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Si puedes ir en tren, prohibido ir en avión
Francia pone en marcha una medida que eliminará todos aquellos vuelos entre destinos conectados por tren a menos de dos horas y media.
El transporte aéreo es uno de los mayores responsables de la emisión de gases de efecto invernadero. Y por tanto, también uno de los principales causantes del cambio climático. Por ello, reducir el número de vuelos ha de ser una prioridad para todos.
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A veces, eso pasa por decisiones como la que se acaba de tomar en Francia. El país vecino ha prohibido los vuelos domésticos entre destinos que estén conectados por tren a menos de dos horas y media. Una medida que, en la práctica, supondrá acabar con varias rutas aéreas, como las que unen París con otras grandes ciudades del país como Burdeos, Lyon o Nantes.
El decreto, que ha entrado en vigor este martes, ha sido celebrado por el ministro de transportes francés, Clement Beaune, que lo ha calificado de “primicia mundial”. Tal y como ha explicado en un comunicado, “conseguir la neutralidad de carbono supone reforzar intensamente nuestra acción en materia de descarbonización de los transportes, que representan el 30% de las emisiones”. Y ha lanzado una pregunta a sus conciudadanos: “Mientras que luchamos sin descanso para descarbonizar nuestro modo de vida, ¿cómo justificar el uso del avión entre las grandes ciudades que gozan de enlaces regulares, rápidos y eficaces en tren?”.
La pregunta parece responder directamente a polémicas como la que, el pasado mes de septiembre, desataron el futbolista Kylian Mbappé y el entrenador del Paris Saint-Germain, Christophe Galtier. Al ser preguntados por la posibilidad de viajar en tren en lugar de en avión, estallaron en carcajadas. El técnico llegó a ironizar con una frase que le valió duras críticas entre la sociedad francesa: “podemos ir en carro a vela”, propuso entre risas.
Críticas… por ambos lados
La medida, en la que se empezó a trabajar tras el confinamiento, ha sido recibida de forma desigual por la sociedad francesa. La industria aérea la criticó duramente en su día, con el argumento de que podía poner en riesgo la recuperación económica. Por su parte, los grupos ecologistas la consideran poco ambiciosa, y creen que debería haber ido más allá. De hecho, la propuesta inicial fijaba en cuatro horas la distancia, en lugar de las dos y media que se han acordado finalmente.
¿Qué supone una prohibición como esta en materia de emisiones? Sin ser una solución, muchos creen que marca el camino a seguir por otros países. Y más aún en un momento como el actual, cuando los desplazamientos en avión no paran de crecer. Según el tercer informe medioambiental de la aviación europea, que se realiza cada tres años, las emisiones de CO₂ de los aviones que despegaron desde el espacio europeo aumentaron entre 2005 y 2019 un 34%, hasta alcanzar los 147 millones de toneladas. Tal y como vaticina la Agencia Europea de la Seguridad Aérea (EASA), encargada de elaborar el citado informe, la tendencia podría seguir al alza hasta llegar a los 188 millones de toneladas en 2050, lo que equivale a un 28% más aún que en 2019.