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Esta es la verdad que se esconde tras ‘Chupa’, la amigable adaptación de Netflix del terrorífico Chupacabras
La nueva película de la plataforma es para toda la familia, aunque el monstruo que la protagoniza lleva atemorizando la cultura latina desde hace años
Chupa se ha estrenado en Netflix con un éxito notable: apenas unas horas después de que empezara a estar disponible en su catálogo, se conseguía colar en el top 10 de los contenidos más vistos en diferentes países. ¿La razón? Está dirigida para todos los públicos, e incluso puede llegar a emocionar a los espectadores más sensibles.
Lo nuevo de Jonas Cuarón, el hijo del cineasta mexicano Alfonso Cuarón y que ya está confirmado para ser uno de los futuros directores de Marvel, narra la historia del pequeño Álex, quien en su viaje para ver a su abuelo se encuentra a un cachorro de chupacabras oculto en el cobertizo de la casa. Para protegerle, tanto sus primos como él harán lo impensable con tal de no dejarle vendido a los peligros que una criatura como esa puede llegar a sufrir.
La película está contada en un tono familiar, muy emotivo e incluso con un punto nostálgico; pero lo cierto es que la leyenda del Chupacabras dista mucho de la jovialidad que tiene la cinta. Porque, como muchos sabrán, este ser es una historia de terror recurrente en México y alrededores, además de haber sido el protagonista de muchas películas y series. Pero poco tenían que ver con el cine infantil, claro.
Y es que la leyenda del chupacabras no se remonta a un tiempo demasiado lejano, sino a la década de los 90. Concretamente, fue en el año 1995 cuando en el este de Puerto Rico una testigo aseguró verlo, algo que provocó que mucha gente se aventurara a confirmar avistamientos en distintas partes del mundo, desde otros puntos de América Latina a incluso el continente Asiático.
El nombre con el que la leyenda le bautizó provenía de cómo mataba a sus víctimas, absorviendo la sangre de sus cuerpos. Fue temido por atacar animales domésticos o de granjas, haciendo peligrar las economías de las mismas, además de la incertidumbre de saber si también era capaz de matar humanos con la misma técnica. Sin embargo, la ciencia rápidamente descartaba los casos que se avistaron.
La verdad sobre el chupacabras
Tal y como informó la BBC en un reportaje sobre la criatura, la descripción de la misma variaba según el testimonio. Se le comparó con un extraterrestre, que andaba de manera bípeda y no superaba el metro y medio de altura. En cuanto a su apariencia, se habló de ojos grandes, garras imponentes y púas en la espalda.
Cómo lucía se descubrió en parte por las víctimas, cuyos animales habían sufrido la visita de este temido ser. Benjamin Radford, del Comité para la Investigación Escéptica, no perdió la oportunidad de de analizar todos los ejemplares que llegaba de gente que había dado caza o habían encontrado muerto a este animal. Y terminó con sorpresa.
La realidad fue fiel a lo que se contaba, pues cada uno de los seres que Radford vio estaban demacrados, carecían de pelo y tenían la piel quemada. Pero no se trataba de un eslabón perdido en la cadena evolutiva, sino que eran perros o coyotes asolados por la sarna, un trastorno que acababa por transformar su aspecto por completo.
De este modo se explicaba también que los animales muertos por este ser no tuvieran una conducta propia de criaturas que se alimentan de sangre. Bill Schutt, del Museo de Historia Natural de Nueva York, arrojó verdad sobre el caso aclarando que si realmente buscaban sangre, no se irían al cuello atacando directamente la yugular; sino que accederían a la misma a través de la capa superficial de la piel.
Así, quedaba claro que los testimonios se achacaban a una realidad poco probable, pero que se alejaba del cuento de la temida criatura. Pese a ello, a día de hoy el Chupacabras sigue siendo toda una figura del folclore reciente mexicano, del que seguro que se siguen viendo casos.
Javier Rodrigo Saavedra
Cine y música. Música y cine. Y más, claro. Me encontrarás en todo tipo de saraos cubriendo todo, desde...