Especial
Jesús Calleja hace llorar a Pablo Alborán que confiesa una crisis personal y musical en su viaje a Uganda
"Venir aquí me ha obligado a parar y es como un regalo del cielo"
Los que siguen las redes sociales de Pablo Alborán saben lo especial que fue para él el viaje que hizo con Jesús Calleja a Uganda. Las imágenes y reflexiones que compartió de aquel momento hacían ver que no fue una experiencia más para el malagueño, sino una experiencia única.
Lo hemos podido comprobar en el programa que ha emitido Cuatro en el que hemos podido verle realmente emocionado, sobre todo cuando en el lago Victoria ha conocido al grupo NDote Cultural, una banda local que construye sus propios instrumentos e investiga en las raíces.
Cuatro generaciones de músicos que se basan en el arraigo y a los que Alborán no ha dudado de consultar para mejorar su forma de cantar y de entender la música. Sin duda, un encuentro muy especial para él.
Segunda crisis
“Yo me dedico a la música, ellos también se dedican a la música. Tenemos el mismo sentimiento, la misma pasión. Yo vengo de un mundo y ellos pertenecen a otro y, sin embargo, la música se vive de la misma manera. El ritmo en el que uno se mete hace que a veces te olvides de la razón por la que realmente estás haciendo música”, le contaba Alborán al aventurero.
El cantante no ha podido evitar emocionarse e, incluso soltar alguna lágrima. “Me está viniendo que te mueres, lo necesitaba. No estoy llorando, estoy emocionado, estoy feliz de estar aquí. Lo necesitaba y mi gente lo sabía incluso antes que yo”, admitía entre abrazos de emoción.
“Necesitaba encarecidamente un contacto real”, confesaba. Reconoció que está atravesando una segunda crisis existencial, pero que en esta ocasión “no puedo parar, venir aquí me ha obligado a parar y es como un regalo del cielo, te lo juro por Dios”, ha seguido explicando.
Y no ha dudado en extender ese agradecimiento a los músicos de Uganda y lo ha hecho en inglés: “Muchas gracias, es un honor estar aquí, me siento muy afortunado. Me habéis ayudado mucho a volver a reconectar conmigo mismo, con mi música y con algo honesto y real de verdad. Porque la música es esto. Así es que, muchas gracias”.
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Ahora habrá que comprobar si esas influencias africanas se dejan ver en sus próximas composiciones. De todas formas, este no ha sido el único momento de emoción para Pablo. Durante una excursión fluvial ha podido asustarse con los hipopótamos, pero también llorar al ver un elefante y darse cuenta de la inmensidad de la naturaleza y lo desconectados que vivimos de ella.
Seguro que no va a poder olvidarse de este viaje.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...