Especial
Las duras cicatrices de Seal y su historia de superación
El cantante, que padece lupus cutáneo, vivió una infancia marcada por malos tratos.
Todas las canciones que se han puesto en boca de Seal han sido melodías para los oídos. Y es que el artista ha hecho las versiones más románticas de éxitos como: Anyone Who Knows What Love Is, I've Got You Under My Skin o Stand by Me. Sin embargo detrás de esta voz tan dulce que parece sacada de un cuento de hadas se esconde una historia de superación y una infancia dura.
Uno de los signos de identidad del cantante británico son unas llamativas cicatrices que luce en su cara. Algo que no le ha impedido triunfar ni en lo personal ni en lo profesional. Son muchas las especulaciones que se han hecho sobre sus marcas a lo largo de su carrera artística. Estas, las del rostro, saltan a la vista y son consecuencia de la enfermedad crónica que padece, lupus cutáneo. Las otras, las que no se perciben, le acompañan desde que era un niño y sufría malos tratos.
La infancia de Seal no fue un camino de rosas. Marcada por el abandono y el maltrato, a los pocos años de vida su madre fue deportada a Nigeria y Seal tuvo que ser dado en adopción. Frank y Bárbara fueron sus padres adoptivos quienes, durante dos años, le brindaron todo el amor que sabían. Sin embargo, un día su madre biológica volvió a tocar a la puerta arrepentida por haberlo dado en adopción y logró recuperarle.
Estuvo dos años más con el pequeño en Londres hasta que regresó a su país de origen, Nigeria, dejando a Seal bajo tutela de su padre, un hombre violento y desmedido. "No había mucha comunicación en casa. Yo no idolatraba a mi padre", confesó durante una entrevista. Para ganarse el pan, Seal realizó tuvo que trabajar como cartero o camarero. "Todo lo que pasé fue esencial para formar lo que soy actualmente", afirmó el artista.
Su amor por la música siempre le acompañó, pero no veía posible dedicarse a ella. Quien le animó a saltar a la fama fue su primera novia. "Ella me compró un bajo, una batería y una grabadora y me dijo: 'Esto es lo que deberías estar haciendo. Estás perdiendo el tiempo'",comentó el cantante.
Cuando parecía que la vida comenzaba a sonreírle, ese mismo año, se enteró de que sufría una enfermedad autoinmune, el lupus. Una enfermedad que le acompañaría toda la vida en la que el sistema inmunitario ataca a diferentes órganos y tejidos y causa pérdida de cabello y heridas en todo el cuerpo, especialmente en la cara. Por eso, las cicatrices en su cara le acompañarán siempre pero con su talento pasan totalmente desapercibidas.