“Gracias Serrat”
Joan Manuel Serrat emociona en su penúltimo concierto en Madrid antes de despedirse definitivamente de los escenarios
Si, como mantiene Serrat, su abuelo no hubiese existido, seguramente lo vivido anoche, martes y 13, en el Wizink Center de Madrid, lo hubiesen protagonizado personajes mágicos imaginados, pura fantasía, salpicados de algunas gotitas de realidad, como en las historias que el mismo Joan Manuel describe llenas de personajes sin edad, detenidos en el tiempo cual Penélope, sentada en su banco de pino verde, con la mirada perdida oteando el horizonte por el que el propio cantautor regala un matiz de esperanza: el amante que espera vuelve, como todos ansiamos cada vez que suena la canción.
Pero, cada vez, llega tarde y ya no es reconocido.
Serían historias con realidades aplastantes salpicadas de gotitas de fantasía, según nos contabas, como las de los amores de los que salimos malheridos, pero a los que no renunciamos; Lucía, que nos hace buenos y bellos, o la maravillosa Romance de Curro El Palmo aferrado a su cama ancha al despertar, sin Merceditas la del guardarropa, enamorao hasta la última célula también en el tablao que Frascuelo montó en el cielo.
Enamorados todos anoche. Cada uno con sus momentos, en la intimidad de nuestra butaca donde apenas cabíamos los recuerdos que abrigan tus canciones, y la emoción. Enamorados de ti, Serrat. Como siempre fascinados, en esta cita emocional que mantuvimos contigo. Catalán nuestro, Noi del Poble-sec.
Capaz de hacer una canción a tu madre para devolverle la nana con la que ella, dedicada a "sus labores", te arrullaba de pequeño...
Dedicarte a tus labores era lo mismo que trabajar como una burra, describe Serrat, y cuidar a tus hijos, y además coser pijamas para la calle y ganar algo que aportar a casa. Y criar a un poeta, pienso yo. ¡Tan falto nuestro mundo de poetas como Miguel Hernández y como tú, amantes de la vida y de la libertad!
" Viva la madre que te parió!" Le gritan a Serrat , y yo me uno al grito. ¡¡Viva la madre que te parió!!
Sabemos que "has venido a despedirte, como un caballero" pero no queremos, preferimos seguir soñando la esperanza de tu voz llena de sentido, de complicidad, de versos puros, del rumor de las olas del Mediterráneo mientras juegas tras las cañas con aquel primer amor...
Tu voz de ironía y generosidad con verdades completas, clamando contra el que te parece el más infame e inmediato de todos los problemas: la destrucción del medio ambiente, y por tanto de la vida, preguntando "Pare, si no hi ha pins, no es fan pinyons, ni cucs, ni ocells. Pare ¿qué han hecho con el bosque...?"
¡Ay poeta! Tienes razón: Los personajes de las historias que más nos emocionan no tienen edad. Romeo y Julieta llevan 400 años queriéndose como los adolescentes que son, y nosotros seguimos queriéndote a ti, así como eres, sin edad, sobre un escenario, igual que siempre.
Y me digo que no puede ser ¿Cómo pensar que tu abuelo no existió? Hubo un incendio en la parroquia del pueblo aquel 1931, y destruyó toda huella administrativa de ese hombre al que te pareces cuando te calas la boina con la misma expresión inocente que tienen las personas como tu abuelo Manuel, Serrat. Y después lo tiraron a una cuneta, con un tiro -nos abres el corazón- Pero existió. Y su nieto, el más pequeño de todos, lleva años dejando constancia de ello.
Anuncias que seguiréis luchando por rescatarlos de ahí, de la cuneta en la que llevan décadas, igual que su nieto nos conmueve desde siempre, dando voz al amor, al dolor, a los sentimientos, a esos abuelos fusilados. Estremeciéndonos tanto cuando nos cuentas cómo jugársela por la chica estática del escaparate, que suspira al ver pasar a ese muchacho, como arrojando luz en lo que pretenden que olvidemos. El amor.
Tu abuelo Manuel, es. Existió.
Gracias a tus abuelos entonces. Y gracias a ti, queridísimo Serrat. Por reivindicar la ternura en este mundo vacío, por esta noche dulce a tu lado. ¡¡Por todo, por cada lágrima, por tanto!!