Una Beyoncé reivindicativa regó de noches mágicas el primer tour por estadios de una artista femenina
En sus conciertos, la artista rindió homenaje a su admirado Prince, que había fallecido pocos días antes de iniciar la gira

La artista Beyoncé en el escenario de su gira The Formation World Tour / Kevin Mazur
Beyoncé regó de noches mágicas los 49 escenarios por los que presentó su ‘Formation World Tour’. Era su primera gira solo por estadios, gigantescos recintos que acogían varias decenas de miles de fans. Además, Queen Bey, siempre precursora, se convirtió en la primera artista femenina que emprendía un tour de semejante envergadura. Tras muchos meses de exhaustivos preparativos, el 27 de Abril de 2016, la diva texana inició la gira más lucrativa y aclamada hasta ese momento.
‘The Formation World Tour’ era la séptima gira del icono de la industria musical. Presentaba su sexto álbum de estudio, ‘Lemonade’ (2016), aunque en el repertorio también había ‘hits’ de sus anteriores discos. Era su primer tour por estadios… el primero de otros muchos que llegarían después como ‘On the Run II Tour’ (2018), ‘Renaissance World Tour’ (2023) y ‘Cowboy Carter Tour’ (2015).
Empezó el 27 de Abril de 2016, en Marlins Park, Miami, Florida y concluyó el 7 de Octubre de 2016 en MetLife Stadium, East Rutherford, New Jersey. El título de la gira hacía referencia al primer single, ‘Formation’, y transmitía un mensaje y una intención: la de reivindicar los derechos de la mujer y la igualdad racial: "Me gusta mi nariz negra como la de los Jackson Five (...) Adoro el pelo de mi bebé, el pelo afro", canta la americana.
Solo las cifras que se manejaron eran mareantes. Lo nunca visto hasta entonces. Acudieron 2,24 millones de fans. Recaudó 256 millones de dólares. Y en los 49 conciertos se agotaron las entradas. La media era de 5,2 millones de dólares recaudados y más de 45.000 asistentes en cada show. Los más relevantes fueron los dos del Wembley Stadium de Londres que sumaron 15,3 millones de dólares y 142.000 entradas vendidas. El segundo show tuvo que añadirse después de que, en menos de 30 minutos, se agotaran las localidades del primero.
Solo hizo una parada en España. El 3 de Agosto de 2016, Beyoncé cantó para 46.000 personas en Barcelona, en el Estadio Olímpico Lluís Companys. Hasta 600 euros alcanzaron las entradas en el mercado negro.
Beyoncé, cuya fortuna personal la revista Forbes estimó entonces en 250 millones de dólares, se involucró al máximo en el proceso creativo de cada pulgada del impresionante diseño del escenario. No se había visto nada igual. El tour fue conocido por el Monolito, una gigantesca pieza central en forma de cubo giratorio de 18 metros de altura que se podía ver desde cualquier punto del estadio. Lo componían muros con pantallas de vídeos. La caja tardaba aproximadamente 4 minutos en alcanzar una rotación completa. Era uno de los escenarios más grandes que se habían montado jamás.
La espectacularidad lo envolvía todo: Había también una pasarela sobre la que discurría una cinta andadora y un segundo escenario que producía más de 7500 litros de agua.
Igualmente, Beyoncé eligió cada atuendo del vestuario que se puso durante las dos horas de actuación. Marni Senofonte, diseñadora, lo definió como 'Street style victoriano'. Según declaraba en El País: “Es muy emocionante poder ver sobre el escenario lo que estaba en tu mente y en lo que has trabajado tanto”. Trajes de firmas de alta costura y un largo proceso de selección que no dejó nada al azar. Incluso los encargados del vestuario viajaron a México para comprar los grandes sombreros negros que la artista luce. Además, en las axilas, las costureras hicieron pequeños descosidos para aportar más libertad a sus movimientos.

Uno de los vestuarios más icónicos que Beyoncé utilizó en la gira The Formation World Tour / Larry Busacca/PW

Uno de los vestuarios más icónicos que Beyoncé utilizó en la gira The Formation World Tour / Larry Busacca/PW
Destaca igualmente el body creado por Julien MacDonald que la artista estrenó en los conciertos de Londres… cubierto con 70.000 cristales de Swarovski y bordados en oro de 24 quilates. O la pieza negra de estilo militar con cristales bordados y altas botas oro y negro de Roberto Cavalli, o la de látex rojo de mangas fruncidas a juego con las botas de Atsuko Kudo, quien decía que el látex hacía que la cantante se sintiera como una "superwoman".
El 21 de abril de 2016, tan solo seis días antes del arranque de la gira, el mundo se sintió conmocionado con la triste noticia del fallecimiento de Prince. Beyoncé era una gran admiradora del genio y decidió incluir en sus shows un emotivo tributo cantando una versión de ‘The beautiful ones’.
A continuación, el gran cubo LED se iluminaba de púrpura mientras sonaba por los altavoces la grabación original de ‘Purple rain’.

Doce años antes, en la gala de los Premios Grammy 2004, Prince y Beyoncé se habían unido en una inolvidable actuación magistral en la que cantaron el medley "Purple rain'/ 'Let’s Go Crazy'/ 'Crazy in Love’. En el libro biográfico 'Prince: A private view' (2017), Beyoncé escribió el prólogo y recordó ese momento que calificó de “genial”, destacando el “sentido del humor, espontáneo e inesperado” del músico.
El broche final de los conciertos se trasladaba al segundo escenario… al del gran recipiente de agua. Durante la interpretación de ‘Halo’, Beyoncé empieza cantando de rodillas sobre el agua. El concierto concluye, según publicaba San Francisco Chronicle, con “Beyoncé de pie, sobre el escenario, con el cabello empapado y el maquillaje corrido. Su cuerpo exhausto parecía de todo menos humano”.