Entrevista a Jason Mraz: "Lo bello de la era digital es que tenemos a nuestro alcance más música que nunca"

Bruno Sokolowicz habla con el compositor sobre el amor como tema de sus canciones, su posicionamiento político y las referencias classic de su carrera

Es uno de esos artistas que se hizo mundialmente conocido con una canción, pero que no ha dejado de trabajar desde entonces desde su esencia, desde el aprendizaje y la experimentación. Jason Mraz llegó al récord de ser el artista de los 2000 más escuchado de Spotify con I'm Yours, pero no ha dejado de crear canciones de amor. Ahora las recopila en Lalalalovesongs, un disco que incluye sus baladas más románticas. Bruno Sokolowicz habla con el compositor sobre su carrera, su compromiso político y los referentes de su música.

BRUNO: Tienes disco nuevo Lalalalovesongs, una colección de tus baladas que incluye tus éxitos I’m Yours, I Won’t Give Up, Have It All, y el dueto con el que ganaste un Grammy, Lucky así como bonus track una favorita de tus fans inédita hasta ahora Always Looking for You. Y uno de los formatos es un vinilo rosa edición limitada que todavía no ha llegado a mis manos pero tiene que ser precioso. Felicidades por tu nuevo disco.

JASON: ¡Gracias!

B: El amor es el tema central de la mayoría de tus canciones, y del pop en general. Hay quien dice es la fuerza más poderosa del Universo. No sé si será un deseo idealista que así sea. Ahora que en Europa estamos en guerra, ambos creemos en la paz y tu trabajas por ella tanto con tus canciones como con tu fundación y has tuiteado hace poco “No creo en la guerra, me enseñaron a querer a mi vecino”. ¿Cuáles son tus sentimientos?

J: Sí, lo que vemos en el mundo es un grito de auxilio y un llamamiento por la paz. Eso es amor. Siento que... [suspiro] solo hay dos formas de manifestar amor: siendo amor o queriendo amor. Así que, o estamos dando amor, ayudando a los demás, estando presente, juntándote... hasta esta charla es amor, tu amor por tu trabajo, mi amor por mi trabajo y por comunicar y conectar con fans y amantes de la música. Y luego está lo opuesto “me falta amor, lo necesito, lo quiero”. Aquellos a los que les falta de verdad pueden verse tan desesperados que les lleve al caos, destrucción, tristeza, depresión... de ese lado del espectro. Así que, cuando pongo amor en mi música es porque amo cantar, amo crear, sacar mi libreta y anotar mis pensamientos y mis sueños, desarrollarlos con la punta de mi bolígrafo. Es el sentimiento de una poderosa creación como el big bang [booom] y a partir de ahí uno va creando, soñando y sintiéndose como una extensión de todo ello. Pienso que la creatividad es amor, por lo menos es como lo siento cuando estoy componiendo. De las dos formas: mi humanidad tiene sed de amor y al mismo tiempo está creando amor haciendo música. Así que con toda esta energía del amor tiene sentido que las letras de mis canciones lo reflejen de alguna manera. Están cargadas por el amor, la creatividad, el optimismo, conexión, unión, paz, armonía... Mis canciones siempre han sido agradables, y están escritas para conectar con alguien. Puede que de más joven haya intentado componer alguna canción más cool o comprometida, como intnetando encajar en alguna fórmula de activismo de causas sociales o políticas. Pero la mejor forma de provocar un cambio positivo es la de ‘ser amor’, ya sea levantando la mano para ayudar a alguien o creando algo para el mundo que lo haga mejor, para las personas y animales que lo habitamos.

B: Y eso haces, no solo con tu música sino también con tu fundación SHINE, que trabaja por la inclusión para un mundo mejor apoyando programas enfocados en educación artística inclusiva y el a favor de la igualdad. Sigues en ello?

J: Sí. Siempre estamos abriendo convocatorias para dar subvenciones y ayudas. Hacíamos un concierto benéfico cada año, hasta la pandemia, ahora llevamos un pequeño retraso, ya hace 15 meses del último. También colaboramos con programas existentes en escuelas que buscan una mayor inclusión en su comunidad y que trabajen por una mayor consciencia y aceptación de personas de cualquier condición. Y el arte es nuestro canal para conseguir todo ello. Y además nos ofrece una forma de celebrar el dinero que recaudamos para una buena causa, pero también el arte, que es un conector y empodera a la comunidad. Sí, siempre trabajo en ello de forma simultánea.

