La historia real del verdadero Willy Wonka: el maestro que rompió las reglas del chocolate

Su nombre era Brian Sollitt y dejó su propio legado en las tabletas

Ni Johnny Depp, ni Timothée Chalamet. Este fue el Willy Wonka real. / Finnbarr Webster

Muchos piensan que Johnny Depp ha sido el mejor Willy Wonka que se podría ver en la gran pantalla. Los hay quienes opinan que es el preferido, incluso, por encima de Gene Wilder. Pero, pese al talento de ambos al frente de la fábrica de chocolates de 1971 ni el moderno de comienzos de los 2000 se pueden comparar con la realidad.

Y es que, aunque no lo parezca, la historia de Wonka que ahora el cineasta Paul King y el joven actor Timothée Chalamet vuelven a llevar a las salas de cine está basado en alguien real. A ver, no existió realmente alguien con el estrambótico aspecto del Sombrero Loco, pero sí hubo un maestro chocolatero que creó una de las tabletas más famosas del mundo. Esta es su historia...

Su nombre era algo más ordinario que en las ficciones. Brian Sollitt nació en 1938 en la ciudad de York, al nordeste de Inglaterra. Con tan solo 15 añitos entró a trabajar en la fábrica de Rowntree (creadora de KikKat) en la que elaboraban chocolates a mano para cajas de Black Magic. Pero sus dotes no pasaron desapercibas y pronto logró un ascenso y le exigieron una ardua tarea: elaborar una tableta amarga que estuviera rellena de menta.

Gene Wilder, el primer Willy Wonka del cine

Gene Wilder, el primer Willy Wonka del cine / Silver Screen Collection

Inmerso en su trabajo (y apasionado por el mismo), llegó a pasar 53 años trabajando en esa misma fábrica y en ella ayudó en la creación de marcas como Yorkie, Matchmakers, Drifter y Lion Bar. De hecho, tuvo mucha influencia en lo que es hoy Rowntree y Alex Hutchinson, su actual dueño, confesó a The Independent que Sollitt tuvo un impacto "incalculable" en la elaboración del chocolate.

"Es fácil olvidar que los dulces que compramos hoy en las tiendas son cosas que Brian habría hecho a mano con mucho cariño en las primeras etapas de desarrollo. Pasó meses –a veces años– agonizando por los detalles técnicos de sus creaciones", señalaba con orgullo.

Así, Brian Sollitt cumplía no solo con el sueño de todo niño de vivir rodeado de este ansiado dulce, sino de trabajar con el chocolate, un lujo del que le despojaron siendo pequeño debido al racionamiento en tiempos de guerra que le tocó vivir. Son muchos los admiradores del trabajo de este inglés que comparan el billete dorado de la gloria para Wonka con la tableta de After Eight que le otorgó el reconocimiento al chocolatero, como The Guardian.

Chocolates After Eight

Chocolates After Eight / Sarah Franklin

Cabe recordar que esta marca de dulces que saltó al mercado en los 70 surgió como una firma de chocolates que iba destinada a la clase alta, lo que otorgaba a su creación un toque más de prestigio. El verdadero truco que hizo que Brian Sollitt saltar al estrellato en el mundo de los dulces fue conseguir que el relleno de menta no rompiera el fino envoltorio del chocolate.

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Y él lo logró en 1962 con los lotes de After Eight. Su éxito, su esfuerzo y devoción por hacer un dulce algo extraordinario, provocaron que sus compañeros lo apodaran como 'el verdadero Willy Wonka'.

Pero en 1988, la fábrica Rowntree pasó a manos de Nestlé y Sollitt, tras más de medio siglo trabajando para la empresa, acabó retirándose en el año 2006. Así pasó sus días alejado de su pasión, hasta que en 2013, a los 74 años de edad, murió, dejando todo un legado en el universo del chocolate.

Sandra Escobar

Periodista de LOS40.