'GUTS': Olivia Rodrigo confía en su intuición para dar voz a su lado más visceral
Rabia, rencor, obsesión, inseguridad... La artista vuelve a escena con un segundo disco que guarda un estrecho vínculo con su álbum debut
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Cuatro letras, misma estética morada... Cualquiera podría decir que estamos viviendo un Deja Vu con el nuevo disco de Olivia Rodrigo, pero no es casualidad que SOUR y GUTS se parezcan tanto y, a la vez, se diferencien a la hora de abordar según qué temáticas.
La estrella estadounidense ha presentado su segundo álbum de estudio y, en esencia, es un viaje introspectivo en el que la autora ha tenido que escarbar profundo para dar sentido y sacar de sus entrañas todos esos sentimientos irracionales que le causan rabia, malestar, rencor e inseguridad.
A pesar de echar mano de la delicadeza del piano, ha logrado su cometido a base de rock, un género que le ha permitido ensuciar el sonido —de garaje— con guitarras eléctricas y una percusión agresiva (inspirada por la música de los 90), como en All American-B*tch o Get Him Back!, de tal modo que su resultado no sea tan pulcro, plasmando también sobre el pentagrama esa maraña visceral (que, en un primer momento, solo puede gritar /AAAAH/) .
No obstante, Rodrigo también sabe reírse de sí misma en canciones como Bad idea right?, donde es capaz de relatar cómo —consciente o no— tropieza dos veces con la misma piedra, se convence a sí misma y se autoengaña de que un error (más) puede ser inofensivo. Y, si el primer proyecto interpela y culpa, en su mayoría, a una segunda persona (YOU're a traitor... Enough for YOU... Good 4 u... Do YOU get deja vu...); este se centra más en el yo, en identificar y contextualizar la situación desde una perspectiva en primera persona. Ahora es ella quien reflexiona, se culpa, se responsabiliza, se perdone y se pone en valor.
Este segundo trabajo discográfico ha vuelto a contar con Dan Nigro en la producción, considerado la persona de máxima confianza y la mano derecho de Olivia, quien ha conseguido explotar y pulir todo el potencial que la joven lleva mostrando desde los 16 años. El productor, además, también ha tenido mucho que ver en ese giro melódico alejado de lo puramente pop, ya que es el exvocalista de la banda emo As Tall As Lions.
GUTS, la secuela de SOUR
El universo de GUTS presenta la misma tonalidad morada que SOUR. Sin embargo, resulta un color más oscuro que el lila, una degradación que puede significar un endurecimiento en su personalidad, un crecimiento personal y profesional. Junto a esto, vemos cómo las —cuatro— letras también han mutado de complemento: ahora ya no son horquillas para el pelo, sino anillos. Así, Olivia Rodrigo se desmelena a través del rock (muy propio del headbanging) y evoluciona, de forma orgánica y natural, en la manera de contar sus narrativas de una forma más madura.
Es más, en su entrevista con Interview Magazine, la joven confesó que su mayor preocupación a la hora de componer su segundo disco era que sus canciones se quedaran obsoletas con el paso del tiempo: "Hay una especie de inocencia muy pura en el primer álbum que mucha gente captó. Esta vez me asusté un poco y dije: 'Dios mío, no tengo esta angustia de tener 17 años que todos sienten'. tenía. Mi vida ahora es diferente ahora".
Entre uno y otro tracklist hallamos versos fuertemente relacionados. Por ejemplo, en jealousy, jealousy la cantante divaga sobre la obsesión que tiene con compararse con otras personas, especialmente por lo que ve en redes sociales (All I see are girls too good to be true / with paper-white teeth and perfect bodies); y en pretty isn't pretty enough reflexiona sobre la existencia de cánones de belleza imposibles de alcanzar (I could change up my body, and change up my face I could try every lipstick in every shade But I'd always feel the same 'Cause pretty isn't pretty enough).
Del mismo modo, incluye temas existencialistas, como teenage dream, un título que ya mencion referencia en brutal: "And I’m so sick of seventeen / Where’s my fucking teenage dream? / If someone tells me one more time 'Enjoy your youth I’m gonna cry'". Es más, en varias de sus canciones hace hincapié en la edad y en intentar vivir acorde a sus años, como en making the bed y All American-B*tch.
GUTS es, en definitiva, un reencuentro con todos esos sentimientos que ya expuso en SOUR desde un punto de vista más maduro, más atrevido, más vulnerable... ¿con mayor reconocimiento? Solo el tiempo lo dirá.
