Ángel Martín celebra un año de ‘Por si las voces vuelven’, con éxito, edición especial y un anuncio para 2023
“He descubierto que la gente puede ser francotiradora de emociones en tres segundos”, admite
Poco podía haberse imaginado Ángel Martín hace un año, cuando lanzó Por si las voces vuelven, que iba a tener la repercusión que ha tenido y el cambio de vida que iba a suponer para él. Un libro que recogía el relato de su experiencia con los trastornos mentales bajo ese filtro de humor que le caracteriza.
Un año después, ese libro cuenta con 15 ediciones y 300.000 ejemplares vendidos. Ha sido Nº1 en ventas durante prácticamente todo el año u Nº1 en ventas de ebooks. En este tiempo ha firmado en unas 50 ciudades, ha recibido premios, ha triunfado con un podcast y a partir de esta semana cuenta, además, con una edición especial.
“No he podido procesar todo lo que ha sucedido alrededor del libro. Es mucha información y yo vengo del mundo de la tele y entonces todo lo que sucede alrededor del libro es nuevo y no lo puedo comparar con nada. Si fueran audiencias sabría que con un 2 te vas a la calle y con un 10 nos mantenemos, pero con un libro no tengo ni idea. En algún momento tendré que procesarlo”, aseguraba en la presentación de esta nueva edición que incluye un prólogo nuevo y una dedicatoria manuscrita suya.
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Una edición especial
“No sentí entusiasmo, sentí agobio. Cuando me propusieron que la nueva edición tuviese un prólogo y una dedicatoria me agobió mucho, muchísimo. Una de las cosas que más me preocupó en el proceso de escritura de Por si las voces vuelven es que no hubiese ni una sola palabra que no sirviese para nada. No quería incluir ninguna palabra que tuviera la sensación de que era paja”, aseguraba sobre esta edición especial.
Este libro ha cambiado muchas cosas en él. Para empezar, reconoce que ha tardado “más de 40 años en descubrir lo que me apasiona y para hacerlo he tenido que pasar por un brote psicótico, un ingreso en un psiquiátrico y escribir un libro con la esperanza de que le sirviese a alguien. Por extraño que pueda parecer, no ha sido hasta escribir Por si las voces vuelven que he sido consciente del poder de las palabras cuando se utilizan bien”.
Durante muchos años ha escrito mucha comedia, pero con el único objetivo de que fuera gracioso. En este libro también hay otra comedia, pero ha recurrido a ella con otro fin. “No había buscado la broma simplemente para hacer reír, sino que había usado la comedia para que el peso que se pudiera sentirse al leer ciertas cosas no hiciera más daño del que pudieras sentir al sentirte identificado o identificada con el libro porque el viaje que íbamos a hacer era un poco delicado dependiendo de en qué momento estés”, explicaba.
Noticia para 2023
La comedia permite tratar ciertos temas desde un lugar más amable y es lo que él ha hecho. Pero ahí no queda la cosa, porque si hay algo que le sobra a Ángel es imaginación e ideas y ha tenido una nueva. “Una de las cosas que más me han dicho tras leer Por si las voces vuelven es que les ha servido para ver ciertas cosas desde un lugar distinto al que uno había pensado. Entonces pensé, ‘¿por qué no escribir un monólogo con la intención, no solo de reírnos, sino de ofrecer nuevas formas de pensar, sentir, vivir? Y ya puestos, ¿por qué no hacerlo a lo bestia, e intentar llevarlo a un pasó más de los bares o los tetros?”, contaba.
Y ahí es donde está su próximo proyecto de cara a 2023. Está planeando una “de las que será probablemente una de las noches más especiales de toda mi carrera”. Todavía queda tiempo, pero ya nos invita a que “si el 2023 os apetece que lo despidamos juntos, la noche del 27 de diciembre de 2023, yo estaré en el Wizink Center con este monólogo, Un punto para los locos y que es la frase que más veces he visto tatuar en los lectores”.
“Crear un evento en el que más de 12.000 personas, a través de la comedia, puedan darse cuenta de que lo único que nos diferencia de los demás no es si estamos o no estamos locos sino a qué volumen suenan en nuestras cabezas las voces del miedo, la angustia, la vergüenza, la impaciencia, los agobios...”, explica sobre una de las intenciones de llevar a cabo este proyecto. La otra razón tiene que ver con demostrar que los monólogos tienen interés para un público más allá de los bares.
Contacto con sus seguidores
“Para mí es imprescindible poder hablar de algo sabiendo que nadie va a interpretar que estás tratando de atacar ni nada. Es una gestión emocionalmente más complicada porque desde fuera te encuentras con mensajes pidiendo una respuesta que no tienes. La gestión de eso está en una línea delicada”, asegura sobre el trato con sus lectores y lo que esperan de él, “tienes que ponerte un pequeño impermeable para no llevártelo a casa”.
Es consciente de que a las firmas va gente que le ha conocido a través de libro, pero también otra que le recuerda por programas como Sé lo que hicisteis. “He descubierto que la gente puede ser francotiradora de emociones en tres segundos. Puede acercarse alguien que te diga, ‘tu libro me ha servido para entender un poco más a mi hijo de 15 años que se suicidó’ y eso, por mucho impermeable que te pongas, es una hostia que te deja ko, pero no te puedes quedar tan ko porque el que viene detrás puede que venga diciendo, ‘¿qué tal Patricia?’. Es un viaje emocional”, admite.
“Una de las cosas más interesantes es que hay mucha gente que manda mensajes a través de las redes diciéndome ‘yo pensaba que estaba bien y a lo mejor no tanto’. Esa frase la he recibido mucho”, confiesa sobre el feedback que ha recibido. También son muchos los que se han acercado para darle las gracias porque ahora no se sienten solos.
De salud, bien
Se encuentra bien y ha encontrado recursos para mantenerse bien. Todos los días escribe a primera y última hora del día. “Me ayuda a ordenar muchas cosas y a mantenerme alejado de móviles e imputs que no sean los que yo necesito tener”, reconoce. Así, controla el tiempo que dedica a las redes sociales.
También se apoya en el deporte, porque es consciente de que es imprescindible, “pero lo odio con todas mis fuerzas, pero es lo más inteligente que alguien puede hacer. Me da mucha rabia que sea tan importante y me obligo a hacerlo y es el esfuerzo que más me está costando, pero lo odio, que quede claro”.
También trata de comer bien y tener ciertos horarios. Y, además, “trato de pasar tiempo con los perros, no solo pasear, sino tiempo con ellos. Me conecta a no pensar en absolutamente nada, verles hacer el idiota me divierte mucho”.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...