Entrevista a Daniel Guzmán (‘Canallas’): “Hacer este cine es un objetivo a veces imposible, casi un milagro”
El director estrena su segunda película, una comedia arriesgada y muy gamberra con la mayor parte de su elenco formado de nuevo por actores no profesionales
Cuando Daniel Guzmán dirigió su primer largometraje, el cine español vivió una revolución que culminaría en los Premios Goya. Su ópera prima, A cambio de nada, era un drama que descubrió a Miguel Herrán mucho antes de saltar a la fama internacional con La Casa de Papel, y que dejó a los espectadores con muchas ganas de ver otra película firmada por el que fue actor de Aquí no hay quien viva. Siete años después, ya está en cines de toda España.
Canallas es una comedia gamberra aunque a la vez desenfadada, que sabe mostrar la vida tan cruda como la vive un grupo de sinvergüenzas. Esta vez se ha sumado a su propio cásting, formando un trío cómico con Luis Tosar y el debutante Joaquín González que promete dar mucho de qué hablar.
La película es puro barrio -de hecho, emplea a Leño en algún punto de la misma-, y está contada a través de actores y actrices no profesionales que dan lo mejor de sí mismos. Aunque por supuesto, no todo es lo que se ve en pantalla. Por ello, el director ha charlado un rato con LOS40 para contárnoslo todo sobre Canallas.
Pregunta: Dices que Canallas es una comedia diferente que huye de fórmulas. ¿Por qué?
Daniel Guzmán: Porque a veces este género está acompañado de una fórmula, de convencionalismos, de parodiar a los personajes, una línea editorial muy marcada... Y aquí me apetecía hacer algo diferente. Humor popular, sobre gente que vive día a día, buscándose la vida pero con mucha ilusión y orgullo. La mayoría social, esa gente que va en metro, autobús, que curra, busca trabajo... Para mí es una comedia que para mí es muy popular, y que tiene un elemento muy diferencial por la temática y la clase social.
P: Obviando temas de financiación y la pandemia, ¿por qué ha costado tanto tiempo sacar adelante la película?
D.G.: Porque hacer este tipo de cine es un objetivo a veces imposible, casi un milagro. Ya hacer cine en sí es algo milagroso, pero este tipo más, mezclar actores profesionales con no profesionales para buscar esa credibilidad o esa autenticidad que yo quiero, esa conexión con el público... Multiplica el trabajo por cinco.
P: ¿Por qué decidiste volver a apostar por actores no profesionales?
D.G.: Me da una autenticidad y una conexión con el público, como te digo. Como espectador cuando voy a un cine, se apagan las luces y me siento ante una historia, necesito que sea creíble, necesito conectar y entrar en ese mundo desde la credibilidad. Me gusta que haya una mezcla entre realidad y ficción que haga conectar aún más con la película, por eso los combino y me arriesgo a películas un poco más complicadas.
P: ¿Cómo seleccionas a este tipo de actores?
D.G.: Primero hago cásting sobre perfiles de personajes que sean identificables con el perfil personal de cada actor o actriz que busco. Es algo que también me dispara los tiempos, hacer cástings a lo mejor de seis meses, siete meses, un año... Lleva mucho. Una vez que selecciono, de mil personas a unas cien o doscientas, hago hasta seis pruebas de hora y pico; y una vez elegidos, ensayo un mes o dos meses con ellos. Y hasta que no veo claramente lo que quiero, no empiezo a rodar.
P: Ya tienes experiencia con este tipo de reparto. ¿Qué diferencia has notado con el de A cambio de nada?
D.G.: El género. A cambio de nada era un drama con mucho menos texto, que Canallas; y Canallas es una comedia que se basa en la construcción de personajes muy peculiares que de cierta manera te generan risas. Además, en A cambio de nada apenas tenía dos actores no profesionales y aquí tengo una familia entera. Por estas cosas, Canallas ha sido un reto mayor.
P: Sé que obviamente no se puede adivinar nada pero, ¿ves posible el mismo recibimiento en la temporada de premios a Canallas que a A cambio de nada?
D.G.: No, es muy difícil, casi incomparable. Las comedias no suelen optar a premios, es un género a veces infravalorado. Parece que hacer reír es mucho más fácil que hacer drama, y es todo lo contrario. En festivales o en los premios los dramas viajan mejor que las comedias, y yo con esta película... Es una película que he hecho por y para el público, quiero hacer reír, disfrutar, que la gente desconecte durante cien minutos, y más con el panorama que tenemos ahora... Es una película popular con una intención muy clara y con trasfondo social, pero entiendo que no va a tener el mismo recorrido que la anterior por el género la temática y otros condicionantes. Pero yo creo que las películas no se hacen pensando en los premios, se hacen para divertir, emocionar o invitar a la reflexión. Para mi el público es el mismo si hablamos de ti o de un jurado de la calle, mi mayor objetivo es que la gente disfrute. Yo en los premios no pienso.
P: Bueno, también es cierto que El Buen Patrón podría haber roto esa barrera con la comedia y los premios. Aunque más allá de galardones a la película, el gran protagonista aquí es Joaquín González. ¿A él le ves nominado a un Goya a actor revelación?
