Alejandra Martínez de Miguel: “En el reguetón puede haber letras machistas, pero yo elijo cómo bailarlas”
Hablamos con esta voz millennial de Shakira, Miley Cyrus, Karol G o Gata Cattana
Al cuerpo de una mujer es el título del nuevo poemario de Alejandra Martínez de Miguel, una de las voces millennials que destaca por su voz feminista y su forma de comunicar emociones de forma directa y contundente, llamando a las cosas por su nombre.
Es psicóloga, sexóloga, actriz y poetisa y en esta nueva obra habla de enfermedad, de deseo y del cuerpo de la mujer y dejan de ser tabú temas como la menstruación o la masturbación femenina y comparte versos que impactan como “TODOS LOS TÍOS con los que he follado con la regla se han quedado a vivir en mis poemas” o “nunca follamos tan bien como cuando te dije que estaba enferma”.
Versos que suenan con música electrónica de fondo. Y es que la música ayuda a transmitir. Alejandra se volvió viral en 2018 precisamente con un poema que construyó a base de frases de conocidas canciones de reguetón. De eso y la música con visión femenina, hemos hablado con ella.
Apuntes musicales de tu libro: “Escucho a Valeria Castro deseando que sea Amelie Lens”… con lo bien que canta Valeria…
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Y mira que a Valeria la amo. La canción que acaba de salir ahora de Abril y Mayo me la he puesto en bucle. A lo mejor la he escuchado, el día que salió, 19 veces. Esa comparación, para mí fue divertida hacerla porque Valeria me lleva a un sitio de relax total de ver una playa, un campo, donde estar conmigo misma escribiendo, nutriéndome y a la vez, Amelie Lens, esa música tecno, que también está guapo, pero es algo que se aleja un poco de mí, a veces, la música tecno, me lleva como a un sitio más oscuro. Era esa comparación entre la calma que me produce Valeria y lo oscuro que me imagino a Amelie. Pero, en el fondo, creo que las dos me producen algo que es acercarme al disfrute.
También haces referencia a Fatima Hajji… No es común tener tantos referentes de DJ femeninas.
Así es, eso fue guay. Yo tengo un amigo productor, y yo me imaginaba este libro en escena en el teatro, con música electrónica, y le dije que me pasara nombres de artistas femeninas que hagan este estilo de música y descubrí un montón y ahora me flipan. Me he vuelto un poco adicta.
Es cosa de chicas escuchar Dime de Beth, lo dices en uno de tus poemas en el que enumeras un montón de cosas de chicas ¿y eso?
Jajaja, eso es un juego. Es como decir que es cosa de chicas ver El diablo se viste de Prada. Creo que al final entra en nuestro imaginario millennial y en nuestro imaginario pop. Obviamente hay chicos a los que le gusta cantar Dime de Beth, es obvio, pero es una generalización. En ese poema es simplemente un juego.
No podemos hablar de música y obviar tu famoso Cállate y déjanos bailar de 2018 que recitaste en un Poetry Slam creado con versos de canciones de reguetón… ¿qué es lo que más te sorprendió del éxito de ese poema?
Todo realmente. Creé ese poema porque dejaba de competir en el Poetry Slam y lo escribí de una manera lúdica porque surgió de un comentario de un colega que me dijo que yo no podía ser feminista si escuchaba reguetón y yo me enfadé y dije, ‘¿Qué no? Pues toma’. Al final no solo el reguetón tiene letras machistas, sexistas, está en toda la música. Yo no escribí ese motiva por el tema de ‘es que esto es machista’, sino, ‘yo sé que puede haber letras machistas, pero yo elijo cómo bailarlas, yo elijo qué hacer con esto’.
Entonces, como feminista que eres, ¿escuchas reguetón o no?
Obviamente, claro. Además, no creo que seas menos feminista por escuchar reguetón.
Te gustaba Gata Cattana, ¿no?
Mucho. El 2 de marzo que se estrenaba el documental, yo justo presentaba mi libro en la FNAC. Yo participé en ese documental, añoro mucho su presencia.
¿Qué supuso?
Conocí a Gata Cattana en el Poetry Slam. En uno de los primeros en los que participé también participaba Ana y yo flipé porque, de repente, ella se subió al escenario a recitar poesía y cuando bajó le pregunté a un compañero quién era ella. Me dijo, ‘es Gata Cattana, ¿no la conoces?’ y salí de El Intruso ese día y dije, ‘wow, esta tía es increíble’. Y a día de hoy lo sigo pensando. Vas por mi barrio, aquí en Carabanchel, y hay grafitis de Gata Cattana, hay todo un imaginario puesto ahí y me llena el pecho porque creo que las letras de Gata y todo lo que ha dejado Gata es muy potente.
