivimos todo lo que nos llega y eso es importante para que nos vea como referente. Es complicado para alguien tan joven ver como lo que hace triunfa y llega a tanta gente. Ella es muy abierta, charla mucho con nosotros, todo lo que siente nos lo comunica y nosotros a ella, tenemos una relación super abierta y siempre estamos hablando de cómo ve las cosas, cómo se siente. Está disfrutando mucho lo que hace y tiene claro que todo esto puede ser efímero y que tiene que disfrutar el momento siempre respetando a los demás.
En casa, ¿qué música escucháis?
A mí me encanta el pop rock en inglés y en español. Nos gusta mucho la música urbana para pasarlo bien. A Nahomi le gusta el jazz. Si es buena música, nos gusta.
Pero si pudierais pedir a la carta una colaboración, ¿a quién escogeríais?
Me encantaría una colaboración con Luis Fonsi, para mí ha sido un ídolo musical desde que era joven y sería algo increíble. Tenemos muchos amigos de la música en Puerto Rico, también en Miami y nunca se sabe lo que puede pasar. Ahí lo dejo Luis.
Vosotros habéis encontrado en la tecnología y las redes sociales vuestro modo de vida, no sé si habéis visto el documental de Netflix del que todo el mundo habla últimamente, Social Dilemma, que habla de los peligros y manipulación detrás de esta industria, ¿cómo lo veis?
Consideramos las redes sociales como nuestra propia casa y lo que no permitimos en nuestra casa, no lo permitimos en las redes, no damos pie a que haya comentarios negativos, tenemos una política muy estricta en ese sentido. Para inculcar alegría primero hay que saber poner límites. Nuestra hija no lleva sus redes sociales, lo hacemos nosotros, porque ella es menor. Es muy importante el trabajo de los padres y los profesores de educar a sus hijos en cómo deben hacer un uso responsable en las redes sociales y poner límites a los hijos.
Vosotros que habéis vivido en Arizona, en Londres y creo que ahora en Málaga, ¿cómo habéis notado la aceptación de este tipo de canales y profesión en cada uno de los sitios?
Cambia muchísimo. A los creadores de contenido, no me gusta llamarme youtuber, en España se nos ve de manera despectiva por cierta parte de la población y en Estados Unidos e Inglaterra hay otra visión, se les da más valor a lo que hacen. A nosotros nos llegan comentarios de ‘no dais palo al agua’ y ese tipo de cosas y yo te puedo decir que no paramos de trabajar.
Sois muy inquietos y creativos, ¿qué andáis tramando ahora?
Yo ahora estoy inmerso en la salida de la novela, pero siempre estamos trabajando en proyectos. Mi mujer está ahora trabajando en su próxima novela, mi hija publica el 25 de septiembre un nuevo libro. Estamos haciendo música, una nueva canción para la familia y el productor de Puerto Rico está terminando una canción que he grabado yo que espero publicar en octubre. También hemos creado una marca de productos naturales, siempre estamos buscando algo nuevo, es una adicción para nosotros crear.
¿Ya has escrito la continuación de La torre de cristal?
Todavía no. Creo que es muy interesante investigar en otros lugares. La novela se centra en Nueva Madrid pero hay otros lugares en los que no sabemos cómo está afectando todo esto y qué implicaciones puede tener la búsqueda de víveres en las distintas poblaciones que quedan en la península pero ya veremos.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...