El día que Jarvis Cocker (Pulp) “hizo un calvo” y boicoteó la actuación de Michael Jackson
Un incidente rocambolesco que pasó a la historia como uno de los momentos musicales más controvertidos de los años 90's
Los Brit Awards 1996 siempre se recordarán como el día en el que el cantante de Pulp le robó el trono al Rey del Pop. Ese 19 de Febrero tuvo lugar un incidente rocambolesco que ha pasado a la historia como uno de los momentos musicales más controvertidos de los años 90's. En plena actuación, mientras Michael Jackson cantaba Earth Song, irrumpió en el escenario Jarvis Cocker y, ante el pasmo de todos, 'hizo un calvo'. La gamberrada "cambió mi vida para siempre", reconocía el cantante. 1996 fue el peor año de su vida, y si no terminó en un juzgado acusado de 'agresión', fue gracias a… David Bowie.
El último Brit Award al 'Rey del Pop'
Ese lunes, 19 de Febrero de 1996, Michael Jackson estaba en Londres. Había volado desde Los Ángeles para recoger el que se convertiría en el último galardón que le otorgaba la industria fonográfica británica. Era el Brit Award más importante de todos los que había recibido hasta entonces y se había creado ex profeso para él: Artista de una Generación. Antes de recoger su premio, el 'Rey del Pop' salió al escenario del Centro de Exhibiciones Earls Court y cantó Earth song. Había preparado para la ocasión una actuación espectacular en la que no se escatimaron medios: gran despliegue de luces y efectos especiales, máquinas de viento…
Si no terminó en un juzgado acusado de 'agresión', fue gracias a… David Bowie
Mientras Michael desgranaba el mensaje de protesta de su Canción de la Tierra, el escenario se fue llenando de niños y adultos de aspecto desaliñado, vestidos con harapos. Y justo cuando la estrella salta sobre una plataforma que le eleva por el aire rodeado de humo, Jarvis Cocker irrumpe en escena.
El 'calvo' de Jarvis Cocker
El cantante de Pulp deambulaba como extraviado, se mostraba desconcertado con lo que estaba ocurriendo alrededor. Miró hacia arriba, donde Michael continuaba cantando a pleno pulmón, y a continuación se situó en el centro del escenario, se puso de espaldas al público, se bajó los pantalones, se dobló… y mostró sus nalgas al mundo. Al mismo tiempo, agitaba ambas manos, como queriendo sacar algo hacia afuera. Los miembros de seguridad acudieron rápidamente, aunque Jarvis ya había emprendido la huida. Cocker fue arrestado. Le llevaron a comisaría y permaneció retenido hasta las 3 am.
La actuación de Jackson continuó como si no hubiera pasado nada. Michael subido a la grúa y los extras haciendo su papel. El número terminó con el artista convertido en Mesías, vestido de blanco y bañado de luz, mientras cambia las vidas de los que le rodean, que se desprenden de sus harapos y le abrazan.
"La voz de los ángeles y el baile de Dios"
Sir Bob Geldof entregó el premio a Michael Jackson después de su actuación… y del incidente (que ambos ignoraron). Le presentó diciendo: "Cualquier palabra que se diga o se escriba, se convierte en algo superfluo comparado con lo que acabamos de ver y escuchar. Él es, probablemente, la persona más famosa del planeta… cuando Michael Jackson canta, es con la voz de los ángeles, y cuando se mueven sus pies, puedes ver bailar a Dios".
Cuando Michael recogió su último Brit de manos del ex Boomtown Rats, recibió una tremenda ovación. El público le aclamaba coreando 'Michael, Michael'… apenas le dejaban hablar. "Os quiero", fue lo primero que dijo. Y agradeció el premio "especialmente importante, porque viene de mi maravillosa familia en Reino Unido".
"Repugnado, apenado… enfadado"
Lamentablemente, la gamberrada de Jarvis fue lo que ocupó las primeras páginas de la prensa británica al día siguiente. Se armó un tremendo revuelo.
Michael Jackson también expresó cómo se sentía: "repugnado, apenado, consternado, disgustado, defraudado y enfadado, pero inmensamente orgulloso de que los extras que participaban en la coreografía mantuvieran su profesionalidad y el show continuara".
"Esto es un montón de basura"
Meses después, el cantante de Common people desveló el motivo que le impulsó a cometer su travesura. Se lo contó Chris Evans en el show 'TFI Friday': "Estaba sentado entre el público viendo la actuación de Michael y me sentí un poco mal porque él estaba ahí, haciendo como si fuera Jesucristo, y a lo mejor había otra mucha gente que también lo encontraba desagradable. Y entonces pensé 'El escenario está ahí, yo estoy aquí y si quiero puedo hacer algo y decir que esto es un montón de basura'". Y añadió: "sabía que me tenía que mover rápido porque si alguien veía lo que estaba haciendo, no podría seguir. Yo estaba ahí, realmente no sabía lo que hacer, así que pensé que podía doblarme y mostrar mi trasero".
"Cambió mi vida para siempre"
En 2020, en una entrevista con el New York Times, el músico inglés confesó el lado más oscuro del incidente, cuya repercusión le afectó muy seriamente: "Me situaron en un nivel de popularidad que no sabía que existiera, y no estaba preparado para ello. Tuvo un tremendo efecto perjudicial en mi salud mental". Definitivamente "cambió mi vida para siempre" porque "en Reino Unido, de repente, me consideraban un loco y ya no podía salir a la calle".
La intervención providencial de David Bowie
Aunque le habían acusado de 'agredir' a tres de los niños que participaban en la coreografía, no terminó en los tribunales. Todos los cargos fueron desestimados gracias… a David Bowie. “Me habían acusado de golpear a algunos chavales fuera del escenario", explicó. "Había sido arrestado. En las únicas imágenes que tenían, no se veía lo que había ocurrido". Afortunadamente "ese año, David Bowie recibía un premio a su trayectoria y había llevado a su propio equipo de cámaras. Después dos o tres días, publicaron sus imágenes, y entonces los cargos fueron desestimados inmediatamente. Entre otras cosas, le estoy agradecido a David Bowie por ello, fue asombroso".
Para Jarvis Cocker, "1996 fue el peor año de mi vida. Y no lo digo de forma metafórica. A nivel personal fue mi peor año. Para mí, la fama significaba que un borracho en un bar te dijera: ‘Eh, amigo, ¿Qué tal Michael Jackson?”.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop