Hovik Keuchkerian (‘La casa de papel’) confiesa su lado más oscuro con las adicciones: “Te vas alienando”
El actor que encarnó a Bogotá se sinceró frente a Pablo Motos
El actor Hovik Keuchkerian ha sido uno de los grandes protagonistas recientes de El Hormiguero. Él, que dio vida a Bogotá en La casa de papel y fue de los intérpretes principales de Antidisturbios, se ha convertido en los últimos años en uno de los artistas más populares de nuestra televisión.
Sin embargo, no todo en la vida de este ex-boxeador de origen libanés ha sido color de rosa, ya que durante muchos años Keuchkerian ha pasado por el infierno de las adicciones, en concreto la adicción al alcohol, algo que no había experimentado hasta los 32 años. Hoy, a sus 48, dice estar completamente limpio, pero con todo el valor y coraje del mundo se ha atrevido a hablar de sus debilidades del pasado frente a Pablo Motos, concediéndole una dura confesión en pleno prime time.
«Me metí en un bucle de curro», explica tras decir que había perdido la pasión por el boxeo y que empezó a probarse en el mundo de los monólogos y la interpretación. «Ha sido como una montaña rusa de muchos años en los que principalmente el alcohol ha sido la puerta de pensar solo en ti, aislarte en tu casa, apartarte de la gente. Y te salva el estar metido en la rueda a nivel profesional».
Uno de los momentos más duros llegó cuando contó de soslayo hasta qué punto su adicción era un problema: «Te han contratado y tienes que cumplir tu trabajo y cumples. Pero no es lo mismo estar en un set de rodaje deseando al 100% hacer lo que tienes que hacer que estar en un set de rodaje y a la una de la tarde estar deseando que den las seis para llegar a tu casa y abrirte el whisky y ponerte tu serie o cogerte tu libro y acostarte a las once y media o las doce mamao». Hasta tal punto llegaba la adicción.
Keuchkerian, además, confiesa que este tipo de actividades las solía hacer en completa soledad. «Te vas alienando», explica. ¿Cómo consiguió salir de este bucle de lenta autodestrucción? Básicamente gracias a su madre, quien ha sido un pilar fundamental en su vida.
«Me llevó al rincón del ring y me tiró todo. Mi madre era Joe Frazier por teléfono. Hacía años que no hablábamos. Me dijo: estás gordo, estás tóxico, estás feo, andas encorvado. Eres un trozo de mierda, vamos. No te lo voy a decir más. Haz lo que quieras, hijo. Cuando tu madre te dice eso... pues pasó algo dentro de mí. Estaba tirado en mi cama en casa y fue como que me revolvió [...] Pensé que cuando ella ya no esté [...] No quiero que se vaya dejando aquí un trozo de mierda», añadió, visiblemente emocionado.
«He estado mucho tiempo machacándome sin ser bueno para mí ni para la gente que tengo a mi alrededor [...] Después de muchos años he conseguido pegar el giro. Tenía claro antes de terminar La casa de papel que no iba a coger proyecto. Que iba a parar, quitando al señor Paco León [con quien rodará Rainbow, una peculiar adaptación de El Mago de Oz], que vino al pueblo a verme a comer conmigo y le dije que sí porque eran cinco sesiones solo y quería probarme estando focalizado».
Eso no significa, ni mucho menos, un adiós para Keuchkerian, sino un pequeño frenazo en su carrera, ya que remató con un: «Dentro de seis meses estaré preparado para la guerra».