Giorgio Moroder cumple 85 años: el genio en la sombra detrás del éxito de docenas de artistas
Lanzó la carrera de Donna Summer y, en 2013, Daft Punk le dedicaron una canción

Giorgio Moroder, en su estudio, en 1979.
Puede que su nombre no suene de nada a un alto porcentaje de aficionados a la música o solo lo conozcan de oídas; pero Giorgio Moroder es un coloso del pop que, más o menos en la sombra, está detrás de las carreras de cantantes que han estado en primera línea. Aunque su nombre no figura en su faceta de intérprete en los archivos de la lista de LOS40, sí que ha sido autor y productor de varios números uno, como Flashdance… what a feeling, para Irene Cara (1983), y de otras canciones que no llegaron a lo más alto de nuestro chart pero que también son imprescindibles de décadas pasadas, como Call me, para Blondie (1980), Love kills, para Freddie Mercury (1984) o Neverending story, para Limahl (1984). Este 26 de abril, Moroder, quien sigue en activo, cumple 85 años.
Este músico nacido en Ortisei, en la zona tirolesa del nordeste de Italia, Giovanni Giorgio Moroder ha hecho de todo en la música, y casi siempre bien. Empezó, no obstante, como guitarrista, y tras mudarse a Berlín a los 25 años, se abrió camino como ingeniero de sonido en varios estudios de grabación. Poco después, comenzó a publicar canciones como solista, bajo el nombre de Giorgio. Una de ellas, Looky looky, de 1969, se convirtió de manera insospechada en un éxito en varios países de Europa, donde llegó a vender un millón de copias.
Con el dinero ganado, en 1970 fundó los estudios Musicland en los bajos de un emblemático edificio de Múnich, donde se grabarían muchos discos esenciales de esa década: It’s only rock ’n roll (1973) y Black and blue (1975), de The Rolling Stones; Love to love you baby (1975), A love trilogy (1976) o Once upon a time (1977),de Donna Summer; The idiot (1976), de Iggy Pop; The game (1980) y Hot space (1982), de Queen; varios de Electric Light Orchestra, Whitesnake, Spandau Ballet…
LOS40 Classic
LOS40 Classic

Como puede apreciarse, no importaba el estilo del artista para que grabase allí su disco, pero si hubo un género del que Moroder puede considerarse especialista es la música disco y de sintetizadores. De hecho, sus discos como solista se enmarcan en ese sonido. En 1974 conoció a una desconocida cantante estadounidense llamada Donna Summer que obtenía unos marcos como modelo y cantando en bares por las noches. Tanto le gustó su estilo que la contrató y escribió junto a su colaborador Pete Bellotte, las canciones de su primer disco, Lady of the night. A partir de aquel momento, Moroder y Bellotte se encargaron de surtir de repertorio y producir los discos de Summer hasta que esta, en 1982, cambió de discográfica y se puso en manos de Quincy Jones primero y Michael Omartian después.
Tal vez menos conocido es el trabajo de Moroder en el cine. A lo largo de su extensísima trayectoria ha firmado canciones o bandas sonoras completas de películas como El expreso de medianoche(1978), American gigolo (1980), Scarface (1983) o Top gun (1986). Aunque en este ámbito quizá su obra más ambiciosa fue la creación de un fondo musical para la película Metropolis (1927), una de las joyas del cine mudo, que publicó en 1984. Ha obtenido tres premios Oscar y cuatro Grammy.
Podría parecer por estas informaciones que Giorgio Moroder es un genio de otros tiempos. No es así. Artistas de reciente repercusión, como el dúo francés Daft Punk, lo reivindicaron en 2013 dedicándole una canción que precisamente se llamaba Giorgio by Moroder. De nueve minutos de duración e inspirado en la música del productor italiano, tiene como base un speech del propio Moroder —grabado durante una comida con el grupo— en el que habla de sus inicios en la música y su trabajo con Donna Summer.
En 2015 colaboró con Kylie Minogue y en enero de este mismo 2025 coprodujo el álbum Hurry up tomorrow de la estrella canadiense The Weeknd, en el que, además, es coautor de dos canciones. De talento inagotable, esperamos que Giorgio Moroder pueda seguir dando placer a nuestros oídos muchos años más.