El creador de 'Smiley' revela cuál fue la escena más difícil de rodar

Han pasado exactamente 15 días desde que el pasado 7 de diciembre Netflix estrenase Smiley, la comedia romántica navideña con Carlos Cuevas y Miki Esparbé como protagonistas que nos introducía en las vidas y la historia de amor de Bruno y Àlex, dos personas que no pudiendo ser más diferentes terminarán por iniciar una historia de amor.

Creada y guionizada por Guillem Clua (basada en la obra de teatro homónima del propio autor) y dirigida por Marta Pahissa y David Martin-Porras, sus ocho capítulos han conquistado los corazones de personas de todo el mundo, llegando a producirse situaciones tan curiosas como ser testigos de la primera vez en que miles de personas escuchan el catalán desde sus casas.

La historia de sus protagonistas y de todos los personajes que forman de su vida han calado en los consumidores de la plataforma que, a la espera de la confirmación de una segunda temporada (existe una segunda obra de Guillem Clua que da continuidad a la historia de amor entre Àlex y Bruno que podría hacer posible esta realidad), pueden visitar las redes sociales de su creador para enterarse de detalles de la producción, el rodaje y diferentes curiosidades que rodean a la serie.

Clua, que se define a sí mismo como "dramaturgo, guionista, director, hilandero tuitero, prosopagnósico, concebollista, transfeminista, Premio Nacional de Literatura Dramática y maricón" siempre se ha mostrado muy transparente con todo su trabajo y muy generoso a la hora de compartir datos de sus proyectos.

En este sentido, en una de sus últimas publicaciones escribía precisamente de cuál había sido la escena más difícil de rodar de toda la serie. "El plano secuencia final de #SmileyNetflix fue sin duda lo más complejo de rodar de toda la temporada" publicaba en Twitter. Curiosamente la escena en la que vemos el reencuentro entre Bruno y Álex después de ser testigos de una carrera a contrarreloj hacia el aeropuerto por parte de Bruno, que busca evitar que Álex viaje con su pareja tras una confesión de amor en su buzón de voz.

Guillem Clua compartía junto a su mensaje un vídeo y unas fotografías del propio día de rodaje, cuya complejidad es entendible si tenemos en cuenta que la mayor parte de la secuencia se realiza con pantalla partida, solo para encontrarse en el mismo plano en medio de la calle y besarse al final del capítulo bajo las luces de Navidad de la ciudad condal. Después de ocho capítulos y cuatro horas separados, Bruno y Àlex rompen hasta con las barreras formarles del plano que les dividían, y se encuentran el uno al otro para iniciar, por fin, una relación.