Laura Opazo: “Estamos adoctrinados por la industria del low cost”
La escritora e influencer de moda sostenible pasó por El Eco de LOS40 para compartir consejos y reflexiones.
Una amplia sonrisa, dos libros en el regazo y un mensaje contundente: otra moda es posible. La madrileña Laura Opazo es una de las grandes divulgadoras de una nueva manera de entender el consumo de ropa. Una en la que lo importante no es comprar mucho, sino comprar mejor. En la que el respeto al planeta y a las personas se pone en el centro frente al consumo compulsivo. Ideas que ha plasmado en dos libros ‘Armario sostenible’ y ‘La moda es revolución’.
En una distendida charla con El Eco de LOS40, Laura Opazo nos habla de su proceso de toma de conciencia, de su visión de la industria de la moda actual y de su manera de ver el mundo. También de música: de hecho, al final de sus dos libros encontrarás sendas listas con “temazos para que la gente se motive a cambiar su armario a través de música hecha por mujeres”, en sus propias palabras.
¿Cómo te presentarías a ti misma?
Es difícil definirse a una misma, pero si tuviese que hacerlo de manera resumida… Me llamo Laura Opazo y me dedico a muchas cosas, como buena autónoma. Puedo decir que me he hecho un hueco en la divulgación de la moda sostenible. Me gustaría definirme como una profesional específica del periodismo, aunque he sido un poquito intrusista, porque vengo del mundo de la publicidad y del marketing. A nivel personal, me definiría como una petarda (risas).
¿Qué es, a grandes rasgos, la moda sostenible?
Es aquella que busca el equilibrio con lo social y lo medioambiental. La moda que ha imperado a lo largo de los últimos tiempos, especialmente la fast fashion de las dos últimas décadas, explota a la gente que trabaja en el sector, no genera riqueza y es enormemente perjudicial para el medio ambiente. Lo que busca la moda sostenible es precisamente lo contrario: que todo ello esté debidamente equilibrado.
Te recomendamos
Has publicado dos libros. Háblanos de ellos.
‘Armario sostenible’, es un libro pospandémico que se publicó en noviembre de 2020. El segundo salió hace poco del horno, el 22 de febrero de 2023. El primero es una guía para ayudar a la gente a consumir de una manera más consciente: estamos adoctrinados por la industria del low cost. Por su parte, ‘La moda es revolución’ es un homenaje a las personas que cambiaron y están cambiando la industria de la moda. Son 40 mujeres, y no es casual que sea así: a lo largo de la historia los cánones de belleza han sido impuestos mucho más a las mujeres. Somos las más explotadas por la industria de la moda, especialmente en el caso de las costureras del sudeste asiático, y también las que más moda consumimos. Por todo ello es lógico que sean las voces femeninas las que se levanten contra esto. La moda sostenible habla en femenino.
En este segundo libro citas a artistas como Madonna, Rosalía, Billie Eillish…
Cada una es revolucionaria en un aspecto distinto. No todas las artistas de las que hablo en el libro tienen necesariamente un compromiso con la sostenibilidad, pero sí que han aportado cosas muy interesantes en lo referente a la imagen. Quizá la primera artista que lo hizo de manera clara, con permiso de nombres como Cher o Brigitte Bardot, fue Madonna. Ella eclosionó como artista en los 80, cuando empezó la era de la imagen que hoy día sigue imperando gracias a las redes sociales. Me parece muy interesante cómo se adueñó de su imagen en una industria muy masculina y fue capaz de crear su propio discurso estético.
Rocé la oniomanía, que es la adicción a las compras. Sentía un vacío existencial. Todo eso me llevó a decidir que quería contribuir con mi trabajo a que las cosas sean de otra manera"
Casi todo el mundo que está concienciado con la sostenibilidad recuerda el momento en que hizo clic. ¿Cuál fue el tuyo?
Fue en torno a 2015 y 2016. En aquel momento trabajaba como publicista en una revista de moda y presentaba un programa de televisión que se llamaba ‘Moda reto’, en el que tenía que vestir a una persona con menos de 50 euros. Para ello iba a muchas tiendas de infra low-cost. Después de dos temporadas empecé a sentirme muy incómoda. Me preguntaba: si puedo comprar esto tan barato, ¿por cuánto se fabrica? Por otra parte, me di cuenta de que no quería seguir apoyando ese consumo bulímico de ropa. Yo misma formaba parte de ello: cuando estaba estresada me iba de compras, volvía a casa y me daba cuenta de que había comprado cosas que no necesitaba en absoluto. Creo que rocé la oniomanía, que es la adicción a las compras. Sentía un vacío existencial. Todo eso me llevó a decidir que quería contribuir con mi trabajo a que las cosas sean de otra manera.
En tu día a día, ¿qué haces para hacer del planeta un lugar mejor?
No creo que sea ejemplo de nada. En lo referente a la moda, que es mi terreno, procuro reutilizar mucho lo que tengo y ejercitar la creatividad. Esto último parece una tontería, pero es muy importante. Vivimos en una sociedad de la inmediatez: vas al supermercado y te venden cebolla troceada. Con la moda pasa lo mismo: vas a la tienda y te presentan una propuesta estética en un maniquí. Hemos dejado de ejercitar ese músculo que nos permite jugar con las cosas que ya tenemos en el armario. La creatividad no es un don, sino que se ejercita como el que va al gimnasio.
No hace falta comprar nada para que tu armario sea más amplio”
¿Cómo se trabaja esa creatividad?
Intentando dar una respuesta diferente y original a todos tus procesos diarios, incluido el de vestirte. A veces no hace falta comprar nada para que tu armario sea más amplio. Yo le recomendaría a la gente que se enfrente a su armario. No me refiero a hacer un Marie Kondo y reordenarlo todo, sino a analizarte como consumidor. A mirarte al espejo. A veces es un proceso doloroso, porque te das cuenta de que el 80% de las decisiones que has tomado hablan de ti como un consumidor atroz que compra de forma compulsiva. Y de que careces de personalidad estética. Pero tampoco hay que flagelarse, sino sacar unas conclusiones y a partir de ahí empezar a cambiar.
Por último, ¿crees que este mensaje cala en los más jóvenes? ¿La gente demandará cada vez más moda sostenible y responsable?
Creo que sí. Un ejemplo: la gente más joven a menudo tiene como primera opción de compra las plataformas de segunda mano como Wallapop o Vinted. Es verdad que son hijos de dos crisis, pero eso hace que sean más conscientes de lo que cuestan las cosas. Pero independientemente de que sea por una cuestión de impacto medioambiental o de ajuste económico, está claro que valoran la segunda mano de una manera diferente a como lo hacíamos los que crecimos en los años 80, cuando se veía poco menos que como algo de pobres. Que se haya eliminado ese estigma es muy positivo. Al mismo tiempo, movimientos como Fridays for Future revelan que hay una mayor conciencia. Creo que el futuro es esperanzador.