Especial
All Saints: El fracasado y efímero regreso de una de las mejores ‘girlbands’ británicas
La inmensa presión, la falta de comunicación o las peleas contribuyeron a su inesperado final en 2001
Tras el meteórico ascenso de All Saints a finales de los 90’s, la ‘girlband’ británica decidía separarse. La inmensa presión, la falta de comunicación, las peleas (“Nos odiábamos mutuamente"), todo contribuyó a su inesperado final en 2001. También fue inesperado su regreso cuando lo anunciaron el 24 de Enero de 2006. Lamentablemente, las cuatro vocalistas coinciden en señalar que se equivocaron y que fue “una reunión fraudulenta”.
La comunicación se había roto. Estábamos exhaustas. Eso es lo que definitivamente ocurrió
Tan rápidamente como ascendieron, se derrumbaron
Entre 1997 y 2001, All Saints fue una de las mejores bandas británicas. Su álbum debut se convirtió en el tercero más vendido de todos los tiempos en Reino Unido de un grupo femenino. Melanie Blatt, Shaznay Lewis y las hermanas canadienses Nicole y Natalie Appleton, lideraron las listas con Never ever y las versiones de Under the bridge y Lady Marmalade. Se las presentó como una alternativa a las Spice Girls, incluso como rivales en cuanto a popularidad y fama internacional. Pero Mel Blatt en The Guardian lo desmentía: "Cuando éramos comparadas con ellas yo decía 'No, no, no. Nosotras escribíamos nuestra propia música y estábamos aquí para actuar. Queríamos ser una banda, solo una banda”.
Con el segundo álbum, Saints & Sinners (2000), lograron su primer nº1 en las listas británicas gracias a temas Pure shores y Black coffee (también nº1). Pero tan rápidamente como ascendieron, se derrumbaron. A principios de 2001, el cuarteto anglo-canadiense anunciaba su separación. Necesitaban darse un respiro, que corriera el aire y "poder aclarar las cosas” entre ellas.
El incidente de la chaqueta
Cuenta la leyenda que el detonante de la ruptura fue una pelea por una chaqueta durante una sesión de fotos. No había acuerdo sobre quién se la ponía. Shaznay Lewis explicó "Jamás, ni en un millón de años, hubiera apostado a que el fin del grupo fuera por el incidente con una chaqueta. Pero cuando ese incidente ocurrió, todo se precipitó, había que terminar”.
Sin embargo, años después, Lewis aclaraba en The Canadian Press: "¡Esa dichosa chaqueta!. Fue una acumulación de cosas. No solo por la pobre chaqueta. La chaqueta está en mi armario, pero ¡por el amor de Dios!, ¿podría alguien dejar de culparme?". Por su parte, Natalie explicaba en The Guardian. “No lo creo. No fue por la chaqueta. La comunicación se había roto. Estábamos exhaustas. Eso es lo que definitivamente ocurrió”.
Nicole, que se había quedado embarazada de su entonces pareja, Robbie Williams, fue obligada a abortar. Recibió presiones de su compañía de discos
“Nos odiábamos mutuamente”
"Simplemente no queríamos seguir más y nos odiábamos mutuamente, así que pensamos, 'que le jodan, vamos a parar'", declaró Mel Blatt en Evening Standard. "Que era lo mejor que podíamos hacer", añadía Shaznay Lewis. "No estábamos ahí por dinero. No íbamos a seguir por dinero como hacen otras bandas, incluso aunque se odien", apuntaba Blatt.
La bomba de las hermanas Appleton
En 2002, las hermanas Appleton lo contaron todo en el libro Together. Hablaban de la rivalidad que dividió al grupo en dos facciones beligerantes. Por un lado estaban ellas, y por otro, Mel Blatt y la compositora principal del grupo, Shaznay Lewis. El libro fue una bomba. El dúo detallaba la inmensa presión que vivieron desde que tuvieron que lidiar con la fama. La revelación más impactante: Nicole, que se había quedado embarazada de su entonces pareja, Robbie Williams, fue obligada a abortar. Recibió presiones de su compañía de discos. A toda costa había que mantener el éxito de la banda.
“Estaba aterrorizada… era el poder de una industria que llevaba a una mujer a sacrificar a su hijo para mantener unida a una banda”, escribió revelando que el aborto casi la condujo a quitarse la vida. “Lo que importaba era nuestro éxito y nuestra capacidad de hacer dinero”.
Un regreso efímero
Cinco años después de la disolución, las cuatro integrantes de All Saints aparcaron sus diferencias e hicieron las paces. El 24 de Enero de 2006, el grupo anunciaba su regreso con un nuevo álbum, Studio 1. El más menospreciado de su carrera. Habían firmado un acuerdo de un millón de libras (con Parlophone) por volver antes incluso de haber grabado una sola nota. Y, de nuevo, sintieron esa presión que les resultaba tan familiar.
El tercer álbum de All Saints llegó al nº 40 de las listas de Reino Unido. Muy lejos de lo que habían conseguido anteriormente. Su sello rescindió el contrato. El grupo canceló la gira prevista por Reino Unido.
“Algo fraudulento”
“No se hizo de manera correcta. Primero firmamos y después tuvimos que hacer la música, lo que no funcionó bien para nosotras. Con nuestros primeros álbumes, teníamos la música escrita y no había presión. Creo que todo se hizo de forma equivocada y por las razones equivocadas”, revelaron las Appleton sobre su malograda reunión en news.com.au.
Blatt señaló en la Revista i-D: “No creo que se hiciera por las razones adecuadas… Sé que lo hice por dinero. Firmamos antes incluso de tener la música. Sentíamos como si le debiéramos algo al mundo… se nos daba una oportunidad y la tomamos, sin pensar en ello demasiado... Lo que contrataron fue la idea de nuestro regreso. Sentí que era algo fraudulento… no era algo real”.
“Por mucho que me guste ese disco… todo el proceso fue demasiado rápido: firmamos, hicimos el álbum. Y regresamos directamente a ese tren de presión”, revelaba Lewis en calgary.citynews.ca.
Así que All Saints se volvió a ‘desmantelar’. En 2014 fueron teloneras de la gira de los Backstreet Boys por Reino Unido. En 2016 publicaron Red Flag, su primer álbum en una década. Y en 2018 vio la luz Testament. Lo último que han publicado es una versión de Message in a bottle junto a Sting, en 2020.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop