La profesión que Manolo García pudo haber tenido si no se hubiera dedicado a la música
El cantante ha recordado en el podcast Por el principio de la Cadena SER su talento con la carpintería

Manolo Garcia posa en las calles de Madrid en 2019. / Ricardo Rubio/Europa Press via Getty Images
Antes de convertirse en uno de los grandes referentes de la música española, Manolo García estuvo a punto de tomar un camino muy distinto. En una reciente entrevista para el pódcast Por el principio, de la Cadena SER, el cantante ha compartido una faceta poco conocida de su adolescencia: su primer contacto con el mundo laboral, cuando a los 13 años comenzó trabajando como aprendiz de carpintero, un oficio que no se le daba mal y en el que demostró su talento con la madera.
"En mi cabeza estaba dejar los estudios y ponerme a trabajar" empieza reconociendo el artista sobre su bajo rendimiento escolar. Algo que le llevó a plantearse dejar los estudios donde solo encontraba refugio en asignaturas como literatura, historia o trabajos manuales. La alternativa: ponerse a trabajar.
"Mi padre me dijo que había que ganarse el pan y nada de hacer el zángano" recuerda Manolo García sobre cómo consiguió que le admitieran como aprendiz de carpintero a prueba durante el primer mes y cómo superó la prueba y empezó a trabajar allí.
LOS40 Classic
LOS40 Classic
Barrió el suelo, recogió virutas, lijó madera y fue el encargado de llevar los cafés a los operarios. "Todo lo que puede hacer un chico de 13 años" recordó con cariño. Al cabo de ese tiempo, el carpintero le ofreció quedarse con un sueldo de 1.000 pesetas semanales, lo que hoy equivaldría a unos 50 euros.
Aquella etapa como aprendiz dejó huella. La imaginación desbordante, la curiosidad por los materiales y la capacidad de transformar lo cotidiano en arte ya estaban presentes en el joven Manolo. Aunque finalmente no se quedó en el taller, ese espíritu creativo se trasladó a su música, donde ha demostrado ser un verdadero artesano de las palabras y las melodías.
Porque su otra profesión pudo ser cura. Como monaguillo en la iglesia le propusieron entrar en el seminario. O en pintor, después de trabajar en un taller de pintura al óleo. O en... cualquiera de las hasta 19 labores que desempeñó hasta que encontró la definitiva.
El destino le tenía reservado su papel en la historia de nuestra música. "En el coro del colegio me decían que ya afinaba bien y ver a Raphael en el cine me llevó a mi madrina a decirle 'Yo quiero dedicarme a cantar'".
Antonio Orozco lo definió recientemente como "dueño y señor de un mundo precioso que ha decorado él mismo". Y no es para menos. García ha compuesto algunas de las canciones más emblemáticas del pop español, tanto en solitario como en su etapa con Los Burros o El Último de la Fila, como Pájaros de barro, Como un barro amarrado a la puerta del baile, Querida milagros, Carbón y ramas secas, dejando una huella imborrable en varias generaciones.












