Especial
Las ciudades están hechas para los coches
Un estudio analiza el porcentaje que ocupan los vehículos privados en las principales urbes españolas. Los resultados son demoledores.
Basta caminar por cualquier ciudad para percibirlo, sin importar que sea de tamaño pequeño, mediano o grande: los coches están por todas partes. Una realidad a la que nos hemos acostumbrado. Al fin y al cabo, lleva siendo así desde que tenemos uso de razón.
Pero, ¿cuánto espacio ocupan realmente los vehículos privados? Mucho. La mayoría. Así lo atestigua un estudio que acaba de hacer público la Red de Ciudades que Caminan, que ha analizado un total de 950 calles repartidas por 85 localidades españolas. Sus conclusiones son inequívocas: el 68% del espacio público está reservado a los coches, mientras que sólo un 32% es para los peatones.
Mientras que el espacio reservado para los vehículos privados es exclusivo para ellos, los peatones tienen que compartirlo con el mobiliario urbano
A eso hay que añadirle una circunstancia no precisamente menor: mientras que el espacio reservado para los vehículos privados es exclusivo para ellos, los peatones tienen que compartirlo con los distintos elementos que conforman el mobiliario urbano: desde paradas de autobús a árboles, pasando por bancos, terrazas o patinetes mal aparcados.
No sólo es un problema de coches circulando: también del que se dedica al aparcamiento. Se calcula que un vehículo pasa, de media, el 95% de su vida útil detenido, generalmente ocupando un valioso espacio público que, una vez más, se le resta a los peatones.
Aceras demasiado estrechas
El estudio realizado por la Red de Ciudades que Caminan también pone encima de la mesa otras realidades que invitan a la reflexión. Las aceras, por ejemplo, son especialmente estrechas, y a menudo no cumplen los criterios de accesibilidad más básicos, especialmente en las afueras de las ciudades. De hecho, tal y como denuncian los responsables del estudio, un 14% de esas aceras tienen menos de un metro de ancho, lo que hace muy complicado transitar por ellas a personas con problemas de movilidad. El Ministerio de Transportes establece que las aceras urbanas deben tener como mínimo 1,80 metros de ancho. Según los responsables del estudio, una acera debería tener al menos 2,4 metros de ancho para ser considerada accesible.
En la práctica totalidad de calles, un 91,4%, no existe ninguna restricción al tráfico
Con los datos recogidos, se puede plantear cómo es la calle media en España: mide 12 metros de ancho, que se reparten entre los 7,5 metros dedicados a la calzada (generalmente dos carriles, y a menudo también una fila de aparcamiento) y apenas 4,5 metros para ambas aceras. En la práctica totalidad de esas calles, un 91,4%, no existe ninguna restricción de tráfico. Y el 81,6% cuentan con aparcamiento, una cifra que se incrementa en la periferia.
Pese a todas estas dificultades, los españoles pueden presumir de caminar mucho. Según un estudio realizado el pasado 2022 por WeWard, nuestro país lidera el ránking de los que más pasos se dan al día, con un promedio de 7.902 al día (5,53 km), frente a los 7.434 de Alemania, los 7.250 de Francia, los 7.185 de Bélgica o los 7.037 de Italia.