¡OMG! Si la princesa Elsa hubiera sido como la imaginaron, no nos habría gustado (¿o sí?)
Los orígenes de Frozen eran mucho más oscuros
Anna y Elsa se han convertido en las princesas favoritas de las niñas y niños nacidos en los últimos 10 años. Pero, ¿hubiera sido igual si hubiésemos visto Frozen tal y como la concibieron en un principio?
En su origen ni eran hermanas ni pertenecían a la realeza y a Elsa la habían plantado en el altar. Así, como para no congelar su corazón.
“Elsa era una autoproclamada Reina de las Nieves, pero ella era una villana y pura maldad, más parecida a la historia de Hans Christian Andersen”, ha explicado a Enterteinment Weekly Peter del Vecho, productor de la peli.
Anna, por su parte, era una especie de heroína, la que tenía un corazón de oro. Y Hans, su falso pretendiente, tenía un gran protagonismo sobre todo en la escena final en al que Elsa ataca a los héroes con un ejército de monstruos de nieve.
“Para detener al ejército, el príncipe Hans desencadenaba una avalancha masiva, sin preocuparse de que la nieve también ponía en peligro a Anna, Elsa y toda Arandelle. Anna se da cuenta de que Elsa es su única esperanza, así que la convence de usar sus poderes para salvar el reino. El giro es que la profecía desde el principio no es en realidad sobre Elsa, sino sobre Hans. Él es el que tiene un corazón congelado porque es un sociópata insensible”, relata el productor.
En ese final el corazón de Elsa se descongela permitiéndola amar de nuevo, igual que en la historia que vimos finalmente.
Pero con esa idea primigenia de la historia se dieron cuenta de que tener a Elsa como villana durante toda la película provocaba que no hubiera “ninguna conexión emocional” con ella. “No nos preocupábamos por ella porque se había pasado toda la película siendo la villana. No estábamos atraídos. Los personajes no podían ser identificados”, añade.
Fue entonces cuando decidieron darle una vuelta a la historia. Los directores llegaron a la conclusión de que sería bueno que entre ellas hubiera una conexión familiar y eso les llevó a la idea de que Elsa vivía con miedo a sus poderes.
“¿Y si ella tiene miedo de quién es? ¿Y miedo de lastimar a los que ama? Ahora teníamos un personaje en Anna que era todo sobre el amor y Elsa que era todo sobre el miedo”, confiesa del Vecho.
Ese cambio hizo que Elsa tuviera “un carácter mucho más dimensional y simpático, y en lugar del tema tradicional bueno versus malvado tuvimos uno que nos pareció más interesante: Amor versus miedo y la premisa de que el amor es más fuerte que el miedo”, concluye.
Y así es como Elsa y Anna llegaron a la gran pantalla tal y como las conocemos. Ahora habrá que ver qué nuevos sentimientos desarrollan en la segunda entrega que ya se está preparando.
¿Finalmente veremos a una princesa Disney homosexual como han pedido muchos?
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...