‘Pafuera telarañas’: 20 años del debut que dejó “descolocada” a Bebe
Se cumplen dos décadas del disco que, a su pesar, catapultó a artista
Renegaba del éxito, de los premios (“No busco premios, ni ser la número uno”), de las entrevistas promocionales (“Si esto se pudiera evitar, sería lo más”), de los autógrafos (“Eso no vale para nada"). Ni lo deseaba ni lo esperaba. Pero tuvo de todo y en abundancia. Cuando el 10 de Mayo de 2004, salió a la venta ‘Pafuera telarañas’, Bebe era ya la chica de la que todo el mundo hablaba. Vendió más de un millón de copias en todo el mundo (“no me puedo quejar, desde luego”). Recogió un montón de galardones, lideró listas, recorrió los escenarios de España, Europa o América... y se hartó. Descolocada, abrumada, se retiró un tiempo de la música para “reflexionar”.
De repente, Nieves Rebolledo se vio rodeada de una tremenda expectación. Parecía como si hubiera salido de la nada. Pero no era así. A sus 26 años, la extremeña ya llevaba 8 años tocando en bares de Badajoz y Madrid. Hacía lo que le apetecía y, aunque le tiraba más la música – “es mucho más personal” – había hecho cine y teatro, mucho teatro. La oportunidad de grabar el primer álbum surgió así, sin más: “Las cosas fueron saliendo solas. Tampoco me lo planteé”, decía en Cadena Dial.
También decía que en el estudio, junto a Carlos Jean, había estado “en la gloria”: “Ha sido mágico. Ha sido precioso trabajar con él. Una gozada. Ha hecho muy suyas las canciones”. De ahí surgió algo más que una relación profesional: “Yo lo tengo como un amigo, un apoyo, le hablo, me habla, me cuida mucho. Joder, es un privilegio”. A Bebe le gustó mucho cómo había quedado el disco… sus primeras 13 canciones a las que llamó ‘Pafuera telarañas’ y llegó a las tiendas el 10 de mayo de 2004.
El título – ‘Pafuera telarañas’ – no tiene un significado especial. Lo eligió porque sí: "Muy simple, porque le tenía que poner un título, no quería que fuera solo 'Bebe'”. Y después de echar un vistazo a las letras de las canciones, se fijó especialmente en las primeras líneas de ‘Ella’ (“Ella se ha cansado de tirar la toalla/ Se va quitando poco a poco telarañas”) y dijo, “¡pues hala!, ‘pafuera telarañas’… no tiene otro sentido. Mola, porque así cada uno le da el sentido que quiere” contaba en ‘Dial tal Cual’.
Ya desde el primer momento, Bebe se mostró mujer contestataria y rebelde, peleada con el mundo, ‘encabroná’ – “Yo soy de las que se pega con la tele” – su postura era la de anti diva: “Yo he hecho canciones. No busco premios ni ser la número uno ¿Por qué tengo que ser la nº1?. A lo mejor me gusta ser la nº20, pero parece que siempre tenemos que ser los primeros en todo… vamos a verlo como un regalo, vale, guay, pero no tenemos que hacer las cosas para que nos den un caramelo. Es como el perrillo que hace lo que sea para que le den la salchicha. Pues no. Lo que venga después, pues vendrá".
De la fama también renegaba. Y se rebelaba cuando le pedían autógrafos: "No quiero que la gente le dé valor a eso, me niego. Quiero que la gente se quede con las canciones, que las haga suyas, que si va a un concierto lo flipe y si un día me ve, prefiero que quiera que le dé un beso y que me digan cómo se llaman. Yo soy la misma persona que hace tres meses... y con los autógrafos es que no, eso no vale para nada" declaraba en ‘Lo + 40’. A su lista de ‘rechazos’ incorporó las entrevistas. “Si esto se pudiera evitar, sería lo más”.
Pero ya no había marcha atrás. Aunque hubiera deseado volver a empezar y dejar parado el tiempo en el estudio, ya estaba metida de lleno en la vorágine de la que quería huir. Se sintió abrumada con el contundente éxito de ‘Malo’, su primer nº1 en LOS40 y el que la lanzó al estrellato. Pero también el de ‘Ella’ (otro nº1 en LOS40), ‘Siempre me quedará’ o ‘Con mis manos’. Esta última, “habla de masturbación, de quererse a uno mismo. El que no lo entienda es que es tonto”, decía en ‘Lo + 40’. Le descolocaba la dimensión que estaban alcanzando esas composiciones suyas que hablaban de melancolía, de respeto, de rechazo al machismo.
Llegaron en tromba los premios (Ondas, Grammy Latino, Premios de la Música), los viajes por escenarios de España, Europa o América, los números 1, las entrevistas, las ruedas de prensa, los encuentros con los fans. Eso sí, vendió más de un millón de copias en todo el mundo - “no me puedo quejar, desde luego”. Bebe se sintió desbordada. Descolocada. Abrumada. Ni “esperaba tanto, ni deseaba tanto, la verdad”. Bebe tenía sus prioridades: “Mi vida, y mi vida, además, muy tranquila”. Necesitaba parar. Y paró.
Alicia Sánchez
Periodista en busca de historias chulas del pop