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Tino Casal: 33 años de aquella salida nocturna por el ‘Madrid de la Movida’ que acabó en tragedia
Él fue la única victima mortal de aquel fatídico episodio, el 22 de septiembre de 1991
"Sabía que no iba a llegar a viejo", decía su amigo Julián Ruiz. Y decía bien. Tino Casal tenía 41 años cuando falleció. Había salido con un grupo de amigos a cenar y a tomar unas copas. Era una de sus habituales salidas nocturnas por el Madrid de la Movida. Pero no terminó como las demás. Aquella madrugada otoñal y lluviosa, el coche en el viajaba se estrelló. Él fue la única victima mortal. Ocurrió el 22 de septiembre de 1991, hace ahora 33 años. Repasamos cómo fueron sus últimos meses, alejado de la música y dedicado de lleno a la pintura.
Su último disco: Histeria
Histeria fue el quinto y último disco de Tino Casal. Lo publicó en 1990, después de Neocasal (1981), Etiqueta negra (1983), Hielo rojo (1984) y Lágrimas de cocodrilo (1987). Pero no logró el éxito esperado. No contenía hits claros como Champú de huevo, Eloise o Embrujada. Eso sí, se adelantó a los Fugees más de dos décadas haciendo su propia versión de Killing me softly de Roberta Flack. Adaptada al español se llamó Tal como soy.
Después de la escasa repercusión de Histeria, dejó de lado la música temporalmente. Lo que en principio iba a ser un paréntesis... se cerró abruptamente.
"Tuve que dejar un poco de lado la música"
En esa época, Tino se centró en la pintura, otra de sus pasiones. Lo contaba su amigo, el pintor cordobés Antonio Villa-Toro: "Yo me acostaba y él se pasaba la noche pintando. Era muy talentoso". Entre el 25 de Abril y el 15 de Mayo de 1991, presentó su primera (y última) exposición 'Pinturas de Guerra' en la Sala de Arte Moncloa. En la que quizá fuera una de sus últimas entrevistas en TVE, el artista reconocía: "Tuve que dejar un poco de lado la música. De momento, es una especie de paréntesis. Necesitaba como una respiración dentro de la música y creí que era el momento oportuno. Si te pones a pintar, te pones a pintar las 24 horas del día. Suelo pintar por la noche y en silencio. Lo único que hago es desnudarme y establecer una batalla con los lienzos y los colores".
Casal era "más auténtico pintando que en la música" y afirmaba: "ahora soy mucho más libre y hago más lo que me apetece".
La Santísima Trinidad
"Le gustaba la noche por encima de todo", decía su amigo y productor Julián Ruiz. La noche para pintar o para salir de copas por el Madrid de la Movida. El primer single de su último álbum, también llamado Histeria, era un relato de ese Madrid nocturno al que era tan asiduo (Otro viernes más/ Tendré que salir/ Que asco de ciudad/ Menudo movidón) y menciona algunos de los locales que frecuentaba: Hanoi, Pachá, Joy, Nairobi, Archy.
Tino pasaba muchas noches de juerga con dos amigos inseparables: Fabio McNamara y Antonio Villa-Toro. El cordobés recordaba Cordópolis: "Nos llamaban La Santísima Trinidad. Siempre íbamos juntos Tino, Fabio McNamara y yo... hasta el punto de que dormíamos los tres en la misma cama sin sexo ni nada, solo con cariño, de forma fraternal"
Una noche más
La noche del sábado 21 al domingo 22 de Septiembre de 1991 iba a ser una más. Aunque esa noche "no sé muy bien por qué, no venía Fabio", contaba Villa-Toro en El País: "Las dos personas que nos acompañaban no eran grandes amigos nuestros. Cuando salíamos por la noche se nos pegaban chicos jóvenes". Uno de ellos se llamaba Manolo y el otro Gonzalo. Cenaron, se bebieron una botella de vino entre los cuatro y después fueron al Stella, una discoteca madrileña de moda en los 80's. A continuación, "uno de los chicos que venía con nosotros nos dijo que conocía un estudio de grabación en Pozuelo que estaba muy bien. Tenía las llaves porque era de un amigo".
Era una noche otoñal. Llovía. Después de pasar por la casa de Tino a recoger unos micrófonos, se dirigieron al estudio. Iban en un Opel Corsa blanco. Casal ocupaba el asiento del copiloto, sin cinturón de seguridad, Gonzalo conducía y Antonio y Manolo iban detrás. Uno de los ocupantes del vehículo, Antonio Villa-Toro quiso hablar de los pormenores del accidente "harto de escuchar mentiras sobre lo que ocurrió".
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'Tino, ¿cómo estás?'
Lo contó en El País, en su edición del 29 de Noviembre de 2020: "El coche se deslizó y chocamos. Serían las 6.30... Después del choque vi un telón de humo negro y pregunté: 'Tino, ¿cómo estás?'. No contestó, pero creo que todavía estaba vivo". Llegaron sanitarios y un helicóptero para evacuar al cantante. Su pronóstico era grave.
El 22 de Septiembre de 1991, la prensa nacional recogía el fatal desenlace: "El cantante Tino Casal muere en un accidente". Los otros pasajeros "han resultado heridos de diversa consideración". Tino Casal fue la única víctima. Y, aunque no se ha hablado de ello, el artista cordobés añadía un dato trágico en su relato del accidente: "Manolo, modelo, se suicidó cuatro meses después".
Lo que le quedó por hacer
Aunque Tino Casal había dejado "un poco de lado" la música, lo cierto es que seguía produciendo y entre sus planes figuraba un proyecto con Miguel Ríos para estrenar el musical de 'El fantasma de la ópera'. También estaba preparando un disco junto a Julián Ruiz, tal y como el productor recordaba en Público: "estaba muy ilusionado por grabarlo en Japón. Quería hacer una nueva versión de Embrujada. Era un gran artista". Ruiz rememora el momento en el que el teléfono de su casa sonó aquel 22 de Septiembre: "Era domingo. Perdí un amigo, quizá a mi mejor amigo... Lo echo mucho de menos".
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop