Cuando Bob Dylan pasó por el aro de la MTV: ‘Unplugged’ cumple treinta años
El hombre que electrificó el folk, esta vez se desenchufó

Bob Dylan, durante la grabación de 'MTV unplugged'. / Frank Micelotta Archive
A Bob Dylan, probablemente el solista más grande de la historia del rock después de Elvis, no hay quien le ate en corto. Ajeno a las modas, díscolo ante las directrices de la industria, malhumorado y malencarado, cuesta creer que en algún momento de su carrera se sometiera a los rigores de corporaciones de poder. Y, sin embargo, lo hizo: en abril de 1995, hace treinta años, tuvo un raro gesto de indulgencia consigo mismo y publicó un disco Unpluggeden colaboración con la cadena de televisión MTV. Incongruencia o no, fue un éxito.
Para los directivos del canal, contar con el egregio Dylan para uno de sus conciertos desenchufados fue quizá el mayor placer que podían encontrar. Pero para el músico de Duluth (Minesota) supuso como mínimo una atroz contradicción. Hablamos del cantautor que en 1965 había hecho saltar por los aires los cánones del folk haciendo lo que nadie se había atrevido a hacer: electrificar los instrumentos de su banda y enchufarlos a potentes altavoces, lo que constituyó un hecho tan histórico como revolucionario. Ahora hacía justo lo contrario: desenchufarse de nuevo y ofrecer un concierto acústico al gusto de la cadena de televisión musical.
Además, y sobre el papel, Dylan y la MTV tenían muy poco en común. El cantautor, que tenía entonces 53 años, era uno de los dinosaurios que en la década de los sesenta había contribuido a dar forma a la música rock. La MTV, sin embargo, había iniciado sus emisiones en la década de los ochenta y se jactaba de ser el trampolín audiovisual que lanzó al estrellato a estrellas de purpurina como Madonna a una pujante generación que precisamente renegaba de los veteranos de décadas pasadas. Pero, ¿por qué sucumbió Dylan a los dictados de la multinacional audiovisual?
LOS40 Classic
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Sin tratarse de su etapa más gloriosa, los ochenta habían tratado bien a Bob Dylan, quien había participado en la grabación de We are the world, de USA for Africa, junto a otros ilustres de la canción, y había publicado dos discos con The Travelling Wilburys, supergrupo en el que compartía protagonismo con George Harrison (The Beatles), Jeff Lynne (Electric Light Orchestra), Roy Orbison y Tom Petty. En 1989 había publicado el disco Oh mercy, cuyo tema Most of the time se usaría en la banda sonora de Alta fidelidad (2000).
El nuevo siglo no había empezado nada mal. En 1992 celebró sus treinta años en la música con un mediático concierto en el Madison Square Garden de Nueva York, que incluía entre sus invitados al novato Eddie Vedder, de Pearl Jam. En cierto modo, podría decirse que esos movimientos habían rejuvenecido a un maduro Dylan, a quien seguramente no se le escapó la idea de que había llegado el momento de hacer llegar su música a un público de menor edad.
La MTV representaba ese espíritu pop juvenil, y Dylan pasó por el aro. Aun así, quiso hacer las cosas a su modo. Su idea inicial era tocar un repertorio de versiones de clásicos del folk y el blues, de otros autores, propuesta que dejó a los responsables de la cadena cariacontecidos. Un unplugged de Dylan debía incluir los éxitos de Dylan. Le dijeron que podía cantar lo que le diera la gana, que para eso era una leyenda del rock, pero que hiciera el favor de añadir algunas canciones suyas de las más conocidas. Tras consultarlo con la almohada o con su asesor financiero, Dylan decidió que lo mejor para sus derechos de autor era cantar solo canciones firmadas por él. Y así hizo.

MTV Unplugged se grabó en dos noches en los estudios de Sony Music en Nueva York y contenía temas épicos como The times they are a-changin’, Dignity, Rainy day women #12 & 35”, Knockin’ on heaven’s door o Like a rolling stone. Se convirtió en el álbum más vendido de Dylan en años, logrando un disco de oro en Estados Unidos y entrando en el top diez de la lista de Reino Unido. Dylan solo se dirigió a la audiencia una vez: en medio de una versión fallida de Like a rolling stone, detuvo la música y explicó que la banda iba más rápido que él (a lo que la banda respondió que era él quien iba más despacio que la banda). En última instancia, consiguió lo más difícil: que un disco comercial para la MTV fuera puro Dylan.