Especial
Phil Collins: la silenciosa y triste despedida del icono del 'soft rock'
Después de los últimos conciertos junto a Genesis en marzo, el músico tomó la decisión de dejar los escenarios después de una larga pero irregular carrera
La despedida de Phil Collins del mundo de la música no ha sido todo lo apoteósica como el músico se merecía. A sus 71 años, el pasado 26 de marzo, se despidió junto a Tony Banks y Mike Rutherford con tres conciertos en el O2 Arena de Wembley. Genesis (o al menos una parte, pues no hubo éxito al intentar incluir a Steve Hackett y Peter Gabriel), decía adiós con un espectáculo especial al que solo unos pocos fans pudieron asistir, una fecha que tuvo que moverse en varias ocasiones debido a las restricciones. "Supongo que después de esta noche todos tendremos que conseguir trabajos de verdad", señaló Phil Collins, durante la última noche que subió a un escenario.
Collins es el único músico en vender más de 100 millones de discos sumando sus proyectos, una cifra solo igualada por Michael Jackson y Paul McCartney. Los últimos años del músico no han sido fáciles. La última gira de reunión de la banda, que tuvo lugar en 2007, dejó al músico con una vértebra dislocada, que le causó además otros daños en los nervios de las manos. Después de una intervención quirúrgica de espalda, se vio obligado a usar bastón desde 2015. Ya en 2017, después de una caída en su habitación de hotel, tuvo que posponer dos conciertos en solitario que tenía programados en Londres.
Un ocaso musical injusto para un artista que tuvo la suerte de estar en el lugar y el momento adecuados. Collins llegó a Genesis por casualidad, interesado por una audición en casa de Peter Gabriel. Después de participar como batería de algunas bandas menores, llegó con su instrumento a la banda e incluso se animó a cantar en algunos temas, como For Absent Friends (1971) y More Fool Me (1973). Eso sí, siempre eclipsado por la potencia y carisma de Peter Gabriel, considerado como el gran frontman de su época. Todo ello desembocó en la decisión de Collins de volar en solitario y tratar de forjarse una carrera sólida en solitario.
Su primera aventura sin la banda fue el álbum Face Value (1981), el que incluye uno de sus mayores hits, In the air tonight. Se alejó así del rock progresivo y también se lanzó a la producción musical, faceta con la que trabajó con nombres como ABBA o Robert Plant. En los años 90, el cambio de las tendencias amenazaba con relegarle a un músico de baladas, pero siempre supo moverse de forma adecuada entre la experimentación y el pop más mainstream. Mientras Genesis sacaba adelante nuevos hitos como I can't dance, él seguía sacando singles con resultados irregulares en crítica y ventas.
La llegada del nuevo milenio fue el bache más pronunciado de su carrera. Los problemas personales, con un divorcio incluido, le sumieron en una adicción al alcohol. "No me creía borracho pero empecé a beber", admitió en charla con el Daily Mail. "Solía levantarme y empezar a beber y ver el cricket. Vino tinto, vino blanco". Incluso llegó a sufrir una pancreatitis aguda por la que tuvo que tratarse.
Fue en ese momento en el que anunció que se apartaba de los escenarios. De allí vino el anuncio de su alejamiento de los escenarios. "Me retiré para poder estar en casa con los niños. Entonces mi esposa me dejó y se llevó a los niños, se mudaron a Miami, así que me encontré en un vacío sin trabajo", señaló en entrevista con el portal Loudersound. Esta separación nada amistosa acabó con un millonario acuerdo que acabó con un tercio de su patrimonio y multitud de críticas y ataques personales.
Poco a poco, comenzó a salir a flote, pero sus últimas actuaciones no han sido como nadie esperaba. Le hemos visto salir a escena sentado en una silla, como un simple recuerdo de lo que un día fue. El músico decidió dejar la música antes de que esta terminara de abandonarlo por completo.
Daniel Garrán
Jefe de producto de LOS40 Classic