Ahora se habla de un empoderamiento de la mujer en la música, ¿cómo lo valoras?
Lo veo real. El otro día no sé en qué noticia o artículo, leí como las mujeres estaban ocupando desde los puestos en LOS40 hasta lo que ha pasado ahora con Shakira o Karol G, en plan, cómo están ocupando todo. Está claro, es que lo petan y ya era hora y creo que lo llevaban petando hace mucho tiempo y ahora les están dando más voz.
A ellas le sumamos a Miley Cyrus que han abierto un debate en torno a lo que deberían o no expresar las mujeres en sus canciones, ¿opinión?
Opino que tienen que hacer lo que les salga de… de dentro. Si fueran hombres nadie estaría cuestionando si están hablando de una ruptura o si están monetizando sus dolores. Pueden hablar de lo que quieran y encima creo que, si escuece a la sociedad o hay esta cosa como de decir, ‘uy, ¿por qué están hablando de eso?’ es porque realmente les pica y les remueve. Es alucinante lo que están haciendo. La canción de Flowers de Miley Cyrus, me parece un himno para todas.
Si en la música empieza a haber una visión diferente de las mujeres, en el cine y las series también, ¿cuáles te han llamado la atención últimamente?
Ahora que han sido los Goya, yo creo que ha habido una representación muy potente de mujeres directoras en los Goya con Cerdita, con Cinco lobitos, con Alcarràs… me parece super potente. A mí particularmente Cinco lobitos me alucinó, el trabajo de Laia Costa, el de la directora, Alauda, me parece increíble. Creo que el cine español tiene una presencia femenina muy potente y, además, de las mejores películas que yo he visto en mucho tiempo.
Aun así, luego llegan los Goya y Berta Vázquez es cuestionada por su cambio de aspecto físico y Sara Sálamo por ir sin maquillar, ¿pasos atrás?
Eso es la sociedad retrógrada y machista en la que vivimos. Más que pasos atrás, yo creo que no hay que darles voz a esos comentarios. Yo flipé cuando vi todo el debate que hubo entorno al cuerpo o al físico de Berta Vázquez. Me parece que dar voz y publicidad a eso… no tenemos que poner la mirada ahí porque creo, sinceramente, que es una minoría y que son titulares propagandísticos que invisibilizan el resto.
Tú tienes un gran número de seguidores. Las redes sociales con tanta apariencia, ¿han ayudado a las mujeres y a la aceptación de sí mismas?
Ojalá sí. Yo no escribo o no divulgo desde ahí, pero sí que creo que inevitablemente, igual que yo a las mujeres que sigo me inspiran y acaban convirtiéndose en referentes, incluso me alzan, como esto que hablábamos de Gata Cattana, ojalá a alguien le pueda acompañar lo que yo hago desde ese sitio.
Tú reivindicas el amor a una misma, ¿por qué es tan difícil?
Porque creo que hemos crecido muchas de nosotras enfadadas con nosotras mismas, odiándonos o cuestionando nuestros cuerpos y no hay nada más valioso como podemos amarnos a nosotros y validarnos a nosotros sin necesidad de que sea un hombre u otra persona la que nos digan que valemos, somos guapas o buenas. Es algo que tenemos que hacer desde nosotras.
De la gente que se lea tu poemario, ¿qué te gustaría que no pasase desapercibido?
No sé decirte algo concreto, pero lo que no me gustaría que pasase desapercibido es el sentir lo que cada persona sienta. Creo que es un poemario que revuelve y que, incluso, puede desagradarte por momentos, inquietarte, revelarte, creo que lo que no me gustaría que pasase desapercibido es ese sentir primario que la persona que se acerque al libro tenga porque lo que te produzca corporalmente al leer es algo potente que tenemos que replantearnos individualmente. Yo te diría, el deseo, o la vanalización del cuerpo enfermo, o los vínculos familiares, la relación madre-hija, pero eso son cosas que me resuenan a mí. Creo que lo interesante sería ver qué le resuena a cada uno.
Ya para acabar, ¿qué canción le pondrías a este poemario?
Sin duda sería una canción de Amelie Lens o de Fatima Hajji.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...