30 años de ‘En la cama con Madonna’, el documental que marcó toda la cultura pop
El montaje de su gira de 1991 mostró la cara más provocativa, íntima y escandalosa de la Reina del Pop

Madonna durante uno de sus conciertos de la gira Blonde Ambition Tour, con su icónico vestuario de Jean Paul Gaultier, en 1990. / Gie Knaeps/Getty Images
Lleva cuatro décadas siendo la Reina del Pop. Desde que comenzó su carrera en la música, Madonna ha sabido permanecer como una de las piezas clave de la actualidad, renovando su sonido y su estética para adaptarla a los nuevos tiempos que corren. Lejos de enfrentarse a las artistas que fueron surgiendo posteriormente, las acogió como compañeras e incluso selló su amistad con un beso, con el que dio a Christina Aguilera y Britney Spears en los premios MTV.
A lo largo de todos estos años, muchas de estas dignas sucesoras han protagonizado documentales en los que se dan a conocer al gran público, y exponen algunos de los secretos mejor guardados sobre su vida privada. Con el de Lady Gaga conocimos sus problemas de salud y con el de Beyoncé pudimos adentrarnos en la preparación de su concierto en el festival de Coachella. En uno de los más recientes, el de J Balvin, también pudimos comprobar cómo cuidaba el músico su salud mental. Pero antes que ellos, efectivamente, ya lo había hecho Madonna.
Se cumplen 30 años del estreno de Madonna: Truth or Dare, un documental conocido como En la cama con Madonna. En 1991 todo lo que tocaba la ambición rubia se convertía en oro. Se encontraba inmersa en su tercera gran gira, en la realizó casi 60 conciertos en tres continentes. El despliegue era enorme, las capitales más grandes del mundo, un elenco inmenso de bailarines y su icónico vestuario de Jean Paul Gautier.
En ese momento surgió la idea (una más para recaudar todo el dinero posible) de grabar algunos de los conciertos de la gira para hacer un especial del canal de cable HBO y lanzarlo en cinta de VHS con posterioridad. Sonaba como director David FIncher, que había participado con Madonna en los videoclips de Express Yourself y Vogue, aunque finalmente no estuvo incluido en el proyecto.
Finalmente fue Alek Keshishian el que se puso a los mandos de la película, que en principio no iba a ser más que un tradicional compendio de conciertos para conocer el despliegue de las giras de Madonna. Pero el proyecto creció, y sus dos horas de metraje contienen escenas públicas e íntimas a partes iguales. El metraje además anticipa muchas de las tendencias que se dieron posteriormente en la cultura pop. Ahora es muy habitual ver las escenas más cotidianas de las estrellas, pero en aquella época fue completamente rompedor ver a una artista de este calibre charlando con sus bailarines como si fueran una familia.

El director Alek Keshishian y Madonna, en 1990. / Barry King/WireImage

El director Alek Keshishian y Madonna, en 1990. / Barry King/WireImage
También se explora el uso del escándalo como herramienta promocional, algo que Madonna explotó al máximo durante los 80 y 90. Ella misma aparece desafiante ante la policía cuando esta valora si es lícito o no que aparezca simulando una masturbación en el escenario.
La película no estuvo exenta de problemas. Se estrenó en mayo de 1991, y se proyectó con nocturnidad en el Festival de Cannes. Sin embargo, poco después Madonna y la productora fueron demandados por los bailarines de la gira, después de que esta se negara a eliminar una escena comprometedora. Llegó a estrenarse en más de 600 cines, y se convirtió en el documental más taquillero de la época. Todo fue una provocación: desde su modo de vida a la más clara diversidad sexual de sus bailarines o sus juegos más explícitos.

Daniel Garrán
Jefe de producto de LOS40 Classic