Especial
Sebastián Yatra: el Dios del Dharma al que yo le rezo
El colombiano lo peta en su primer WiZink Center en Madrid
Ver en concierto a Sebastián Yatra es una experiencia religiosa, que diría Enrique Iglesias. Uno sabe cómo entra, pero ni se imagina que sale con semejante adrenalina en el cuerpo. Y es que el colombiano, consciente del sold out que se había marcado en su primer WiZink Center, nos contagió este miércoles 29 de junio (fecha imborrable) de su energía, de su sensualidad y de todo, todo, todo su Dharma.
"Llevo mucho tiempo queriendo decir esto. ¡WiZink Center, buenas noches!". Así dio la bienvenida Yatra a sus incondicionales en esta cita clave para el artista. Lo hizo después de cantar Melancólicos anónimos con cameo incluido de Itziar Castro. Ya en ese momento, sin saberlo, habíamos caído en el embrujo del cantante sin ser aquello un capítulo de la serie Érase una vez…pero ya no. Después vinieron otros tantos hitazos de su discografia: Traicionera, Robarte un beso, Runaway, Un año, Cristina...Pero te voy a contar la chicha, lo que pasó en ese escenario porque anoche hubo varios momentos que merece la pena señalar y recordar por los años de los años.
El primero fue cuando compartió con todos la historia que esconde Devuélveme el corazón, una de esas canciones bonitas hasta decir basta. "La escribí cuando el cuñado de mi mejor amiga se fue a la guerra. Volvió y sentía que no pertenecía a este mundo. Escribí esta canción de parte de su esposa, le hizo la promesa de que este mundo sí que merecía la pena". Ahí me dejó KO, noqueado y enamorado.
Pero esto solo fue un pequeño y suculento aperitivo. Sebastián Yatra sabe que la gente está viendo La Voz Kids y tuvo unos guiños que casi me provocan taquicardias de las buenas. Para empezar, sacó al escenario a Pablo López. Imagínate lo que fue aquello. Piano, miradas cómplices y chorretón de voz. Cantaron Adiós, pero, como dijo Sebastián Yatra, sería un insulto cantar solo un temita, así que se arrancaron con El Patio. El WiZink, lógicamente, se vino abajo. Algo parecido pasó con Las dudas. Aitana, su partner in crime, no pudo estar, pero él se puso a cantar y hubo un subidón de la leche. Tampoco se olvidó de David Bisbal, aunque como todavía no tienen hitazo juntos se atrevió con A partir de hoy, uno de los éxitos del almeriense.
El tercer momentazo lo protagonizó una chica llamada Marina. Yatra la subió al escenario para cantarle Dharma en lo que parecía el típico momento de 'voy a mirar a esta fan a los ojos fijamente para que se enamore', pero nada que ver. Subió ella, le cantó un poquito y luego subió otro chico que resultó ser el novio. ¿Y qué hizo? Pues pedirle matrimonio. (Hago un paréntesis para decirle a mi novio que puede hacer eso cuando quiera). Y volvemos al asunto que de verdad nos ocupa porque todavía queda la traca final.
La penúltima canción del concierto fue Chica ideal y cuando pensábamos que Sebastián Yatra había tocado techo cogió el tío y presentó a la única y verdadera Chica ideal: ¡la mismísima Lola Índigo! Menuda locura y menudo show se marcaron este par de dos. (Hago otro paréntesis para pedirle a ambos que lancen de una vez esa colaboración pendiente, por favor).
Y entonces se acabó lo bueno. Dijo: "Se han vuelto imposibles de olvidar" sin saber (en realidad sí lo sabe) que el que se ha vuelto imposible de olvidar ha sido él. Y es que me he pasado toda la noche tarareando sus canciones y pensando en sus vaqueros con pedrería, la camiseta sin mangas que llevaba y la mirada que echaba a la cámara para que asumiera y aceptara que es él, es Sebastián Yatra, el Dios del Dharma al que yo le rezo a partir de este momento.
Adriano Moreno
Periodista de LOS40 y autor de ‘Si me dijeras que sí’ y ‘La noche que perdí a la Chica del Pop’. Odio...