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Rauw Alejandro vuelve a tener problemas con su disco 'Saturno' en materia de derechos de autor

La discográfica le acusa de utilizar 'samples' de reggaetón sin la licencia pertinente

El 'Saturno World Tour', de Rauw Alejandro, ha pasado por España. / Borja B. Hojas

Parecía que los problemas de copyright en torno a Saturno eran agua pasada. Más aún tras publicar Cosa Nuestra y dar la bienvenida a un universo estético y sonoro totalmente diferente. Sin embargo, Rauw Alejandro vuelve a estar en el centro de la polémica. Esta vez, el motivo es una demanda por presunta infracción de derechos de autor relacionada (otra vez) con su anterior álbum, lanzado en 2022.

Ahora, ha sido la a empresa BM Records, con sede en Florida y especializada en reggaetón, la que ha presentado una demanda alegando que el artista puertorriqueño utilizó sin licencia varios samples del legendario DJ Playero.

Según la acusación, temas como DE CAROLINA, PANTIES Y BRASIERES, DEJAU' y PUNTO 40 contienen fragmentos de canciones del catálogo de Playero, como La gente sabe, Camuflash, Sigan bailando y Tengo una punto 40, respectivamente. BM Records reclama hasta 150.000 dólares por cada canción supuestamente infringida.

"En ningún momento, ninguno de los demandados obtuvo una licencia válida para samplear las obras de Playero en Saturno. Por lo tanto, la explotación continua de Saturno infringe los derechos de autor de las obras de Playero que pertenecen a [BM]", ha expresado Daniel Lifschitz, abogado del sello discográfico.

Lo curioso del caso es que DJ Playero sí aparece acreditado en varias de estas canciones y, en su momento, promovió el álbum con entusiasmo en redes sociales. Esto ha generado dudas sobre si el propio productor autorizó el uso de los samples, lo que podría trasladar el conflicto legal al terreno de los derechos de licencia entre Playero y BM Records, (que podría ser la propietaria del catálogo del DJ y, por tanto, la responsable en emitir la licencia).

Cabe destacar que BM Records no es nueva en este tipo de litigios. En 2021, la misma compañía presentó una demanda contra Bad Bunny por el uso de samples en su éxito Safaera, alegando, del mismo modo, que el tema contenía fragmentos no autorizados de tres canciones de DJ Playero.

En aquella ocasión, el propio Playero se desmarcó públicamente de la demanda, afirmando que no tenía conocimiento de la acción legal y que le parecía “una sensación hermosa” escuchar su trabajo en la radio. Finalmente, Bad Bunny llegó a un acuerdo extrajudicial con BM Records en 2023.

La otra vez que SATURNO tuvo controversia

Este no es el primer encontronazo de Rauw Alejandro con acusaciones de plagio. En 2022, el grupo jerezano Space Surimi señaló similitudes entre su tema Follow the Linier y el sencillo Saturno del puertorriqueño. La polémica se viralizó rápidamente, pero terminó en buenos términos. Rauw se puso en contacto con los integrantes del dúo, Mc Eddie Coopermen y Carlboro, y tras una videollamada, ambos artistas coincidieron en que se trataba de una “gran coincidencia” sin mala intención.

Space Surimi compartió el encuentro en sus redes, destacando la actitud abierta y respetuosa de Rauw: “Hablando con él nos ha demostrado que su proyecto y el nuestro han sido una gran coincidencia. Como nosotros somos por derecho y llevamos la nobleza por bandera, hemos decidido aclarar esto de una manera amistosa, de tú a tú”. Rauw también se pronunció en X (antes Twitter), elogiando el trabajo del grupo y celebrando la cultura musical de Jerez.

Mientras el caso con Space Surimi quedó como una anécdota, la demanda de BM Records podría tener consecuencias más serias. No solo involucra a Rauw Alejandro, sino también a Sony Music Latin y Duars Entertainment, los sellos responsables de la publicación de Saturno. El desenlace podría sentar un precedente importante sobre el uso de samples en la industria del reggaetón.

Por ahora, ni Rauw ni sus representantes han emitido declaración alguna de forma pública. Lo que está claro es que Saturno, más allá de su éxito comercial, sigue orbitando en torno a controversias que podrían redefinir las reglas del juego en la música urbana.