El próximo martes, 17 de octubre, Movistar Plus+ estrena el documental 'Bisbal'. Dirigido por Alexis Morante -que también estuvo tras la producción de 'Sanz: Lo que fui es lo que soy', 'Héroes: Silencio y Rock & Roll' y 'Camarón. Flamenco y revolución'- y producido por Dadá Films & Entertainment - que se ocupó de ‘Raphaelismo’, ‘Supergarcía’- junto con y Universal Music Spain.

Con todo este equipo detrás, la apuesta garantiza una buena experiencia de visionado, una narrativa cuidada y una fórmula atractiva. Pero no siempre la excelencia asegura el éxito, eso se lo da el carisma de David Bisbal, el mismo que le hizo entrar al casting de Operación Triunfo y el mismo que le hizo sobresalir entre todos ellos, así como mantenerse durante 20 años.

La historia del artista almeriense es única en nuestro país, como lo es él. Y eso se palpa en cada plano de un documental que se hace corto en sus casi dos horas de duración. Quieres saber más sobre aquella etapa en la Academia, sobre su salida posterior, la creación de sus diferentes discos, su madurez, los "momentos difíciles" de los que habla... 108 minutos saben a poco. Buena señal tanto en la industria como en lo personal: mejor que se te eche de menos que de más.

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Y es precisamente esa mezcla de píldoras de su vida más íntima y más pública la que le da ritmo e interés a un documental que acaba con un claro mensaje subliminal.

La carrera musical: "Ha sido más difícil hacerte un hueco con tus propios compañeros"

Esa es la frase que respondía Bisbal en su casting para entrar a Operación triunfo, cuando le preguntaban qué ocurriría si no le escogían para entrar. "Tengo la confianza de que yo tengo... es que me gusta esto". Lo tenía claro desde jovencito que la música era su camino.

Ese es uno de los sentimientos más claros que deja el documental: que ese joven almeriense iba a luchar y a apostar lo que hiciera falta para convertirse en artista. O quizá lo era desde que nació.

El trampolín del programa le dio la fama, el resto de la carrera se la tuvo que trabajar. "Todas esas personas que dudaban en si podíamos tener una carrera musical tenían razón. Eso lo consigues con el tiempo, no puedes lograrlo de la noche al día" reflexiona refiriéndose a quienes criticaron que los triunfitos acapararan la industria.

Y con ello te das cuenta del trabajo, la persistencia y el talento que hay detrás de su figura. Ningún otro concursante salido de un talent en nuestro país se ha mantenido durante 20 años y de forma incontestable en la música.

"Ha sido muy difícil llegar para conseguir el sueño, ha sido más difícil todavía mantener el cariño de la gente y ha sido más difícil hacerte respetar o hacerte un hueco con tus propios compañeros", concluye sobre su carrera profesional.

La vida personal: "El momento más difícil de mi vida"

Pero es imposible mostrar la trayectoria profesional de un artista, sin explicar su vida personal. En el arte siempre se entremezcla la intimidad con lo público. Algo que es evidente en el documental de Bisbal.

Sin pronunciar sus nombres, pero sí habla de sus anteriores parejas, de los momentos vitales por los que pasaba. De hecho, cuando recuerda lo joven que se separó de la madre de su primera hija, señala que los años siguientes no fueron fáciles.

Habla incluso del "momento más difícil de su vida", en el que estuvo buscando volver a creer en el amor. Aunque nunca se sintió solo. Hasta que... se derrumba al explicar lo siguiente: "Nunca me he sentido solo porque estaba Edu", y no puede reprimir las lágrimas al recordar a Eduardo Mena, el que había sido su coach y amigo, que murió de forma repentina.

Esos dos momentos fueron los más delicados para Bisbal y así lo afirma. "Llegué a pensar que había venido a este mundo para estar solo. Y cuando casi me rindo, llegó Rosannita", asegura sobre su actual mujer, Rosanna Zanetti. Ella es la única de sus parejas que participa en la producción. Aunque de forma breve.

Pero nada de eso es casual, porque si hay otra cosa que deja clara el documental es que la vida privada de David Bisbal es eso: privada. Por eso, de forma subliminal, tras acabar el concierto más importante de su carrera - el de Almería en homenaje a sus 20 años en la música- se reencuentra con los suyos en una sala en la que cuando la cámara se intenta asomar, se cierra la puerta.

Bisbal es de todos nosotros, le hemos visto convertirse en estrella y le hemos aplaudido cada logro como si fuera nuestro. Pero David es suyo, de él mismo, de ese niño que tenía claro a lo que quería dedicarse y de ese adulto que "prefiere el amor verdadero a cien condecoraciones".