10 canciones que fueron prohibidas o censuradas por su letra (y su verdadero significado)
Algunos son auténticos himnos: de The Beatles a Olivia Newton‑John
ES The Beatles en la presentación de 'Sergeant Pepper's Lonely Hearts Club Band'. / John Downing
Durante décadas, la música ha sido mucho más que melodías y ritmos: ha funcionado como un canal de expresión libre, rebeldía y crítica social. En ese espacio de creatividad sin filtros, algunas canciones han desafiado normas, incomodado al poder o simplemente dicho lo que no se quería escuchar. Por eso, en distintos momentos históricos y lugares, ciertas letras fueron censuradas, vetadas o directamente prohibidas. En este artículo repasamos 10 temas que hoy son auténticos himnos, explorando las razones detrás de su censura y el verdadero mensaje que querían transmitir.
'God Save the Queen' (1977) de Sex Pistols
El primer ejemplo es God Save the Queen (1977) de Sex Pistols. Fue vetada por la emisora británica BBC por considerar que su letra era una afrenta al sistema monárquico y al Estado británico. La canción fue lanzada en pleno Jubileo de Plata de la reina Isabel II, lo que amplificó la carga simbólica del mensaje. Aunque algunos la interpretaron como una agresión hacia la reina, el vocalista Johnny Rotten intentó aclarar que más que odio, "solo querían echarse unas risas". En todo caso, la medida de veto no evitó que el tema se transformara en himno del punk de rebeldía juvenil.
'Louie Louie' (1963), interpretada por The Kingsmen
Otro caso muy curioso es Louie Louie (1963), interpretada por The Kingsmen. Aquí la censura no fue por lo que la letra decía literalmente, sino por lo que se temía que dijera. Muchas emisoras estadounidenses la retiraron porque, tras una letra que resultaba casi ininteligible ("Louie Louie, oh no, me gotta go"), se rumoreaba que contenía obscenidades. Incluso el FBI investigó si la canción violaba la ley de transporte interestatal de material obsceno. En realidad, la letra cuenta solo la historia de un marinero que extraña a su chica. La canción se convirtió en un emblema de la rebelión juvenil y de la anécdota de la censura absurda.
'The Pill' (1975) de Loretta Lynn
En 1975, The Pill de la cantante country Loretta Lynn fue objeto de veto en muchas emisoras de country en EE. UU. debido a su mensaje: hablaba abiertamente de métodos anticonceptivos. La canción celebra el hecho de que la mujer tiene acceso a la anticoncepción y predice una liberación de los embarazos no deseados (“No more diapers, no more squawking, no more rocking and rolling…”). En un género y época muy conservadores, esa reivindicación de la mujer a decidir fue considerada demasiado polémica. En este caso, la letra cumple claramente una función empoderadora.
'Physical' (1981) de Olivia Newton‑John
Un caso más conocido quizá es Physical (1981) de Olivia Newton‑John, que fue limitado en su difusión por emisoras estadounidenses que consideraron sus insinuaciones de tipo sexual demasiado directas tanto en la letra como en el videoclip ("Let me hear your body talk", "Déjame escuchar lo que dice tu cuerpo", en español). En esa época, sexualidad femenina expresada de modo explícito generaba recelo. La canción, con su tono juguetón e incluso provocador, jugaba al límite de lo que la radio comercial aceptaba, y la restricción que sufrió refleja cómo funcionaban las normas de moral sexual en ese momento.
Lola (1970) de The Kinks
La canción Lola (1970) de The Kinks muestra otro tipo de sorpresa: fue vetada por la BBC porque aludía a la marca "Coca-Cola" ("…they drink champagne and it tastes just like Coca-Cola"), lo que violaba su política contra mencionas comerciales. Pero más allá de ese pretexto, la letra relata el encuentro de un joven con “Lola”, quien al final se revela como posiblemente una mujer transgénero —o al menos pone en cuestión las categorías heterosexuales convencionales ("Well I know what I am and I’m glad I’m a man / And so is Lola"). Así, la canción mezcla tema identitario, sorpresa y subversión. La censura por la mención de marca parece casi anecdótica ante el trasfondo disruptivo de género.
'Spasticus Autisticus' (1981) de Ian Dury & The Blockheads
Otro ejemplo potente es Spasticus Autisticus (1981) de Ian Dury & The Blockheads, que la BBC rechazó por considerar que podía ofender a personas con discapacidad. Sin embargo, Dury —que había padecido poliomielitis— compuso la canción como un himno de autoafirmación para personas con discapacidad y una crítica al paternalismo de instituciones que pretendían "ayudar". La letra dice, entre otros versos: "And thank the Creator you’re not in the state I’m in" "Y da gracias al creador por no estar en la situación en la que estoy yo", en español. Su tono irónico y provocador la convirtió en símbolo de protesta, aunque en su momento fuera considerada ofensiva.
'A Day in the Life' de The Beatles
En 1967, A Day in the Life de The Beatles fue limitada por algunas emisoras británicas como la BBC por contener frases que se habían interpretado como una alusiones al uso de drogas. Los Beatles siempre rechazaron que fuese una promoción de drogas, asegurando que hablaba más de "despertar" o "abrir los ojos" a una realidad. Pero el contexto contracultural de la época y las sospechas sobre psicodelia bastaron para que fuese considerada incómoda para la radio.
'Wake Up Little Susie' (1957) de The Everly Brothers
Ya en una línea más antigua, la canción Wake Up Little Susie (1957) de The Everly Brothers fue prohibida en ciertas radios musicales—por ejemplo en Boston— porque un verso ("We were up-sate and even-late") se interpretó como insinuación de que la pareja que protagonizaba la canción había dormido junta. En realidad, la letra es inocente: hablaba de dos jóvenes se quedaron dormidos en un coche y temen lo que sus padres puedan decir. Un buen ejemplo de cómo la moral conservadora de una época puede ver lo "escandaloso" en un simple “nos despertamos tarde”.
'Strange Fruit' (1939) de Billie Holiday
La canción Strange Fruit (1939) de Billie Holiday es quizá de las más profundas en este listado. Fue rechazada en diversas radios del sur de EE. UU. por describir de forma directa y brutal el linchamiento de afroamericanos ("Southern trees bear strange fruit / Blood on the leaves and blood at the root". Los árboles del sur dan frutos extraños / Sangre en las hojas y sangre en las raíces, en español). Basada en un poema de Abel Meeropol, la letra denuncia el racismo y la violencia racial. La prohibición de la canción nos habla, otra vez, de lo que muchas sociedades preferían no escuchar.
Me So Horny (1989) del grupo 2 Live Crew
Finalmente, el rap más explícito no escapa: Me So Horny (1989) del grupo 2 Live Crew fue declarado obsceno en el estado de Florida (EE. UU.) debido a sus letras sexualmente explícitas. El álbum que la contenía fue temporalmente prohibido de venta. A pesar de ello, la canción alcanzó gran éxito comercial, lo que demuestra que la polémica muchas veces alimenta la difusión. La batalla legal derivó en debates sobre el límite entre libertad de expresión y obscenidad.
La suma de estos casos muestra que la censura musical no se trata solo de alguien no gustarle una letra, sino de que ciertos discursos, sobre política, sexualidad, raza, identidad, poder, resultan incómodos para quienes detentan algún tipo de control mediático o moral. Curiosamente, muchas de las canciones prohibidas son hoy consideradas parte esencial del legado cultural: la prohibición no las borró, las amplificó.