La verdad sobre la sequía: estamos malgastando el agua
El verano está siendo especialmente seco. Con los embalses en situación crítica, ha llegado el momento de replantearse determinadas cosas.
Llevamos años oyéndolo: España se enfrenta a una seria amenaza de desertización. Con unos veranos cada vez más asfixiantes y unas precipitaciones que, en años como este, han alcanzado mínimos históricos, cada vez son más las voces que abogan por dar un giro de 180 grados a nuestra manera de consumir agua. Porque en ella nos va la vida.
La realidad es que, si echamos un vistazo a los datos, la reflexión es obligatoria. En otoño de 2021 llovió un 17 % por debajo de la media y el invierno fue particularmente seco. Sin embargo, no es menos cierto que durante la primavera de 2022 llovió un 12 % por encima de la media. Una realidad que, según denuncian las organizaciones ecologistas, demuestra que no es sólo un problema de precipitaciones, sino también, y muy especialmente, de cómo gestionamos los recursos hídricos.
Por mucho que sea importante ahorrar agua en nuestras casas, con consejos como los que te dimos a principios de verano en El Eco de Los40, es importante saber que el principal consumidor de agua en nuestro país es el regadío, que supone entre el 85 y el 93% del agua total que se gasta en nuestro país. Eso, sin contar el regadío ilegal, que siempre se ha estimado entre un 5 % y un 10 %.
Desde Ecologistas en Acción consideran la situación muy preocupante. En un comunicado, tildan de “irresponsable” el fomento del regadío por parte del Ministerio de Agricultura y de algunas comunidades autónomas. “Ya se riega durante todo el año. Actualmente, en España, el agua se deriva al regadío tan pronto llega a los embalses, que cada vez funcionan menos como almacenes de agua y más como estaciones de transferencia de este recurso”, señala Santiago Martín Barajas, portavoz de la organización ecologista.
El principal consumidor de agua en nuestro país es el regadío"
En ese sentido, Ecologistas en Acción considera “inaceptable” que cada vez haya más pueblos con cortes de agua en el país, privando a la ciudadanía o dificultando su acceso al agua potable, considerado un derecho humano por Naciones Unidas, cuando a la vez se está gastando masivamente el agua en una actividad económica privada como es el regadío.
“Llevamos meses solicitando al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) que restrinja el volumen de agua derivado a los regadíos, al menos hasta alcanzar unos niveles de agua almacenados más próximos a la media de los últimos años”, recuerda Barajas. “Sin embargo, el Ministerio ha hecho caso omiso a nuestras demandas y es, en buena medida, responsable de la situación en la que actualmente se encuentran nuestras cuencas hidrográficas. Una situación que en cierto modo está poniendo en riesgo el abastecimiento de cada vez más municipios. Por ello, volvemos a pedir al MITECO que reduzca sustancialmente el riego en la mayor parte del país, y no lo vuelva a subir hasta que el nivel de los embalses se sitúe de nuevo dentro de la media de los últimos años”, concluye.
La imaginación al poder
Más allá de las medidas estructurales urgentes que han de tomarse por parte de las administraciones públicas, muchos ya han puesto el ingenio a trabajar con el objetivo de ahorrar agua. Antonio Rico, un vecino de 82 años de la localidad malagueña de Torrox ha desarrollado y patentado un sistema de regadío por goteo subterráneo con el que, asegura, se ahorra hasta un 70% del agua total. Su nombre: DeepDrop.
Gracias al innovador sistema inventado por Rico, los aguacates de la zona (uno de los cultivos que más agua requiere) han pasado de emplear de 800 a 1.200 litros de agua por kilo de fruta a entre 250 y 350 litros.
Los agricultores han tomado buena nota. La familia Rico ha instalado 150.000 dispositivos DeepDrop en 70 fincas, la gran mayoría en España. Pero también en otros países: la empresa ha alcanzado acuerdos con distribuidoras de países tan dispares como Chile, Paraguay, México, Israel, Catar o Emiratos Árabes.