Por qué Madonna fue “la única persona que podía interpretar a Evita”

«Soy la única persona que puede interpretar a Evita», decía Madonna en LOS40. Y lo decía dos años antes de que Alan Parker la eligiera para representar ese papel en el cine. Lo deseaba tanto, que hasta dicen que se convirtió en una obsesión para ella. El 20 de Enero de 1996, Madonna llegó a Buenos Aires. El rodaje no fue fácil. Y tuvo que superar numerosos contratiempos. Pero ella, impertérrita, siguió adelante: Nada de esto me va a desalentar”. Eva Duarte forma parte de la cultura popular internacional. La vida de quien fue la Primera Dama argentina, y su prematura muerte a los 33 años, fue objeto del famosísimo musical Evita que dio la vuelta al mundo y recibió los elogios de la crítica. Escrito por Tim Rice (la música) y Andrew Lloyd Webber (la letra), debutó en el West End londinense en 1978. Algún tiempo después, ya planeaba la idea de su salto desde los escenarios a la gran pantalla. Directores como Francis Ford Coppola o Oliver Stone, tuvieron en mente adaptar al cine la historia de la segunda mujer de Juan Domingo Perón. Pero abandonaron la idea. También se barajaron los nombres de grandes actrices para el papel principal: Meryl Streep, Barbra Streisand, Liza Minelli… Solo fueron intentos fracasados. Por uno u otro motivo, el proyecto se abandonaba. Madonna nunca tiró la toalla. Madonna se sentía cautivada por el personaje y anhelaba convertirse Evita a toda costa. Así lo manifestó públicamente durante años. Sentía que era el papel de su vida. Conocía su historia «increíble, muy triste», y las canciones del musical: «creo que son realmente buenas, muy bellas». Por eso, cuando visitó los estudios de LOS40 en Octubre 1992 y Julián Ruiz le decía «Eres la Evita perfecta», ella lo confirmaba con rotundidad: «Sí. Estoy de acuerdo contigo. Soy la única persona que puede interpretar a Evita». Y lo decía dos años antes de conseguir el papel. La carrera de Madonna hacia Evita estuvo plagada de obstáculos. Había firmado un acuerdo cinematográfico con Disney y esperaba materializar su sueño. Pero el presupuesto de la productora era demasiado bajo: «Tanto yo misma como el director decidimos que, si vamos a hacer la película de Evita, necesitamos mucho dinero porque es una historia grandiosa, una película muy grande, épica, con un montón de música, un elenco de miles de personas. Y si lo hacemos bien, necesitamos mucho dinero. Si no se va a hacer perfectamente, no quiero hacerla, no quiero hacer una versión mediocre de Evita. Se tiene que hacer de una forma grande. Eso es lo que ocurre». En 1994, dos años después de estas declaraciones en LOS40, Hollywood Pictures, la productora cinematográfica de Disney, amplió el presupuesto (60 millones de dólares) y encargó la dirección a Alan Parker. Pero el reparto no estaba todavía decidido. El ya fallecido director londinense quería a Michelle Pfeiffer en el rol principal. Pero también es cierto que le impactó una carta de cuatro páginas que le escribió Madonna. Ansiaba ese papel: «Ambas sufrimos lo mismo. Sé lo que sintió. Las dos llegamos a la ciudad sin dinero, sin nada, y luchamos y salimos adelante». El embarazo de Pfeiffer fue providencial para la «ambición rubia». Después de superar las reticencias de Lloyd-Webber, preocupado porque su inmensa fama pudiera ensombrecer el filme, Madonna consiguió su sueño. Por un millón de dólares (además de un porcentaje de los beneficios) se convirtió en la protagonista de Evita. Ahora empezaba otro calvario. El clima en Argentina no era precisamente favorable. Los peronistas se oponían fervientemente a que la cantante representara a la Primera Dama. Entre otras cosas, la ex secretaria de Eva Perón amenazó con asesinar a Madonna si ponía un pie en Argentina, y una congresista propuso declarar a la cantante y al director «personas non gratas». Parker convocó un «gabinete de crisis» en Londres con Madonna y a los co-protagonistas, Antonio Banderas (Che Guevara) y Jonathan Pryce (Juan Perón). Pero Madonna, sin inmutarse, voló a Buenos Aires. El 20 de Enero de 1996, su avión aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza Ministro Pistarini. En el trayecto hacia el lujoso Hotel Hyatt pudo ver enormes grafitis poco amistosos: «Viva Evita. Fuera Madonna» o «Muerte a Alan Parker y a su Equipo Inglés». Así lo reflejó en el diario de 25 páginas (The Madonna Diaries) que escribió durante el rodaje y fue publicado posteriormente por Vanity Fair: Soy consciente de que esto proviene de un grupo reducido de peronistas que necesitan desesperadamente llamar la atención y no saben muy bien contra qué protestan. Estoy segura de que todos vendrían a tomar el té si les invitara. Nada de esto me va a desalentar”. El rodaje de Evita comenzó el 13 de Febrero. Seis días por semana. No fue fácil. Por las noches, Madonna era incapaz de conciliar el sueño. Su habitación estaba en la segunda planta y cientos de fans incondicionales permanecían en la calle gritando y cantando sus canciones. Tuvo que cambiarse a otra habitación que no daba a la calle. Parker recordaba: En aquella época Madonna era la mujer más famosa del mundo, como en su día lo fue Eva Perón. Algunos días resultaba imposible sacarla del hotel. La gente se volvía loca, se tiraba delante de su coche, daba bastante miedo. Sus fans se pasaban la noche coreando su nombre, así que no podía dormir. Afortunadamente, el resto del equipo y yo estábamos alojados en otro hotel”. Hubo otros muchos percances plasmados por la prensa internacional durante aquellos días en los que Madonna paralizó Buenos Aires. En un momento dado su discográfica le pidió que dejara el rodaje y regresara. Pero ella no flaqueó nunca. En marzo, el equipo se trasladó a Budapest. Allí Madonna le anunció a Parker que estaba embarazada. Cuando terminó el rodaje, estaba exhausta. Madonna ganó un Globo de Oro en la categoría de Mejor Actriz de Comedia Musical. Y, aunque fue bastante ignorada en los Oscars, el tema You must love me recibió el galardón a Mejor Canción Original. El 1 de Agosto de 2020, tras una larga enfermedad, Sir Alan Parker falleció a los 76 años. Madonna escribió en su Instagram: «Me entristeció mucho conocer que había fallecido. Uno de los mejores directores con los que he trabajado – en la película Evita. Me enseñó tanto, creyó tanto en mí, me llevó hasta el límite e ¡hicimos una película increíble!. Gracias».

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El rodaje no fue fácil. Y tuvo que superar numerosos contratiempos. Pero ella, impertérrita, siguió adelante: "Nada de esto me va a desalentar”

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