D.G.: Hombre, el trabajo que ha hecho que ha sido llevar a cabo y desarrollar un protagonista como este con tantñisimo texto, con mucha preparacion, que sea creíble y que funcionen los gags... Yo creo que ha hecho un trabajazo que yo como espectador, o incluso si fuese en mi papel de director pero de otra película para verlo de manera externa, yo sí valoraría el trabajazo que ha hecho sin ser profesional.
P: Cuando Miguel Herrán recogió su Goya lo viviste de manera tan intensa que se crearon hasta memes, ¿por qué lo viviste así?
D.G.: Bueno, porque era una apuesta mía personal. Cuando uno apuesta por actores no profesionales tiene un riesgo, y es un reto absoluto a nivel de todo tipo: de dirección actoral, a nivel de producción… Y cuando es una película en la que uno ha estado peleando diez años y tiene elementos de tanto riesgo y obtienes el resultado que tú esperabas, la alegría, la exaltación y la emoción transcienden de uno mismo. Uno ya no controla la emoción, ni la ilusión y todo porque es una explosión absoluta de esos diez años condensados en dos minutos. Me hizo muchísima ilusión, era una apuesta mía personal. Y sobre todo me hizo mucha ilusión por él, porque se lo merecía y porque había hecho un trabajazo increíble, y yo me sentía con mucho orgullo y muy satisfecho de que se lo hubiesen reconocido.
P: Esto ya es una valoración personal, pero como en Canallas interpreta una versión más joven de tu personaje, ¿tú te ves reflejado en él de cierta manera?
D.G.: Sí claro, tiene algo que nos conecta. Tenemos una conexión diferente y especial. De hecho, por eso le elegí a él para hacer de mi alter ego de joven en A cambio de nada y tuvo que haber una conexión o cierto parecido emocional o personal que hizo que decidiera que fuera él quien interpretase mi propio personaje. Y aquí un poco lo mismo, he intentado como cerrar el círculo. Me parecía como gracioso que hiciese de mi personaje de joven. Es un poco lo mismo, cerrando un círculo que nos parecía muy emocionante, incluso gracioso que hiciera de mi personaje de joven.
P: ¿Alguna vez te has sentido responsable de todo el éxito que tiene, ya que tú le descubriste?
D.G.: No, yo me siento responsable de que haya hecho A cambio de nada y de que haya sido descubierto en esa película. Pero a partir de esa película yo creo que ya depende de cómo él esta trabando, del talento que tiene, de que se ha preparado… Quizá mi película y haberle elegido, haberle cogido por la calle haya sido el detonante, pero ahora mismo todo está dependiendo de cómo él trabaja, de la sensatez, del talento y de la bondad que tiene, de lo que transmite y de cómo se prepara los personajes.
P: Es muy pronto para hablar, pero ¿en esa cabeza hay ahora mismo más proyectos?
D.G.: Ahora mismo quiero descansar después de estos siete años y este fin de fiesta. Primero necesito estrenarla, necesito intentar comunicar la película que hemos hecho de la mejor manera posible para que el espectador tenga ganas de ir a verla, tenga ganas de reírse y de disfrutar. Y una vez terminada la promoción y el estreno, en dos semanas o así que me llevará esto, quiero parar y quiero descansar. Quiero ver cuál es el siguiente proyecto y pensarlo bien, ya que son proyectos que me llevan muchos años: uno me ha llevado diez, y otro siete. Son películas diferentes, que no son muy convencionales; y si me vuelvo a embarcar en otro proyecto, voy a intentar que tarde menos en llevarlo a cabo. Pero sobre todo quiero saber qué historia quiero contar y por qué la quiero contar. Por eso necesito ahora tiempo y tomar esa decisión, y estar seguro de ello. No quiero entrar directamente en otro proyecto sin ese proceso y sin esa transición que me lleve a elegir el siguiente proyecto.
P: No sé si sabes que hay una serie nueva que lo está petando en Netflix y en más plataformas que se llama Aquí no hay quien viva.
D.G.: Ah, sí, la conozco. He oído hablar de ella (risas).
P: No sé si es mi parecer, pero creo que Daniel Guzmán ha conseguido desmarcarse muchísimo de su papel, incluso un poco de su faceta de actor en esa serie gracias a tu faceta de director, ¿es cierto o sigues siendo Roberto para mucha gente?
D.G.: Bueno, yo creo que al final lo bueno es que tu personalidad te acompañe siempre. Intento dotar a esos personajes de ciertas características para hacerlos más humanos, de la personalidad de Dani como persona y como actor. En A cambio de nada hay una parte mía del personaje que se la ofrecí al personaje: sobre la inocencia, sobre la ilusión, sobre un tipo alegre y divertido que al final eso me sigue acompañando. Entonces, seguro que hay una parte personal en Roberto que me va a acompañar toda la vida. Yo estoy muy contento de que la serie esté funcionando en Netflix y demás plataformas. Es una serie maravillosa. Es única y a mi me hace mucha ilusión que me siga acompañando. Tengo muchas diferencias con el personaje, a nivel también como director y como actor, pero lo bueno es que se establezca una simbiosis entre ambos: entre ese personaje, y entre el Dani actor y el Dani director. Hay cosas que me van a acompañar siempre como ya te digo, el sentido del humor, la ironía, la inocencia y muchas cosas que aporté a ese personaje, y que ese personaje también me aporta a mí, por supuesto.
Canallas ya está en cines.
Javier Rodrigo Saavedra
Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me encontrarás en todo tipo de saraos cubriendo todo, desde...