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Iván Ferreiro habla de su salud mental: “Tuve un ataque de pánico un día y me di un susto muy gordo”
Fue al médico y descubrió que tenía depresión
Tras la pandemia, parece que se ha normalizado hablar de la salud mental. un tema que, históricamente, había sido tabú. Ahora, rara es la semana que no sale algún libro en el que alguien que casi todos conocemos hable de su caso con la enfermedad mental.
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En la última novela de Iván Ferreiro, sale el tema. De hecho, es una historia surrelista de su gira con Leiva en 2013, que está cargada de episodios de este tipo, aunque tratados desde el punto de vista del humor.
Ferreiro fue pionero en hablar de estos temas cuando confesó que había sufrido una depresión. Ahora que hemos hablado con él, nos han bastado tres preguntas para saber qué le pasó y qué medidas tomó al respecto.
Ese 2013 de la gira, ¿era momento de ir a pedir ayuda o no, era un momento bueno?
Estaba muy feliz. Yo realmente, cuando estuve malo, cuando tuve depresión, no me enteré cuando la tenía. Llevaba muchos años con problemas personales, había pasado por un divorcio difícil, ya se sabe que cuando tienes hijos es muy complicado, y vivo en una ciudad pequeña donde todo el mundo habla. Y tenía insomnio desde muy joven y, de alguna forma, tuve un ataque de pánico un día y me di un susto muy gordo y fui al médico y me dijo que tenía una depresión e inmediatamente me puse a curarla. Lo que me da más pena de lo mío y que le pasa a mucha gente es que ni siquiera me enteré de que tenía una depresión. No todas las depresiones son de que te quedas hecho un bollo en la cama. No soy esa persona que se queda en casa hecho un bicho bola. Pero un día peté y la cabeza me hizo boom y me acojoné muchísimo y lo pasé muy mal y cuando fui al médico me dijo que había tenido una cosa muy seria.
Por lo menos pudiste ponerle remedio, ¿no?
Tenía insomnio desde los 13 o 14 años, me costaba mucho dormir y ni siquiera me había dado cuenta. Cuando llevaba un par de semanas yendo al psiquiatra, le dije a mi hermano un día, ‘hoy no he dormido muy bien’ y me dijo, ‘¿cómo que hoy no dormiste muy bien? No has dormido en tu puta vida, ¿no se lo has dicho al médico’. No, creo que todos normalizamos cómo somos, y si no duermo, es que soy así. En mi caso fue maravilloso porque en cuanto hice una cura de sueño, para mí el mundo ya era bonito, pero cuando dormí dos semanas ocho horas seguidas, el mundo era diez mil veces más bonito que antes. Me di cuenta de que dormía fatal y tenía miedo de irme a la cama.
¿Y has tenido ataques de pánico antes de subir al escenario?
No. Solo he tenido un ataque de pánico que, además, me tocó en Buenos Aires, en un departamento que tenía allí, yo solo, en una habitación, y porque me encontró allí alguien. Siempre digo que un ataque de pánico es una cosa que hace que tu cerebro convierta todas tus ideas en mierda, no eres capaz de agarrarte a nada. Si piensas en algo hermoso como tus hijos, el cerebro te hace creer que eres el peor padre del mundo y que eres un asco. Si tratas de pensar en tus familiares y tus amigos, el cerebro lo convierte todo en mierda y es una cosa muy seria. Me di cuenta de que había tenido mucha ansiedad, pero siempre lo achaqué a la vida. Tampoco se hablaba de eso. Cuando le decías a alguien que estabas agobiado, te decía, ‘bueno, la vida es así, la vida es dura’. Y pensaba que era así todo y resulta que no, que no tiene que ser todo una mierda.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...