No, el K-Pop no era una moda: está más en auge que nunca
Las cifras demuestran que es un fenómeno que no deja de crecer

Lee Know, integrante de Stray Kids / iMBC
Muchos pensaban que el K-Pop iba a ser una tendencia pasajera, cuyo final estaba más que escrito. El tiempo no les ha dado la razón.
La cultura surcoreana ha dejado de ser algo temporal para convertirse en un fenómeno global que marca el pulso de la industria del entretenimiento, la moda y hasta el turismo. Aunque sus raíces se remontan a los años 90, cuando el gobierno impulsó la llamada Hallyu o “ola coreana”, es en los últimos años cuando hemos asistido a una auténtica explosión de popularidad que ha traspasado fronteras.
Según los datos recogidos por MINISO, uno de los pilares de esta expansión es, sin duda, el K-Pop. Con una comunidad de seguidores que ronda los 800 millones en todo el mundo, casi la mitad pertenecientes a la Generación Z, este género musical ha sabido conectar con los jóvenes gracias a su estética cuidada, sus coreografías milimétricas y una estrategia digital impecable. Las redes sociales han sido clave en este ascenso meteórico, convirtiendo a grupos como BTS en auténticos iconos globales. De hecho, HYBE, la agencia que gestiona a la banda, lideró el mercado en 2024 con ingresos que superaron los 2 billones de euros.
LOS40
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Integrantes de BTS / Raymond Hall

Integrantes de BTS / Raymond Hall
Un fenómeno que se expande al cine y la TV
Pero el impacto de Corea del Sur no se limita a la música. Las series y películas coreanas, conocidas como k-dramas, han conquistado audiencias internacionales con cifras que hablan por sí solas. El Juego del Calamar acumuló más de 1.600 millones de horas de visualización, y títulos como The Glory o Extraordinary Attorney Woo se posicionaron entre los más vistos a nivel mundial en Netflix. La plataforma, consciente del potencial de este contenido, ha invertido 2.500 millones de dólares en producciones coreanas, sumando más de 80 títulos a su catálogo. La película K-pop Demon Hunters (Las guerreras K-Pop) se ha convertido en la más vista de la historia de Netflix, con 236 millones de reproducciones.

El juego del Calamar / Noh Juhan | Netflix

El juego del Calamar / Noh Juhan | Netflix
Este boom cultural también ha tenido un efecto directo en el turismo. En noviembre de 2024, más de 1,36 millones de visitantes extranjeros viajaron a Corea del Sur, un incremento del 22% respecto al mismo mes del año anterior. Las autoridades atribuyen este crecimiento al magnetismo de su cultura pop, que cada vez atrae a más curiosos y fans.
Esto es algo que en LOS40 pudimos comprobar el pasado año tras nuestra visita a Seúl. Descubrimos que existe una fuerte apuesta por la cultura del país y su exportación. Y ese empeño se transmite en cada calle o tienda que se visita.
En España, el interés por la estética asiática también va en aumento. Según el estudio de MINISO, el 60% de los españoles se sienten atraídos por este estilo visual. Las comunidades de fans no solo consumen contenido, sino que lo viven intensamente, interactuando en plataformas como TikTok e Instagram, donde se informan de las últimas tendencias y novedades.
El merchandising se ha convertido en una extensión de esta pasión. La marca BT21, creada por BTS, es un ejemplo de cómo el K-Pop ha sabido diversificar su negocio más allá de la música. Los productos licenciados permiten a los fans identificarse con sus ídolos y formar parte de una comunidad global. Y lo hacen sin distinción de género: el 54% de los coleccionistas son hombres y el 46% mujeres, con una presencia destacada de adultos entre 30 y 45 años.

Productos de BT21, licencia de BTS / John Keeble

Productos de BT21, licencia de BTS / John Keeble
Corea del Sur no solo exporta cultura, sino también una forma de vivirla. Y todo apunta a que esta ola, lejos de perder fuerza, seguirá creciendo.