B: ¿Estás en tu estudio de San Diego, este que vemos, ahora mismo?

J: Sí!

B: Porque he leído que estás trabajando en tu estudio en las canciones de tu próximo disco que también saldrá este año.

J: ¡Sí! … ¡Ou! ¿Tiene que salir en 2022?

B: No sé! Eso leí.

J: ¡Vale, lo vamos a intentar! (risas) Mi forma de trabajar siempre ha sido la misma: intentar hacer buenas canciones, y cuando tengo una buena colección, entonces saco un disco. Y también se trata de encontrar el momento apropiado en el que el contenido esté alineado con el sentimiento y la mentalidad del mundo. Si la música del disco no conecta con el humor del planeta entonces quizá no sea un buen momento para publicar el álbum.

B: ¿Van a sonar muy distintas esas canciones nuevas que estás preparando a las de Lalalalovesongs?

J: ¡Eso espero! Siempro intento escribir sobre cosas que no haya sentido o escuchado antes, porque no me quiero repetir. Lalalalovesongs es interesante porque es una recopilación de todos mis discos más una canción inédita. Cada una de ellas fue grabada con un productor diferente y aún y así tienen un estilo común. No creo que vayan a sonar muy distinto. Aunque cuando compongo experimento mucho, con todo tipo de estilos, sonidos y filtros en mi voz. Pero al final siempre aterrizo en lo que suena a ‘pop radio’.

B: O sea, que en el estudio eres más experimental y luego vas limpiando tus canciones hasta dar con el ‘sonido Jason Mraz’ que editas y compartes.

J: Eso es. Bueno, creo que siempre estoy buscando ese ‘sonido Jason Mraz’ aunque puede que no sea un sonido sino poner lo importante en palabras y melodía.

B: Ya hace 20 años de tu primer disco Waiting for My Rocket to Come. Has sido disco de platino en más de 20 países y has tocado en los siete continentes, incluído en un iceberg en la Antártida en un viaje para concienciar sobre el cambio climático, por lo que te felicito. ¿Algún recuerdo especial de estos 20 años que quieras compartir, quizás de España? Antes hablabas de Barcelona, donde estuviste hace poco.

J: Mi último viaje fue al festival Skate Love Barcelona en septiembre, 2021. Una semana patinando en un encuentro que reúne a gente de todo el mundo celebrando la diversidad y donde uno aprende de los demás. Hermosa experiencia. Además fue mi primer viaje en muchos años que no estaba relacionado con la música. Fueron unas vacaciones en una bonita ciudad, cosa que es genial. Sí, he tocado en los siete continentes, me siento realizado. Me siento muy afortunado de que me haya tocado vivir una vida en la que he podido elegir los sueños que he vivido. Y las aficiones e intereses a los que me he dedicado. En cierto sentido es una maldición porque hay tantas opciones que uno se dispersa y quien mucho abarca poco aprieta. En los viejos tiempos, hace 20 años, cuando estaba preparando mi primer disco hacía una cosa: tocar la guitarra y escribir canciones. 20 años después hago mil cosas. Ahora paso menos tiempo con la guitarra, porque también toco el piano o el ukelele, o intento componer con el bajo. Si es que no estoy trabajando en el jardín o en la escuela ayudando a construir un aula musical. O sufeando, o patinando. Cuanto mayor me hago más me siento como un chaval, como si fuera hacia atrás “¡Quiero jugar! ¡Quiero jugar!”. Puede que en eso consista la libertad de convertirse en un adulto: en tener más tiempo para jugar. Espero que el hecho de jugar, así como de haber viajado, influya en mi forma de hacer música. Cuando viajo, lo vivo de una forma lúdica, porque ciertamente el mundo se ha puesto tenso el último par de años. Ya sé que para mucha gente en el planeta siempre ha sido tenso. Espero que los medios de comunicación y el arte que resaltan todo lo preocupante evolucione hacia un espacio de amor, cuidados y amabilidad, y podamos disfrutar de esas plataformas para todo lo positivo que podríamos vivir y celebrar.

B: Vamos, que en vez de envejecer tu rejuveneces como Benjamin Button.

J: ¡Sí, me gusta eso! La música y los aguacates me mantienen joven!

