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Perros vs gatos, ¿tú qué prefieres?
Es una de las discusiones clásicas entre los amantes de los animales de compañía. Hablamos con partidarios de canes, felinos… y de ambos.
Playa o montaña. Frío o calor. Día o noche. Son algunas de las grandes disyuntivas sobre las que jamás llegaremos a un consenso: cada cual tiene sus preferencias. Pero si hay una que ha hecho correr ríos de tinta, e incluso que genera no pocas discusiones domésticas, es la de perros o gatos.
La cosa viene de lejos. Ambas especies llevan acompañando al ser humano desde tiempos inmemoriales. Y cada uno lo ha hecho a su manera: el perro, aportando protección al hogar. El gato, manteniendo las casas limpias de roedores. Y ambos ofreciendo su impagable compañía. Pero hoy en día, sus virtudes van mucho más allá: compartir la vida con un perro o un gato aporta infinidad de beneficios… y algún que otro sacrificio.
No parece que eso importe a los españoles. Porque si algo está claro es que nos gustan, y mucho. De hecho, en nuestro país hay más perros y gatos que niños. En concreto, 31 millones, según la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC), frente a los seis millones de niños y niñas menores de 14 años, tal y como cuantifica el Instituto Nacional de Estadística (INE). Otras fuentes amplían esa diferencia: la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (ANFAAC) asegura que el número de animales cuadriplica al de niños. En concreto, habría 28 millones de animales en España: 6,7 millones de perros y 3,7 millones de gatos. El resto se reparte entre reptiles, pájaros y pequeños mamíferos como hurones, conejos o ratones.
Juntos, pero no revueltos
Laura y Guille son una pareja peculiar. Ella tiene dos perras. Él, un gato. Y al irse a vivir juntos tuvieron que separar los espacios en casa: no había manera de que se llevaran bien. Hoy día, acostumbrados a acotar las distintas habitaciones, cada uno sigue teniendo muy claras sus preferencias.
“Los perros molan más porque hacen más compañía”, cuenta Laura. “Son animales perfectos para estar contigo, tanto fuera de casa como dentro. Se adecúan a tus horarios, tu actividad y tu estilo de vida. Hacen comunidad muy fácilmente, tanto con el resto de la familia como con otros perros. Siempre están pendientes de ti y de tus necesidades. Y pueden aprender todo tipo de cosas. ¿Un gato? ¡Eso es una ruleta rusa! Te puede tocar uno asustadizo o arisco, y eso es algo que difícilmente se puede trabajar. Además, siempre están en casa, y eso es algo que me da un poco de pena”, explica.
Guille por su parte, no opina lo mismo. “Diría que es una cuestión de personalidad. En mi caso elijo gatos por la compañía que hacen en casa y porque, en general, son más fáciles de cuidar que un perro. Con la vida tan ajetreada de los tiempos que corren, me parece complicado tener el tiempo necesario para cuidar adecuadamente a un perro. Sin embargo, los gatos son más fáciles, requieren menos tiempo, son tremendamente agradecidos y grandes compañeros cuando estás en casa.”
Leonor, jubilada, cuenta su propia experiencia: “Tengo dos gatos que llegaron de casualidad a casa tras ser rescatados. Una es sorda, pero feliz. El otro es un poco arisco, pero tiene una personalidad muy interesante. Ninguno es especialmente cariñoso, pero me hacen mucha compañía y me gustan porque son inteligentes y tranquilos”, cuenta a Los40. Daniel, su hijo, opina distinto. “Todos los animales son maravillosos, pero me quedo con los perros. Entiendo las ventajas de los gatos: van a su aire y no requieren tantos cuidados, pero la conexión que estableces con un perro me parece infinitamente más intensa”.
Rodeados de gatos
“Yo prefiero a los perros aunque me encanten los gatos”, dice Hugo, que sin embargo se ha decantado por los felinos. “Tenemos cinco en casa. ¿A su favor? Además de ser más independientes, generalmente están más sanos y cuesta menos dinero mantenerlos. Y no necesitas una gran casa para que estén a gusto. Con todo, creo que los perros son reflejo de tu alma. Para mí, no hay color”.
Lola y Felipe no tienen un gato ni dos, sino ocho. Y han llegado a tener hasta 11. Dedican buena parte de su tiempo a su cuidado y están muy comprometidos con la protección de los felinos callejeros de su cuidad, Madrid. “Me encantan los gatos, pero no somos de los que piensan que es incompatible con que te gusten los perros”, señala. “Es verdad que hay más gatos abandonados y en cierto sentido lo tienen un poco más fácil”, apunta.
Al hablar de los gatos con los que comparten su vida, Lola destila amor y fascinación. “Su personalidad nos encanta. Transmiten elegancia. Tienen una energía muy especial y única: llegas a casa y te tranquilizan. Es algo casi místico. Todo lo contrario que los perros, que por lo general son mucho más nerviosos. La independencia de los gatos, lejos de ser un problema, me encanta: estás con ellos, pero te miran como a un igual. Y cuando son pequeños es el animal más bonito que existe: juguetones, curiosos, divertidos…”