Especial
Naomi repasa los retoques de antes y después de ‘La isla de las tentaciones’ y no todos fueron buenos
Ha llegado a una conclusión respecto a su cara
Naomi Asensi ha demostrado desde su llegada a La isla de las tentaciones, que es una joven sin pelos en la lengua, con buena dosis de naturalidad y con una manera de expresarse muy real. No hay más que escucharla hablar del estrabismo que sufrió de pequeña y que tuvo muchas consecuencias familiares.
“Mi madre, erre que erre, cuando yo era super pequeña para que me operaran y, de hecho, si no me equivoco, fui la bebé más pequeña operada de Europa. Flipas si mi madre dio por saco para que no me hicieran bullying en el colegio. Hasta les costó el divorcio a mis padres”, aseguraba en el canal Mi momento, de mtmad.
El caso es que le quedó un poco de desvió que no le libró de algo de bullying en las aulas, pero que acabó corrigiéndose gracias al uso continuado de gafas.
Retoques estéticos
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No ha dudado en hablar de todos sus retoques estéticos, aunque asegura que la única operación como tal a la que se ha sometido es la del pecho. “Yo había tenido un complejo enorme porque tenía las tetas, no pequeñas, sino que parecían dos ubres de vaca, eran horribles. Eso sí que era un desastre estético”, contaba.
Y no dudaba en confesar que no pudo someterse a una operación hasta que no trabajó y tuvo su propio dinero y mantuvo un complejo toda su adolescencia. No iba a la piscina ni se ponía tops, “era una rayada máxima”.
Reconoce que también se puso ácido hialurónico en los labios hace tres años. “La primera vez que me lo hice no noté nada. Mis amigas me decían, ‘te han timado’. Al día siguiente no tenía nada y a los dos o tres días, menos. Me llevé un chafón que te cagas y volví a hacérmelos”, admitía.
Y no fue lo único que se hizo. “Ya que estoy estupenda y bella en la cara, voy a pegarme una cagada en la cara. Las redes sociales son muy peligrosas ahora mismo porque como veas un vídeo de algo más de tres segundos, te lo va a estar recordando cada vez que entres a cualquier plataforma”, decía antes de contar que había visto que a otras les quedaba estupendo cuando se perfilaban el mentón con ácido. De hecho, creía que Ana de la quinta edición se lo había hecho.
Complicaciones
Cuando llegó a casa, su barbilla se empezó a hinchar, “parecía una bruja, parecía un hombre”. Se arrepintió y pidió que se lo quitaran. Lo que parecía fácil empezó a complicarse y tuvo que tomar antiinflamatorios potentes.
Su conclusión después de todo esto: “No me pienso tocar la cara más”. Ni siquiera para retocarse la nariz que tiene uno de sus agujeros más pequeños desde que se puso un piercing siendo adolescente. Eso sí, el cuerpo es otra cosa.
Lo que no sabemos es lo que opina Adrián de todo esto y si sigue siendo su novio o no. Para eso tendremos que llegar a las hogueras finales del programa o, mejor aún, al reencuentro meses después.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...