B: El otro día Bryan Adams también nos habló de aguacates, él es vegetariano.

J: Okay.

B: Una de tus canciones que más me gusta es ese reggae-ragga old school llamado Vote Louder, ¿te acuerdas? Apoyando a Bernie Sanders, ¡¡debería ser presidente!!

J: Y tanto que me acuerdo! Claro que sí! Ganó las primarias del partido demócrata de los EUA, pero mucha gente influyente en el gobierno que le tienen miedo, porque le quiere dar el poder a la gente y hacer una democracia real. Así que sí, sabíamos que 2020 iba a ser un año de debate, que necesitábamos un cambio radical y Vote Louder era una canción que iba en ese sentido. Es muy importante votar, pero se supone que los músicos no debemos expresar nuestra opinión política o influenciar en el sentido del voto. Podemos decirle a la gente que vote, pero no a quien. Y yo no estoy de acuerdo con eso, yo le digo a la gente que vote con fuerza, y doy los motivos por los que hay que votar a quien votamos. Vote Louder era sobre la visión socialista del voto demócrata y sobre lo grande que este país podría ser si tuviéramos asistencia sanitaria, educación pública, si gastáramos menos en guerra y más en cuidar a la gente. De eso trataba Vote Louder, inspirado por la campaña de Bernie Sanders.

B: ¿Entonces no te arrepientes de haber de haberte significado políticamente en tus canciones?

J: ¡Para nada! No me arrepiento. Esta canción no terminó en ningún disco porque pensé “espero que en veinte, treinta años ya tengamos todo esto” y no necesito que esa reivindicación permanezca en medio de un disco de canciones de amor. Así que fue un single exclusivamente en formato digital.

B: Cómo definirías el éxito en la vida, porque a pesar de haber vendido mucho a lo largo de tu carrera o de haber ganado dos Grammys, da la sensación de que vas más allá de lo cuantitativo y las cifras, no?

J: Mi primera medida del éxito fue no necesitar un trabajo. Cuando empecé a tocar la guitarra todavía trabajaba, habitualmente en dos lugares: uno fácil de día y otro de noche. Me servía para poder comprarme guitarras, equipos de grabación. Así que mi primera forma de triunfar era “no quiero tener que trabajar en otra cosa, quiero que la música sea mi oficio y ganar lo suficiente haciendo canciones como para pagar mis facturas”. Afortunadamente lo logré. Justo antes de mi primer disco, cantaba en una cafetería, me grababa y vendía las grabaciones allí mismo, y entre las entradas y los CDs que vendía en la cafetería ganaba lo suficiente como para sobrevivir, eso fue maravilloso. Esa libertad artística me dio el tiempo como para crear lo que fue mi primer disco. Y así fue creciendo la bola de nieve. Ahora siento que el éxito sería no tener ningún perfil en redes sociales. No tener que conectarme y, no solo ver lo que el mundo hace sino, tener que estar creando contenidos para otros canales. Están creados para generar conexiones, cosa que me encanta, pero también están ahí para vender y no me gusta que mi vida sea un anuncio constante. Así que ese es mi nuevo indicador de éxito. Pero bueno, mientras lo que venda sea mi música está bien. Seguiré estando en las redes sociales un buen rato más.

B: Espero que no te sientas como en un anuncio hablando con los medios como estamos haciendo ahora.

J: Bueno, tu eres un ser humano. A veces en la redes sociales no hay nadie al otro lado, te sientes solo ante la cámara.

B: Tienes razón. ¿Estás pensando en una gran gira mundial pospandémica para presentar Lalalalovesongs?

J: No, la verdad es que no, todavía no sé como será el mundo pospandémico. Haremos una pequeña gira de un mes, en julio, iremos hasta Canadá, hace como 10 años que no vamos por allí, puede que más. Será un mes fuera, aprovecharemos para probar las nuevas canciones y encontrar la mejor manera de tocarlas antes de grabarlas a la vuelta, en agosto, septiembre, después de esta gira, y darle los últimos retoques al disco para publicarlo cuanto antes. Puede que en 2023 podamos empezar a imaginar como podría ser una gira mundial. Dependerá de como esté el mundo, los viajes aéreos, la pandemia, la paz... todo esto.

B: Así que por ahora solo Estados Unidos y Canadá.

