Contra la ola de calor, menos coches
La campaña Clean Cities anima a reducir los vehículos a motor de las ciudades para luchar contra las olas de calor. Varias organizaciones recuerdan la importancia de las Zonas de Bajas Emisiones
Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla… Las principales ciudades españolas son estos días un auténtico hervidero. Los termómetros superan los 40 grados y conciliar el sueño se vuelve una tarea casi imposible, especialmente para quienes no tienen aire acondicionado. Y no es sólo España: varios países de nuestro entorno se enfrentan a temperaturas históricas, en un fenómeno que ya se ha cobrado centenares de vidas.
La causa de la mayor persistencia de las olas de calor hay que buscarla en el cambio climático. Y sin embargo, las altas temperaturas no afectan por igual a las áreas rurales que a las grandes urbes. Porque es en estas, especialmente en las más pobladas, donde se están viviendo situaciones especialmente asfixiantes y dramáticas.
Coincidiendo con esta ola de calor, un nuevo informe pone el foco en el papel que juega en ella el tráfico motorizado de las ciudades. Tras el estudio está la iniciativa europea Clean Cities, de la que forman parte organizaciones españolas como ConBici, ECODES o Ecologistas en Acción, y en sus páginas analiza los beneficios de las llamadas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). La conclusión es contundente: las olas de calor, cada vez más frecuentes, agravan el impacto de la contaminación. Y para mitigarlas, las ZBE son esenciales.
Las olas de calor, cada vez más frecuentes, agravan el impacto de la contaminación. Y para mitigarlas, las ZBE son esenciales
El estudio recuerda que Europa prevé alcanzar la cifra de más de 500 ZBE para 2025. España es, denuncia el texto, el país que más retraso lleva en el desarrollo de este tipo de medidas. Actualmente, solo Madrid, Barcelona y Sant Cugat del Vallés tienen ZBE operativas, “aunque con muchas limitaciones”, señalan desde Clean Cities.
¿Pagar por entrar al centro?
Muchas organizaciones están planteando una posibilidad que, a buen seguro, generaría polémica entre otros muchos ciudadanos: cobrar peajes urbanos en determinadas ciudades. “Para algunas plataformas de Barcelona o Valencia se trata de una medida útil, urgente y necesaria para reducir la contaminación. La recaudación del peaje debe revertir en un incremento de la financiación del transporte público para garantizar su frecuencia y calidad, evitando agravar la brecha social”, explica el comunicado de Clean Cities.
En la actualidad, 320 ciudades europeas han sacado ya de sus núcleos urbanos los coches más contaminantes con el objetivo de reducir la contaminación atmosférica. Desde 2019, el número de urbes que lo han hecho ha aumentado en un 40%. Pero algunos países van muy delante. Por ejemplo, en los Países Bajos, 40 ciudades se han comprometido a descarbonizar totalmente el reparto de mercancías implantando Zonas de Cero Emisiones que no se limitan a los centros de las ciudades, sino que se extienden a los barrios y zonas periféricas. Aquellas ya en marcha varían respecto al grado de restricción, con Londres y París a la cabeza en la lista de ciudades más comprometidas a sacar vehículos contaminantes de la ciudad.
“La salud de la población ha de ser una prioridad, en combinación con la lucha urgente contra la emergencia climática. La reducción del tráfico en las ciudades debe ser uno de los puntos fundamentales de las agendas políticas de cara a las próximas elecciones municipales”, señalan desde ConBici, ECODES y Ecologistas en Acción. Las tres organizaciones coinciden en la necesidad de poner en marcha Zonas de Bajas Emisiones en ciudades españolas con más de 50.000 habitantes. Según el INE, en 2020 había en España 149 municipios con esas características, lo que se traduce en una población total de 25.229.667 habitantes, el 53,1% de total del país.