Sharon Stone confiesa que tiene unos pechos que no pidió o que su abuelo abusó de ella siendo una niña
Duras confesiones en la biografía que acaba de publicar
The Beauty Living Twice, así se llama la biografía que ha publicado Sharon Stone en la que se recoge mucho salseo de Hollywood, de ese que no siempre se cuenta públicamente. En sus páginas habla de su experiencia cercana a la muerte, de los abusos sexuales que sufrió siendo una niña o de los trapos sucios de una industria muy machista.
Unas páginas llenas de revelaciones y momentos muy duros. Y es que detrás del éxito, la fama y el dinero, hay historias truculentas que son difíciles de digerir. Por ejemplo, la actriz confiesa que tanto ella como su hermana, siendo solo unas niñas, sufrieron abusos sexuales de parte de su abuelo materno y que no respiraron tranquilas hasta que no asistieron a su funeral cuando ella tenía 14 años.
Machismo en Hollywood
Ahora tiene 63 y ha decidido no callarse. Entre las anécdotas que cuenta de su trabajo se refiere a una ocasión en la que un productor, del que no da nombre, la presionó para que tuviera sexo real con un actor y así, de esa manera, conseguir más química delante de las cámaras.
“¿Qué te crees, que porque me acueste con él será mejor actor? Nadie es tan bueno en la cama. Pensé que debían contratar a un compañero con más talento, que pudiera llevar una escena y acordarse de su texto. También pensé que podían irse a la mierda y dejarme en paz”, relata en el libro.
También habla de su famosa escena de Instinto Básico y ese cruce de piernas que ha pasado a formar parte del cine. Según ella, el director de la peli, Paul Verhoeven, le dijo que se quitara la ropa interior porque se reflejaba con la luz que había, asegurándole que no se vería nada. Cuando vio el resultado en una sala llena de abogados y productores, se dio cuenta de que la habían engañado.
Visitas desde el más allá
También habla de su salud. Sufrió un derrame cerebral que la hundió y no sólo por las secuelas y la lenta recuperación. Perdió la custodia de su hijo y dejaron de llamarla para trabajar.
En aquellos momentos, recibió una visita muy especial en el hospital, la de su abuela muerta. “Una noche me desperté con mi abuela Lela de pie a los pies de mi cama. Sé que suena razonable, pero es que mi abuela llevaba 30 años muerta”, cuenta, “su aspecto era precioso. Olía muy bien: siempre llevaba un perfume de Guerlain, Shalimar. Estaba de punta en blanco, con su traje y su sombrero favoritos. Me dijo: 'No sabemos realmente lo que te pasa, estamos trabajando en ello. Pero hagas lo que hagas, no muevas el cuello'. Luego se fue. Entonces cogí el oso de peluche que me había traído mi padre, me puse a un lado de la cama, me puse el oso al lado del cuello y no me moví. No importaba nada más, sabía que no debía moverme".
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No ha sido la única visita de ultratumba que ha recibido. Según cuenta, también estuvo en contacto con tres actores que le animaron a contar su historia.
Pechos no deseados
Y parece ser que sus asuntos de hospital no tienen fin. También ha desvelado que en 2001 se sometió a una operación para extirparle unos tumores benignos en el pecho. Cuando se despertó de la operación se dio cuenta de que había aumentado su tamaño.
“Cuando me quitaron la venda, descubrí que tenía unos pechos más grandes que antes, que según el médico pegaban más con el tamaño de mis caderas. Había cambiado mi cuerpo sin mi conocimiento ni mi consentimiento... Pensó que me vería mejor con unos pechos más grandes y 'mejores'", explica.
Debió ser un shock.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...