J: Eso es, allí donde podamos llegar en autobús. Nos subiremos al bus en San Diego, iremos hasta Canadá y daremos una vuelta.

B: A lo sumo México, entonces.

J: Eso sería muy bonito. Además uno de los lugares donde tenemos más oyentes es en Ciudad de México, estuve una vez allí y me encantaría volver!

B: ¿Hablas castellano?

J: [En español] Estoy trabajando en ello... Mmm. No.

B: ¿Escuchas podcasts allí en San Diego o tienes la agenda llena?

J: Cada semana escucho un género musical distinto. Ahora por ejemplo estoy con Moog, música hecha con sintetizadores. Es lo que estoy escuchando esta semana, la que viene quien sabe si estaré con ópera o cantautores. Mantengo mi vida llena de sonido. Un podcast lo escucharía por ejemplo conduciendo hacia Los Angeles o si tengo que pasar el tiempo. Pero la mayor parte del tiempo, mientras trabajo en el estudio o en el jardín escucho música de estilos nuevos para mi. Porque al experimentar en mis grabaciones, creo que es importante llenar mi cabeza de nuevos sonidos y combinaciones que todavía no haya escuchado, como para encontrar nuevas fuentes de inspiración o descubrir... Hay tantos sonidos deliciosos de los años 70, discos apasionantes de aquella década. Nunca tuvieron su revolución digital con millones de personas escuchando y compartiendo. Intento descubrir sonidos e ideas en los viejos álbums y grabaciones que valga la pena traer al presente. No digo haciendo una versión, pero sí combinarlos o reimaginarlos. Ahí es donde mi cabeza básicamente está.

B: Recomiendanos algún Classic que te guste o sea referente para ti.

J: Sí, Dennis Coffey, de 1974, un disco que se llama Instant Coffey. Hay varias cosas de los años 70 como la musicalidad. Los músicos de los 70 crecieron en los 50 y 60, escuchando la radio, con tocadiscos, seguramente con un piano en sus casas, probablemente influidos por rhythm and blues, Elvis, Jerry Lee Lewis, Johnny Cash, The Beatles... y llegan los años 70 y todos estos fans de la música pasan a ser los creadores de la música en un momento en el que la tecnología de grabación musical vive una explosión con el multipistas, el magnetófono de bobina abierta, mejores micrófonos de válvulas... elementos muy valiosos. Y poco a poco van entrando los sintetizadores. Para mi es la unión perfecta de talento y tecnología. Hoy la tecnología está en el móvil o en el portátil, todo comprimido. Entonces había más aire y calidez en las grabaciones. Así que encontré este disco de Dennis Coffey de 1974 y me encanta. ¿Qué más? Soy un gran fan de Ted Lucas, desafortunadamente murió en los 90, pero sus hijos editaron su música de forma póstuma. Fue un músico de estudio en Chicago y Michigan, que tocó en los discos de un montón de gente, pero hizo unas pocas grabaciones propias. Y su disco, creo que el único, que se llama Ted Lucas, es inquitantemente hermoso. Una cara es blues, ragga, del este. Y en la cara B del disco son canciones rompecorazones muy bonitas de cantautor con deliciosas armonías muy ricas.

B: ¡Oye, suenas como un radio-DJ Classic!

J: ¡Hey! Muchas gracias. Me encanta la época de los 70: Grateful Dead, la banda de Jerry Garcia, Steely Dan, Michael McDonald... ¿¡A quién no le gusta las leyendas de los clásicos!? Me gusta investigar y dar con las perlas que cayeron entre los cracks. Yo nací en el 77, así que no estaba presente o no era consciente de todo esto mientras estaba pasando, así que me encanta explorar esa época, suena nuevo para mi. Es lo bello de nuestra era digital, tenemos al alcance de nuestros dedos más música que nunca.

B: ¡Hablaré con mi jefe para que te haga una oferta y hagas un programa de radio con nosotros en el que compartas tus fuentes de inspiración Classic!

J: ¡Eso sería divertido! Espero mejorar mi español.

B: Podría ser en castellano, inglés, spanglish, californiano o lo que quieras [risas]. Que tengas mucho éxito con tu nuevo disco Lalalalovesongs, que vaya muy bien la gira por Estados Unidos y Canadá, y a ver si te podemos ver en 2023.

J: ¡Muchas gracias!

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