Jaime Lorente nos muestra lo mucho que ha crecido su hija ahora que ha cumplido un año
El actor empieza un año lleno de proyectos
Jaime Lorente, un actor con un gran año por delante. / Borja B. Hojas/WireImage
Jaime Lorente es un papá feliz y orgulloso. No es que comparta el día a día de su pequeña Amaia, pero de vez en cuando, nos actualiza la evolución de la pequeña a la que hemos podido ver crecer en su primer año de vida.
En la última foto que ha compartido de ella no está con él sino con su padre. Abuelo y nieta delante del ordenador y una frase del actor que lo deja claro: “De quien aprendo para quien aprende. 🖤”.
Una imagen que nos permite ver lo sonriente que es la pequeña y lo mucho que ha crecido. Si a eso le unimos el vídeo que ha compartido en stories en el que vemos moverse sola por el suelo a Amaia, podemos vaticinar que no tardará en salir corriendo.
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Una imagen que, además, nos permite ver la admiración que siente por su padre del que, como él mismo dice, sigue aprendiendo cada día y por su hija y el interés y la inquietud por aprenderlo todo.
Un año prometedor
Este promete ser un gran año para el actor y no solo por su faceta de padre. En lo profesional, tiene pendiente de estreno dos series muy esperadas y una película de terror. Así que, está claro que le tendremos muy presente en los próximos meses.
Este mismo 15 de enero le volveremos repetir serie con Belén Cuesta. Si coincidieron en La casa de papel, ahora lo harán en Cristo y Rey, la serie que nos mostrará las vidas de Cristo y Bárbara Rey que nunca estuvieron exentas de polémica.
Junto a Natalia de Molina estrenará Mano de hierro, una de las series nacionales que esperamos en Netflix sobre mafias y venganzas en el mundo del narcotráfico. Por cierto, que, aunque no estará Úrsula Corberó, sí estará su pareja, Chino Darín.
Y el 24 de marzo llegará a los cines Tin & Tina, una peli de terror que protagoniza junto a Milena Smit con la que ya contó para uno de sus videoclips. En esta ocasión darán vida a un matrimonio que adopta a dos niños a los que educan en un ambiente ultra religioso en el que los pequeños no distinguen bien entre el bien y el mal.
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