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El declive del reggaetón: ¿es real?
La explosión de fusiones y nuevas tendencias reaviva un debate cíclico
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En la última década, el reggaetón se ha consolidado como uno de los géneros más escuchados en España. Un éxito de alguna forma cuestionado, pero que parece que continúa avivado por sus canales de consumo: las redes sociales, el streaming y la omnipresencia de la viralidad.
Y es que aunque algunos estudios afirman que el pop, el rock y el indie (los géneros más consumidos en España, por un 58 y 46% de oyentes encuestados, según una reciente encuesta de Statista) siguen desbancando al que se ha convertido en know-how de la Generación Z (con un 34% de seguidores) lo cierto es que el reggaetón de la mano de la música urbana, es el número uno a la hora de reventar los rankings musicales en nuestro país. Su destacada presencia en nuestra Lista de LOS40, así como en el chart nacional de las principales plataformas de streaming como Apple Music y Spotify, es innegable.
Un estilo que en realidad, de la misma forma que muchos de sus intérpretes presumen, viene “de abajo”, cuyo posicionamiento incuestionable en la cima del mainstream parece, a día de hoy, haberse ganado de la noche a la mañana. Pero no ha sido así.
Criticado, saboteado, amado y odiado, el hecho de que el reggaetón siempre haya estado en el foco de la crítica y el desprestigio no es una casualidad. Como tampoco lo es que el debate acerca de su muerte anunciada se reaviva siempre que los artistas de referencia opten por fusionar su música con estilos nuevos o porque dejen de ocupar las principales líneas de los carteles de festivales y otros macroeventos.
Entonces, ¿en qué punto está ahora mismo el reggaetón? ¿Continúa siendo una moda? ¿Una tendencia cambiante? ¿Tiene fecha de caducidad? Veamos.
El intento fallido de matar al reggaetón
Durante mucho tiempo, parece que las voces más ilustres de la industria quisieran “matar” al reggaetón. Así fue en 2010, con la irrupción del streaming, donde la música latina fue de las más afectadas en su volumen de ventas.
En aquel momento, y según reportaba Remezcla, el medio hispano de referencia en el mercado anglo, la prensa más mainstream en Estados Unidos anunciaba a bombo y platillo la muerte de un reggaetón que había hecho tambalear los cimientos de la industria al ritmo de Gasolina. Los éxitos de Daddy Yankee, Tego Calderón, Ivy Queen y Luny Tunes, entre otros, habían dado un paso al frente ante una industria global donde la música en español parecía aún ser anecdótica.
Sin embargo y a pesar del ansia generalizada por desbancar uno de los estilos más exitosos de la música hispanohablante, el triunfo del streaming ha sido un vehículo de éxito para la explosión del reggaetón. Una tendencia que ha perdurado hasta el día de hoy, incluso en mercados donde predomina la música inglesa, como Estados Unidos, donde los ingresos de la música latina han aumentado un 7,5% en la primera mitad de 2023, con un 98% atribuido a la reproducción via streaming.
Y es que el éxito del reggaetón y, con él, el de la música en español, es global. Parece que poco a poco se acabó eso de tener que grabar trabajos de estudio en inglés para emprender una proyección internacional. Una vía que han tomado artistas como Enrique Iglesias o Shakira.
“La industria ha vivido una transformación importante. Cuando empecé, era difícil que programaran canciones como Hips Don’t Lie o Underneath Your Clothes en la radio norteamericana, pero ahora la gente canta y baila en español, pero a mí en el pasado me tocó un momento duro, incluso en España”, revelaba la diva colombiana en una entrevista con nuestra compañera Cris Regatero.
Una hazaña que medios como Billboard atribuyen a la fuerte irrupción de una nueva generación de artistas latinos, especialmente dentro del reggaetón. Es el caso, por ejemplo, de Bad Bunny y Karol G, ambos dentro del top 10 de artistas latinos más escuchados en 2024. Un ranking mayoritariamente compuesto por reggaetoneros donde también encontramos a J Balvin, Daddy Yankee, Feid, Maluma y Rauw Alejandro.
Y aunque en España no se haya apenas percibido, la música mexicana ha penetrado en la cima de la industria a todo gas: Peso Pluma, Fuerza Regida, Xavi son algunos de los nombres responsables de que el consumo del género en Estados Unidos haya sobrepasado un aumento del 40%. Algo que a su vez, tiene mucho que ver con el reggaetón, pues los corridos tumbados en sus diferentes formas reproducen el ritmo y los estilos de los grandes referentes globales del género urbano.
¿Pero ha muerto el reggaetón?
¿Quién querría matar al reggaetón? En realidad, este género proviene de la clandestinidad de los suburbios de Puerto Rico y Panamá en los años 80, parte de una diáspora que también abarcó Jamaica, República Dominicana y los barrios donde se afincó la comunidad latina migrante de Nueva York. Una nueva corriente que sobrevivió en sus primeros años a través de las cintas piratas y cuya irrupción en la industria siempre ha estado determinada por su origen.
El término “reggaetón”, de la misma forma que el concepto de “latinidad” (una palabra que lo atraviesa y define) está sustentado por tres elementos: el color de la piel, el acceso a la educación y la clase social. A través de este esquema, el medio musical de referencia Pitchfork hace un análisis certero que explica la estigmatización histórica del género que mencionamos al principio.
Un estilo que si miramos atrás, ha sido ampliamente denostado, vinculado a la violencia, la incultura, la misoginia y la llamada “telebasura” cultural en sus diferentes formas. Al fin y al cabo, y como sostiene la historiadora puertorriqueña Nina Vázquez en el mencionado medio, “el reggaetón es un género racializado”. Y la música no es un ámbito que se libre de ver reproducido las desigualdades presentes en la sociedad.
En este sentido, el reggaetón, lejos de morirse o de agonizar, está más arriba que nunca. En su prime, que se dice ahora. Y esto se debe a diferentes razones, desde el triunfo del streaming a la absorción del género por parte de los círculos de referencia social, como las celebridades e influencers. Solo hay que meterse en TikTok para ver cuántos trends están vinculados directamente al género. Y como estos, de hecho, crean o afianzan carreras como la de Young Miko, la revelación femenina del género este último año, o Xavi, actualmente de los artistas latinos más escuchados en EEUU.
Otro elemento que consolida el triunfo explosivo del género es su evolución y adaptabilidad. Es evidente que el reggaetón ha sido históricamente un género masculino y masculinizante, donde su punto de vista sobre la mujer y el sexo (los temas más recurrentes) resultaban a ojos de la sociedad reduccionistas y de algún modo insultantes. Sin embargo, el panorama parece transformarse cada día con la irrupción de voces femeninas, feministas y queer.
Como bien analiza la revista indie Crack, la inclusión de estos elementos en un género con “raíces hiper-patriarcales” evidencia su capacidad para crecer y adaptarse al mundo que lo rodea. Voces que van desde el poderío de Karol G, Becky G, Natti Natasha o Young Miko o en su momento, Rosalía, hasta las referentes algo más underground como Villano Antillano, Tomasa del Real o Ms Nina, entre otras.
En definitiva: el reggaetón no está muerto, sigue de parranda. Un género referente y dominante en las listas de éxitos españolas, que continúa evolucionando a día de hoy, y dándonos himnos para cada momento vital. Queda perreo para rato.
Ana Rojas
Redactora y CM de LOS40 USA. En LOS40 escribo sobre pop culture, artistas urbanos, música latina y mucho...