Por qué Francisco ha sido el Papa más ecologista de la historia
Desde su encíclica 'Laudato si' a sus críticas a los excesos del capitalismo salvaje, Francisco hizo del cuidado del planeta uno de los ejes de su papado.

El Papa Francisco, el pasado 2023. / Pool
La muerte del Papa Francisco sigue sacudiendo el mundo. Mientras el Vaticano se prepara para elegir a su nuevo jefe de estado, son muchos los que hacen un balance de los 12 años y 39 días que ha estado al frente de la Iglesia Católica. De sus palabras, de sus convicciones y, sobre todo, de sus actos.
Desde que fue elegido Papa en 2013, Jorge Mario Bergoglio ha demostrado ser el pontífice más comprometido con la causa ecologista de toda la historia de la Iglesia. ¿Por qué? Principalmente por una encíclica que sorprendió a muchos, y que levantó aplausos entre los colectivos ecologistas: 'Laudato si'. Publicada en 2015, su título significa "Alabado seas", en honor al Cántico de las Criaturas de San Francisco de Asís —el santo que hablaba con los pájaros y abrazaba a los lobos. Un guiño más que evidente al ecologismo desde la óptica cristiana.
En aquel manifiesto, de 192 páginas, Francisco lanza un mensaje claro y contundente: estamos destruyendo el planeta y, con él, la dignidad de millones de personas. Y lo hizo hablando de cosas tan tangibles como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación o la explotación de los recursos naturales. Todo en un tono que podría firmar perfectamente cualquier activista de Fridays for Future.
Cuestión de supervivencia
En aquella encíclica, Francisco no sólo interpeló a los católicos: se dirigió a "cada persona que habita este planeta", recordando que el cuidado de la Tierra no es una opción espiritual, sino una responsabilidad moral. Da igual que creas en Dios, en la ciencia o en las dos cosas: si respiras, te importa.
Francisco abogó por una ecología integral, aquella que une lo social, lo económico y lo ambiental
Pero ‘Laudato si’ fue, ante todo, un primer paso. Una declaración de intenciones. Francisco convirtió la defensa del medio ambiente en una línea roja de su papado. Así se demostró en sus discursos en la ONU, en sus visitas a regiones amenazadas por la minería o la deforestación o incluso en sus llamadas de atención a líderes políticos que priorizan la economía sobre la ecología. "El grito de la Tierra y el grito de los pobres son el mismo", dijo. Y lo repitió en varias ocasiones.
Francisco criticó abiertamente el modelo de desarrollo actual basado en el capitalismo salvaje, ese que "mata" con tal de generar beneficios. Denunció el culto a la "tecnocracia" y el descarte sistemático de los más vulnerables. Promovió una "conversión ecológica" que ha de "empezar por el corazón y terminar en el cubo de reciclaje". Y abogó por una ecología integral, aquella que une lo social, lo económico y lo ambiental.
Esa filosofía se plasmó en acciones concretas. Durante un viaje a Puerto Maldonado, en Perú, en enero de 2018, se reunió con líderes indígenas de nueve países amazónicos. Ante ellos mostró su interés por escuchar a quienes más sufren los efectos de la deforestación, la minería ilegal y el cambio climático.