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Fito Páez ofrece emociones en sus memorias: Muertes duras, asesinatos terribles, amores intensos y mucha música
Pasajes de gran emoción en una vida marcada por su vocación
El disco que ostenta el record de ventas en Argentina es El amor después del amor de Fito Páez, de 1992, que ahora ha vuelto a regrabar con la compañía de viejos colegas y descubrimientos de las nuevas generaciones que no han podido negarse a la llamada de uno de los grandes.
Y es que Fito es leyenda en la música. Además de escritor con varias novelas publicadas. Claro que, hasta ahora, no se había enfrentado al reto de escribir sus memorias. Infancia y juventud. Memorias, es la revisión de sus recuerdos durante la pandemia.
“De niño conocí el olor de la muerte”. Así comienza este recorrido que termina con un “continuará…”. Y en medio, una historia de vida con relatos emotivos, explícitos y, para algunos, bestiales.
“Aquí, este errático intento de escritura de lo que creo, imaginé o me contaron de mi vida. Espero les ayude a pasar el rato y les robe una sonrisa. Gracias a mi tribu por regalarme el don del tiempo de vivir, cantar y contar aventuras durante todos estos años”, señala el artista.
Su editor le invitó a escribir este libro durante la pandemia, cuando el mundo se paralizó y él, como tantos otros compañeros, tuvo que cancelar sus conciertos. “El tiempo libre y la desesperación fueron el terreno donde se abonó este libro. Ahora no tenía argumentos para escaparme de mi insistente editor planetario”, explica tras dejar claro que le costó aceptar la propuesta.
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Una historia de tragedia familiar
Su historia comienza con la de sus padres, su enamoramiento, su boda y su primera hija que nació muerta, Valeria, la hermana de Fito. Luego llegó él y ocho meses después moría su madre a causa de un tumor. Y llevarle flores a la tumba junto a su padre es uno de esos recuerdos que ponen la piel de gallina.
También aborda sus primeros amores cuando tenía 15 años. “Podía acercarme en las baladas lentas a las muchachas que más me gustaban. Sentir los olores de sus pieles, rozar sus manos, sus piernas dejándome entrar. Fue Miriam Zoco la que llegó a enloquecerme. Todo en ella era sexo y ternura”, cuenta.
Descubrimiento de la música
Otro amor tuvo más recorrido que aquella primera relación. “El 7 de agosto de 1976 asistí a mi primer concierto. La noche en la que los dioses me dieron una clara señal. No habría otra posibilidad. Tenía que aprovecharla. La música era la libertad. Decidí en aquel momento que iría tras ella. Iba a desencorsetarme de todo lo inculcado hasta el momento”, recoge en sus memorias sobre aquel descubrimiento crucial en su vida.
Emociones fuertes
Cuando ya tenía lo de la música encaminado, en 1985 murió su padre. “Me acerqué a él con extremo cuidado de no desenchufar ningún cable y lo abracé. No recuerdo cuánto duró ese abrazo. En un momento sentí mis mejillas mojadas por sus lágrimas que se mezclaron con las mías. Su cuerpo sintió el mío y reaccionó. No es el cerebro el único centro vital de la vida. Mi tío entró y me separó suavemente, haciendo que la despedida fuera definitiva. A los pocos minutos mi padre falleció de un paro cardiorrespiratorio. Necesitaba despedirse”, relata.
El asesinato de las mujeres que le criaron, su relación vital con Pablo Milanés, su amor por Cecilia Roth o lo que sentía frente a multitud de seguidores mientras compartía su talento sobre el escenario son algunos de los pasajes por los que Fito transita en este libro que promete emociones fuertes.
Cristina Zavala
Periodista enamorada de todo el entretenimiento. Enganchada a la tele, los libros, los últimos lanzamientos...